En conmemoración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se celebra este 10 de septiembre, el director general de la Organización, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, exhortó a todas las naciones a instaurar programas de salud para prevenir que se cometan este tipo de actos.
“Cada muerte es una tragedia para familia, amigos y colegas. Ahora bien, los suicidios pueden prevenirse. Hacemos un llamamiento a todos los países para que incorporen de forma sostenida en sus programas nacionales de salud y formación estrategias de eficacia probada para la prevención del suicidio”, dijo. Hasta el momento solo 38 naciones lo hacen.
La tasa más elevada de suicidios durante el año 2016 correspondió a los países de ingresos altos – 11,5 personas por cada 100.000 habitantes- y [mks_highlight color=»#8224e3″]fue predominantemente masculina [/mks_highlight] , mientras que el 79% de los suicidios sucedieron en naciones de ingresos bajos y medios.
Los jóvenes, entre los principales afectados
Por otra parte, el suicidio se ha convertido también en la segunda causa de muerte más importante entre jóvenes de 15 a 29 años, tras los accidentes de tráfico. Entre los adolescentes de 15 a 19 años fue la segunda causa de mortalidad para las niñas (precedida únicamente por las afecciones maternas) y la tercera entre los niños (tras los accidentes de tránsito y la violencia interpersonal).
El ahorcamiento, la intoxicación voluntaria por plaguicidas y las armas de fuego fueron los métodos de suicidio más frecuentes y la disminución de ese tipo de actos se logró principalmente a “través de la restricción del acceso a los medios de suicidio; la sensibilización de los medios de comunicación para que informen sobre los suicidios de forma responsable; la puesta en marcha entre los jóvenes de programas de aptitudes para la vida que les permitan hacer frente a las dificultades cotidianas; y la detección temprana, gestión y seguimiento de las personas en riesgo de suicidio”.
La Organización Mundial de la Salud destacó que las bases de las estrategias nacionales para la prevención del suicidio se asientan en la importancia de contar con un registro adecuado y en la vigilancia periódica de las tasas de suicidio de cada país.
Pese a ello, solamente 80 de los 183 Estados miembros de la OMS de los que se publicaron estimaciones durante 2016 disponían de registros civiles con datos de buena calidad. La mayoría de los países sin datos de calidad correspondieron a países de ingresos bajos y medianos.