Los precios bajan, las transacciones no avanzan y los agentes caen en depresión. El Brexit tiene un efecto paralizante en el mercado inmobiliario británico, especialmente en Londres, una ciudad conocida por sus precios estratosféricos.
«El mercado está parado», dice Béatrice Caboche, directora de la agencia inmobiliaria Barnes UK.
Los precios de venta en todo el país están congelados: en julio subieron apenas un 0,7% interanual, su ritmo más lento desde finales de 2012. Un frenazo que los profesionales del sector atribuyen al Brexit y a las dudas que genera desde hace tres años.
«El mercado de la vivienda está lento desde 2016», el año del referéndum sobre la Unión Europea, «debido a cambios en las tasas de venta pero también a la incertidumbre sobre el Brexit«, afirma Yael Selfin, economista jefe de KPMG UK.
Muchos compradores retrasan sus transacciones por miedo a que los precios se desplomen en caso de Brexit sin acuerdo y los vendedores, que no quieren rebajar sus bienes, prefieren onservarlos aunque sea vacíos.
En Londres, el valor de las viviendas cayó casi un 4% interanual en el primer trimestre, según el índice nacional, el mayor retroceso desde 2009 tras la crisis financiera. Una casa o un apartamento vale de media 478.000 libras en la capital, según cifras de julio, es decir, el doble de la media nacional.
Los barrios más elegantes de Londres, como Mayfair o los alrededores de Hyde Park, son los que lo tienen más negro. «Las transacciones en las casas de lujo del centro de Londres alcanzaron el año pasado su nivel más bajo en diez años», señala LonRes, grupo que recopila datos inmobiliarios.
En torno a las residencias vigiladas por porteros con chistera, la caída puede ser particularmente abrupta: «Un bien de 14 millones de libras en el mercado desde hace cuatro años puede venderse ahora por 9 millones», afirma Caboche.
El comprador es rey
Pero también los barrios más populares, y el resto del país, se ven afectados. La directora de Barnes UK considera que el golpe es más duro que el de la crisis financiera de 2008. «Esta vez, la caída de los precios ha sido menos rápida, pero dura en el tiempo y no se vislumbra una mejora», afirma.
Y todo esto está teniendo un fuerte impacto en el ánimo de los agentes inmobiliarios. «El trabajo sigue siendo el mismo pero no las remuneraciones» porque las comisiones dependen de las ventas, agrega.
Por el contrario, este contexto ofrece oportunidades para algunas familias que ahora pueden comprar a mejor precio, especialmente en un momento en que las tasas de interés de los créditos son históricamente bajas.
Y la pérdida de valor de la libra, que cayó un 20% desde el referéndum de 2016, estimula también el apetito de los compradores extranjeros. «El mercado es de los compradores», admite Caboche.
Algunos reconocen que esta ralentización es sana tras años de alza de precios, especialmente en Londres, que sigue siendo una de las ciudades más caras del planeta.
Para el gabinete de analistas Pantheon Macroeconomics, el sector inmobiliario británico «tocó fondo» y debería «salir progresivamente del coma provocado por el Brexit» con un alza del 1,2% prevista el próximo año… A condición de que no se produzca un Brexit sin acuerdo, pesadilla de los círculos empresariales.
Por su parte, KPMG prevé que si el Reino Unido abandona la UE con un acuerdo el 31 de octubre, el mercado ganará un 1,3% el año que viene. Pero, de lo contrario, «los precios de la vivienda podrían caer del 5,4% al 7,5% según las regiones en 2020».
Por Véronique Dupont