James Dixon nació en 1758 en el seno de una familia del Condado de Wexford, Irlanda. Atraído por el celo sacerdotal de su párroco, el joven decidió servir a la Iglesia respondiendo al llamado divino.
Completó su formación sacerdotal en los prestigiosos seminarios de Salamanca y Lovaina antes de regresar a Irlanda, donde fue nombrado vicario en la parroquia de Crossabeg, en el Condado de Wexford, su tierra natal, donde nada parecía perturbar la tranquilidad.
Sin embargo, en 1798 estalló una sedición popular en Dublín y sus alrededores, debido a la cual católicos y protestantes formaron una alianza circunstancial para poner fin al dominio de la corona británica en Irlanda.
Condenado a muerte y desterrado a prisión
Una de las batallas de esta alianza irlandesa fue la de Tubberneering, que tuvo lugar en Wexford, cerca del pueblo del Padre Dixon. Acusado sin pruebas de haber luchado junto a los insurgentes, el joven sacerdote fue condenado a muerte por un tribunal militar, pero la sentencia se conmutó por el exilio de por vida en Botany Bay, en las antípodas de Irlanda.
Botany Bay es el nombre de una colonia británica de Nueva Gales del Sur, fundada en la costa este de Australia diez años antes, no lejos de Sídney. Las cárceles superpobladas de Londres, repletas de presos acusados de delitos comunes, enviaban a sus prisioneros a este lugar.
Cuando el Padre Dixon llegó a la colonia en 1800, el catolicismo seguía estando prohibido, aunque los católicos irlandeses deportados representaban aproximadamente una décima parte de la colonia.
Para apaciguar la ira de los católicos, privados de sacramentos y cuyo número aumentaba desde 1798, el gobernador de Botany Bay obtuvo la autorización de la Santa Sede para solicitar el ministerio del Padre Dixon.
Así fue como se celebró la primera Misa católica en Sídney, Australia, el 15 de mayo de 1803. Las vestiduras litúrgicas se confeccionaron con cortinas, y el cáliz se forjó en peltre.
Menos de un año después, estalló una rebelión en Botany Bay. Se proclamó la ley marcial, y la práctica del catolicismo quedó nuevamente prohibida hasta 1816, debido a la participación de los católicos irlandeses en la revuelta. Mientras tanto, el Padre Dixon fue liberado: regresó a su ciudad natal de Wexford en 1808, donde murió en 1840.
En 2019, los católicos representan el 23% de la población australiana y conforman la religión más importante del país.