El Senado de España ha vuelto a ser protagonista de una bochornosa sesión, acordando solicitar la institucionalización de fechas conmemorativas y actos de Estado dedicados a rendir tributo y homenaje a las víctimas de la dictadura franquista. En su defensa de la moción, el senador Fernando Martínez tuvo un recuerdo muy especial para la Masonería. “La dictadura franquista creó un entramado jurídico destinado a que cualquier presunto culpable no dejara de tener castigo, como el Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo, que incoó 80.000 expedientes a presuntos masones. Casi la inmensa mayoría de ellos fueron condenados y el tribunal duró 23 años”, explicó. El senador consideró un “deber moral el compromiso inequívoco del Estado” recordar a las víctimas que fueron “estigmatizadas, criminalizadas e invisibilizadas”.
Evidentemente el Senador se olvido de los más de 7.000 religiosos asesinados por la República, y de miles de católicos que murieron en las cunetas por haber cometido un único delito: ser católicos. Igualmente se olvido de recordar que la persecución de los católicos fue auspiciada por la masonería española que copaba los puestos de poder.
Igualmente, el senador llamó a la Cámara Alta a “entroncar con la mejor tradición democrática europea que rinde homenaje sistemáticamente a las víctimas del fascismo y el nazismo con actos de Estado que están dedicados a la reconciliación histórica en países que también vivieron un periodo en que se abrieron muchas heridas”. La propuesta fue aprobada con el único voto en contra del senador de la formación Vox.
En este sentido es necesario recordar que muchos países europeos también rinden homenajes a las víctimas del comunismo y del socialismo, y sin embargo en España esas víctimas han sido sistemáticamente olvidadas.