En un comunicado la Comunión Tradicionalista Carlista denuncia que «no es posible que en pleno siglo XXI parte de la red ferroviaria de Extremadura siga anclada en el siglo XIX, con travesaños que aún son de madera».
Según la formación política en las últimas setenta y dos horas, las líneas de ferrocarril que atraviesan distintos puntos de la geografía de la región de Extremadura han presentado incidencias que han privado a los viajeros de hacer un viaje con una seguridad estándar, en un tiempo razonable.
No obstante, no son episodios aislados en lo que respecta al «tren extremeño». Por un lado, las traviesas de las vías fueron construidas en el siglo diecinueve (aún se conservan como tal, en madera), no estando tampoco electrificado ningún tramo de la misma.
Pero es que son numerosas las incidencias que pueden presentarse durante un viaje en tren (hecho en redes de vía única): incendio, escape de combustible, corte de suministro eléctrico, fallos en los motores…
En no pocas ocasiones, como mínimo, hay retrasos de entre 30 y 90 minutos, que en ocasiones acaban requiriendo un gasto adicional por parte de RENFE-ADIF, resultante de la contratación de autobuses o de servicios de taxi que lleven a los viajeros a sus respectivos destinos.
De nada han servido reformas como las recientemente emprendidas en tramos como el comprendido entre las localidades pacenses de Castuera y Cabeza del Buey (no ha habido ausencia de incidencias este verano).
Tampoco parece haber merecido la pena el reemplazo de 11 trenes de la serie 598 por modelos 599 (algo más modernos), ni siquiera la habilitación de talleres de reparación en Mérida y Plasencia.
Ante todo ello, la Comunión Tradicionalista Carlista (CTC) hace las siguientes consideraciones :
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- El ferrocarril extremeño forma parte del monopolio ferroviario nacional consolidado por las empresas estatales RENFE y ADIF, ambas controladas por los políticos de turno.
- La clase política carece de una visión social largoplacista, prefiriendo, por ende, el cortoplacismo electoralista, engañando a la misma sociedad civil extremeña.
- Las manifestaciones «Tren Digno Ya» de 2017 y 2018 fueron meras operaciones del gobierno regional extremeño (PSOE), que tuvo como colaboradora satélite a la plataforma Milana Bonita. La intensidad de las mismas no fue similar; dependió de quien gobernara en Moncloa (en 2017 fue en Madrid porque gobernaba Mariano Rajoy; en 2018 en Cáceres porque gobernaba Pedro Sánchez y, de paso, había que atraer gente «encandilándola» con el Mercado de las Tres Culturas).
- El ferrocarril extremeño debería pertenecer a la sociedad, en aras de una economía de planificación no centralizada y el principio de subsidiariedad. Que cada cual pueda demandar el servicio que más satisfactorio le resulte mientras que los proveedores del servicio deberían, libremente, competir en pro del «bien común» siempre dentro de un margen de beneficios justo (facilitando viajes de trabajo, de encuentro familiar, de vacaciones, de asistencia a consultas médicas, etc.).
Finalmente, la CTC manifiesta su voluntad de «señalar que en cuestiones económicas frente al dualismo privatización-nacionalización la CTC se pronuncia por la «sociedalizacion» devolviendo a los cuerpos intermedios naturales la capacidad de iniciativa económica. Y ello por cuanto el dirigismo estatal o burocrático no produce más que ineficiencias económicas y al final pobreza; y la privatización con el sometimiento, sin límites de justicia, al libre mercado lleva consigo la obtención de «resultados no equitativos». La solución al capitalismo que nos oprime, pues, no es concentrar más (ni en el Estado ni en multinacionales) sino en desconcentrar, no en «socializar» sino en «SOCIEDALIZAR».»