«Nuestra vocación tradicionalmente, espiritualmente, religiosamente, históricamente, es la vocación de España, porque de tal manera se anudaron nuestra sangre y nuestro espíritu con la carne, con la sangre, con el espíritu de España, que desde el día que se fundaron los pueblos hispanoamericanos, desde ese día quedaron anudados nuestros destinos con los de España.
Y en seguir la ruta abierta por la vocación de España, está el secreto de nuestra fuerza, de nuestras victorias y de nuestra prosperidad como pueblo y como raza »
Anacleto González Flores.