Hace tres meses y medio, los polacos fueron citados a las urnas, para renovar la composición del parlamento nacional. Mientras, el próximo mes de mayo, volverán a tener una cita, para decidir quién será el próximo jefe del Estado polaco.
Los nacionalistas-conservadores de Ley y Justicia (homólogos de VOX y socios del mismo en el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos), cuya abreviatura en polaco es PiS, consiguieron revalidar su mayoría absoluta en el Sejm (Cámara Baja), pese a que en el Senado perdieron la mayoría absoluta, dado que algunos votantes optaron por candidaturas independientes.
Pues bien, parece ser que las tendencias se mantendrían si se celebraran ahora los comicios legislativos y presidenciales (actualmente ostenta el cargo presidencial el conservador Andrzej Duda). Así lo confirmarían unos sondeos para el diario conservador minarquista y pro-mercado DoRzeczy, cuyos resultados se han publicado esta última semana del mes de enero [1] [2].
Andrzej Duda continuaría siendo presidente de Polonia
En la primera ronda de los comicios presidenciales, Andrzej Duda obtendría un 47’1% de votos, seguido por la candidata centro-izquierdista y socia del PP español Małgorzata Kidawa-Błońska, con un 24’1%. El post-comunista Kosiniak-Kamysz, de la Alianza de la Izquierda Democrática (SLD en polaco) se quedaría con 9’3 puntos (4 décimas menos obtendría el homosexualista Robert Biedron).
Con estos resultados, Duda podría continuar en el Palacio Presidencial. En la segunda vuelta, recabaría el apoyo de esos votantes cuya primera preferencia no es el PiS (sectores de la derecha que, pese a no estar alineados al PiS, por ejemplo, por la traición pro-vida o la férreamente intervencionista política económica, prefieren que George Soros lo tenga más complicado).
La Confederación Libertad e Independencia no sería efímera
Una de las características más destacadas de los resultados electorales del pasado 13 de octubre fue el resultado de la llamada Confederación Libertad e Independencia. Con un 6’81% de voto escrutado, consiguió once escaños esta coalición euroescéptica de tradicionalistas, monárquicos, paleo-libertarios y nacionalistas.
De haber comicios legislativos actualmente, esta candidatura podría alcanzar unos siete puntos (ciertos termómetros políticos estiman que no va camino al desplome, máxime cuando el PiS es algo endeble en materia de política exterior, al no querer plantear un PolExit, y seguir poniendo palos en las ruedas a las reformas legislativas pro-vida, con amplio respaldo social).
De hecho, obtendría tres décimas más en las elecciones presidenciales. Esto a pesar de que las recientes elecciones primarias para los comicios en cuestión podrían haber asegurado una «aparente polarización» con respeto a la facción más conservadora-libertaria. El presidenciable de esta estructura será el nacionalista Krzystof Bosak, del Movimiento Nacional.
A la vista de estos resultados, puede afirmarse que la derecha polaca no atraviesa, para nada, su peor momento. De hecho, es interesante señalar que una gran proporción de la juventud polaca, prácticamente mayoritaria, avala bien a PiS o a la Confederación.