Se llama David Suárez y es un grandísimo hijo de puta. Al parecer colabora con Dani Mateo, ya saben, aquel fulano que en un sketchrepulsivo de El Intermedio, el programa ese del Gran Wyoming en La Sexta, se limpió los mocos en una bandera de España. Dios los cría y ellos se juntan. Los hijoputas, digo.
Resulta que para festejar el pasado Jueves Santo, el tal Suárez, que también va de “humorista” como su colega Dani, publicó en Twitter ésto:
“El otro día me hicieron la mejor mamada de mi vida. El secreto fue que la chica usó muchas babas. Alguna ventaja tenía que tener el síndrome de down”.
No me negarán ustedes que es muy difícil encontrar una declaración más bestial. Más canallesca, más repugnante y más vil. Más cobarde y gratuita. Más vomitiva. Lo dicho, un grandísimo hijo de puta.
Con todo, lo más triste es que tres días después de su vómito miserable, este engendro de apariencia humana, este graciosillo de mierda, siga ensuciando Twitter, pues no han eliminado su cuenta. Y más aún que a fecha de hoy su eructo bestial tenga casi 4.000 likes y haya sido retuiteado 1.000 veces.
Definitivamente esta sociedad tan feminista, tan solidaria, tan políticamente correcta para según qué cosas, está muy enferma. ¿Dónde está la legión de feminazis que no alzan la voz contra este miserable? ¿Dónde están las manifestaciones, las pancartas, los no es no, las condenas campanudas de los Pedro Sánchez, de las Carmen Calvo, de los jueces obedientes, de todas y cada una de las Susanna Griso de las cadenas de televisión públicas y privadas? ¿Es que una monstruosidad como ésta puede quedar impune?
Ya que la Fiscalía del Menor ni está ni se la espera, confío que al menos las asociaciones de enfermos con síndrome de Down actúen. También el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil. Y Hazte Oír. Y el equipo jurídico de VOX, el único partido que hasta el momento ha ejercido la acusación particular en delitos tan flagrantes como éste. Todo mi apoyo para ellos.