La congresista demócrata Lois Frankel boicotéo los planes de la Casa Blanca en un encuentro libre de controversia la semana pasada cuando subió al podium y dijo que las mujeres no pueden empoderarse sin contracepción y aborto. Además de este insulto, se dio el hecho de que Ivanka Trump había trabajado duro para afianzar la nueva Iniciativa Global para el Desarrollo y la Prosperidad de las Mujeres como una iniciativa únicamente bipartita.
“No es suficiente promover el espíritu empresarial de las mujeres y su acceso a los mercados financieros. Debemos reconocer, para una verdadera igualdad y empoderamiento, que las mujeres deben tener el control sobre sus propios cuerpos. Y sí, eso significa el acceso a una salud sexual y reproductiva exhaustiva”, dijo Frankel. Sus comentarios fueron la última palabra en el encuentro de la semana pasada en el edificio Ronald Reagan.
Desde su llegada a la Casa Blanca, Ivanka Trump ha trabajado a través de la vía politica para reunir a los legisladores en torno al tema del empoderamiento económico de las mujeres. Asegurar la integridad de su iniciativa es algo que está lleno de tensiones y desafíos. Las reivindicaciones de Frankel son parte de un esfuerzo creciente para insertar el aborto dentro de su trabajo y ridiculizar a Trump por intentar mantener los asuntos de las mujeres libres de conflicto. Frankel demostró que los Demócratas continuarán intentando conseguir la financiación insuflada para la iniciativa dentro de la ya abultada industria del aborto.
En el encuentro de la semana pasada, Ivanka Trump y el administrador de la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), Mark Green, anunciaron el primer asalto de la financiación bajo la nueva iniciativa – 27 millones de dólares dirigidos a 14 proyectos en 22 países. Los proyectos ayudarán a más de 100.000 mujeres con 260 millones de dólares adicionales comprometidos con socios públicos y privados del sector. La mayoría de los proyectos son para beneficiar a las mujeres en África y Sudeste de Asia.
La declaración de Frankel renovó los temores a que los grupos confesionales no puedan ser elegibles para competir por las ayudas para el crecimiento económico gestionadas a través de USAID, debido a los criterios requeridos sobre las políticas de género de USAID en vigor. Las polítcias, adoptadas bajo la administración Obama, incluyen un lenguaje controvertido sobre el aborto tales como “salud sexual y reproductiva”.
Esta tension fue lo primero que se reveló cuando el Congreso aprobó el Acta de Espíritu Empresarial y Empoderameinto Económico de las Mujeres” (WEE Act) el pasado invierno. Ese acta elevaba a mandato las políticas de género y programas controvertidos de la era Obama.
Frankel fue una fuerza directriz detrás del WEE Act, un proyecto de ley bipartito del que ella es coautora. Sin embargo, fue capaz de mantener a la Casa Blanca como rehén, amenazando con retirar el apoyo Demócrata si los requerimientos del conflicto de género fuesen omitidos.
Por el momento, los grupos conservadores advirtieron a los Repúblicanos que volver a utilizar tal lenguaje era necesario para proteger a los grupos confesionales y asegurarse de que asuntos controvertidos como el aborto nunca podrían avanzar en el Proyecto de ley.
Con la misma preocupación, los senadores republicanos arrojaron esperanza sobre el WEE Act hasta que la Casa Blanca les asegurara que USAID revisaría las políticas. Con el compromiso de la Casa Blanca, el Senado apoyó la legislación sin protecciones por cuestión de conciencia o abanderados provida. Las políticas aún tienen que ser reescritas y las afirmaciones de Frankel han reabierto las preocupaciones sobre las políticas de la era Obama.
La nueva inciativa tiene un presupuesto inicial de 50 millones de dólares con la petición del presidente Trump de 100 millones adicionales del Congreso en su presupuesto de 2020. La inciativa busca ayudar a 50 millones de mujeres a lo largo de los 6 próximos años.