Fuente: Netflix
El Estado norteamericano de Georgia es, como se recordará, otra parte de la Hispanidad y de la Dixie que ha avanzado en lo concerniente a la protección jurídica de los individuos no nacidos. Salió adelante un proyecto conocido como del “latido del corazón”, que prohíbe abortos a partir de la sexta semana de gestación.
Este avance no fue de agrado para las grandes corporaciones, comprometidas con la causa de la cultura de la muerte. Prueba de ello es la empresa cinematográfica Netflix, que amenazó con no realizar producciones en este territorio hispano, negándose, por ende, a generar cualquier clase de beneficio económico.
Ahora bien, ese orden espontáneo intrínseco al mercado ha sabido reaccionar. Cuando se demanda un bien o servicio, se tiene en cuenta un criterio determinado, no necesariamente relacionado con el precio o la calidad en sí. Cierto es que es posible anteponer las convicciones morales partidarias del respeto a la dignidad humana.
Unas 126.000 personas han decidido darse de baja de este servicio de contenidos multimedia como reacción contra la causa abortista. De hecho, la compañía también ha fallado en sus predicciones tales como la que contemplaba un crecimiento global de suscriptores en torno a 2’3 millones. Nunca antes había experimentado pérdidas significativas de suscriptores.
Este artículo se publicó primero en Ahora Información: El boicot abortista a Georgia le sale caro a Netflix