Pasado un mes de la última consulta, y superado el paroxismo de la moderna sibila o encuesta escrutadora, el panorama lo rellena VOX. Parece ciertamente puro marketing de cuatro ruedas: de 0 a 52 en 6 segundos… Al quite, C’s por inversión. Si bien resta la marca de UCD allende los 80’. En efecto, la cuestión la centra si VOXTAR o NO VOXTAR.
No puede menos de reconocerse que Abascal tiene su mérito. Y no se encuentra solo. Es, visto desde dentro, una dulce marea. Sin que nos conste a este punto si resulta pleamar. En cualquier caso, juega bien sus cartas y muestra, en general, cierto dominio de retórica ágil que tiende a acallar los contrarios.
Esto nos sitúa ante las expectativas. Es obvio que el PP reaccione contra VOX. Pero esto más beneficia a VOX que lo contrario. A la postre, pongamos por caso, que el PP presida en Andalucía la Junta lo debe a VOX. Ahora, tendiendo C’s a desaparecer –y la única razón de ser de C’s fue el fiasco del PP en Cataluña-, una parte no pequeña de los respaldos de C’s tendrán su asiento natural en VOX. Para comenzar, precisamente por la cuestión nacionalista. Lo que conlleva, por razón de subirse a un tren en marcha, cierto tirón. Bien es verdad que los tentáculos peperos –TRECE, ABC, La Razón…- agudizarán el miedo invocando el rojerío. Vistalegre I y II alumbró y confirmó el suelo social de VOX. El techo está por ver.
Lo que nos puede situar ante una reviviscencia de Fraga… En efecto, Fraga recibió el mandato de introducir el franquismo sociológico en el democratismo de nuestros días invocando España. Y pudiera resultar que por esta invocación que tiende a presentar a España como absoluto, se encontrara el país en el mismo punto de partida con la añadidura de afirmarse VOX como el malecón del régimen del 78. Lo dicho expectativas…
Por Evaristo Palomar