La exactitud de estas cifras podría resultar sorprendente. Pero no hay que olvidar que el impuesto religioso siempre se exige a toda persona que se declara católica. Esta cantidad representa del 8 al 9% del impuesto sobre la renta, que es aproximadamente del 0.2 al 1.5% del ingreso total. El sistema también se aplica a los protestantes. Este impuesto, que se remonta a principios del siglo XIX, es una fuente importante de ingresos para los cultos católicos, protestantes y judíos. Para la Iglesia católica, esto representa más de 5 mil millones de euros por año.
Cualquier persona que quiera dejar de pagar este impuesto debe declarar por escrito al tribunal administrativo local o a la oficina de inscripción que desea dejar la Iglesia. Luego se extrae a la persona de los registros de la Iglesia y ya no puede recibir los sacramentos, como declaró la Conferencia Episcopal de Alemania el 20 de septiembre de 2012.
Este impresionante número de bajas de la iglesia, según el término especializado, ha aumentado un 29% desde 2017 (167,504), y representan casi el 1% de los católicos, unos 23 millones. El secretario de la Conferencia Episcopal, el Padre Hans Langendörfer, califica estas estadísticas de «preocupantes».
Casi la misma cantidad de protestantes (220,000) le dieron la espalda a su iglesia en 2018, es decir, 11.6% más que el año anterior, según reveló la Iglesia Evangélica en Alemania (EKD). Actualmente hay 21 millones de protestantes alemanes (25,4%), un 1.8% menos que a lo largo del año.
¿Cuáles son las causas de esta hemorragia?
Para el padre Hans Langendörfer, la publicación en septiembre de 2018 del estudio sobre los casos de abuso sexual en la Iglesia explica en parte el aumento de las bajas. Varios investigadores y obispos mencionaron también una cierta pérdida de credibilidad en las iglesias establecidas, así como la diversificación de las ofertas religiosas, ¿un eufemismo sociológico para enmascarar el avance del islam?
Un estudio publicado en mayo de 2019 por la Universidad de Friburgo concluyó que la cantidad de personas que pertenecen a las dos principales iglesias alemanas se reducirá a la mitad para 2060.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la proporción de bajas es similar entre protestantes y católicos, y la explicación de este fenómeno solo puede ser muy parcial, ya que la primera no ha sido objeto del mismo descrédito sobre el tema del abuso. ¿No deberíamos buscar en la desacralización del ministerio sacerdotal y el progresismo avanzado del catolicismo alemán una razón básica para esta hemorragia perturbadora? A fuerza de querer participar en el aspecto social, la Iglesia ha dejado de alimentar a las almas.
El hombre no está hecho para quedarse en esta tierra. Fue creado para conocer y amar a Dios en la eternidad. Si el sacerdote no apunta su dedo al cielo, sino que limita su actividad al horizonte terrestre, no obtendrá más resultados que un simple saltimbanqui.