El 28 de julio de 1635 una fuerza flamenca de 800 hombres del ejército español de Flandes, al mando del barón Anholt, consiguió tomar por sorpresa la importantísima fortaleza de Schenkehanz (que los españoles conocían como el “Esquenque”), que permitía controlar la navegación por el gran río Rhin. La consternación fue total en Holanda e incluso se dice que el “estatuder” o presidente de las Provincias Unidas holandesas, Príncipe de Orange, al tener noticia de ello mientras comía en su palacio sufrió tal ataque de ira que arrojó los platos por las paredes.
Los holandeses organizaron una ofensiva para recuperar la estratégica fortaleza. A finales de septiembre un ejército de 2000 holandeses puso asedio a la plaza, disparando sobre ella 1000 proyectiles de artillería, pero la fortaleza había sido reforzada con 15000 hombres enviados por el gobernador del Flandes español (la actual Bélgica) el Cardenal Infante Fernando, hermano de Felipe IV y el hombre que en 1634 había derrotado al ejército protestante germano-sueco en la gran batalla de Nordlingen, en Baviera, Los holandeses consiguieron tomar una de las fortificaciones, pero las fuerzas españolas, italianas y flamencas del ejército hispánico contraatacaron y después de una terrible lucha entre los mosqueteros de ambos bandos lograron recuperarla y expulsar a los protestantes. Murieron más de 700 holandeses.
El Cardenal Infante siguió con su campaña victoriosa poniendo asedio a la ciudad holandesa de Venlo. El Príncipe Orange acudió al socorro con un ejército de 12000 hombres. Lanzó su ataque aprovechando el descuido de las tropas hispanas y tomó algunas trincheras. Pero la infantería católica reaccionó y rechazó a la caballería holandesa, que pretendía infiltrarse. Murieron 2000 holandeses y perdieron 8 cañones. Venlo cayó en manos españolas a principios de octubre de 1635.
En febrero de 1636 un ejército de 12000 holandeses por tierra, junto con 30 grandes lanchas desde el Rhin, volvieron a atacar Schenkehanz con abundantes municiones y escalas de asalto. Los holandeses asaltaron el fuerte principal. Pero la artillería hispánica de la fortaleza hundió 15 lanchas enemigas. Y por tierra salió el barón de Anholt con 7000 soldados flamencos y consiguió frenar primero y luego derrotar a los holandeses en una durísima batalla en la que murió el propio Anholt junto con 400 soldados hispánicos.
Pero también murieron 2500 holandeses. Aunque a un alto precio el estratégico “Esquenque” siguió siendo español por el momento.
Fuentes:
—Memorial Histórico Español. Tomo XIII.
— Matías de Novoa; Crónica de Felipe IV Rey de España.
Por Rafael Molina Sánchez Este artículo se publicó primero en Ahora Información: LOS TERCIOS LUCHAN EN HOLANDA