Los distintos Estados, por medio de sus gobernantes, procuran tejer las alianzas geopolíticas más concernientes a sus interés y/o acordes a sus ideologías. Mientras que España trata de sumarse al Grupo de la Puebla y reeditar el antiguo Pacto de Varsovia (en versión hispanoamericana), Brasil procura alinearse a gobiernos que se entienden como «más conservadores».
– Visita do Chanceler polonês Jacek Czaputowicz.
– Confirmei ida à Polônia no corrente ano. pic.twitter.com/NeEQzHt5ip
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) February 4, 2020
Precisamente, el pasado martes día 4 de febrero, por medio de la red social Twitter, el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, anunció que haría una visita oficial a Polonia este año. Si bien el tuit solo se limita a adjuntar a ello la cuestión de la visita de Jacek Czaputowicz, ministro polaco de Exteriores, el diario EXAME señala que esta visita sería en abril y que también incluiría a Hungría.
Se da por hecho que esos dos países del Grupo del Visegrado forman una especie de «tándem conservador». Pese a ciertos errores como la traición a los pro-vida polacos, el estatismo y una visión considerablemente nacionalista, ambos tienen unos gabinetes que descolocan demasiado a la élite eurocrática: por ejemplo, oponiéndose a admitir a los llamados «refugiados» (musulmanes).
Mientras, Bolsonaro está granjeándose la fama de ser uno de los dirigentes de derechas más contundentes y coherentes de los tiempos contemporáneos (compagina la estricta reducción del intervencionismo estatal en las esferas económica y social con una apuesta por el derecho a la defensa propia y la santidad de la vida humana, contra ideologías como la de género y el globalismo).
Es más, este mismo dirigente fundó hace unos meses una escisión del Partido Social Liberal, denominada como Alianza por Brasil, ante las divisiones internas que había causado su línea pro traditio y pro libertas en el anterior partido. De hecho, de acuerdo con el mismo, esta tendría la siguiente definición:
[P]artido conservador, que respeta todas las religiones, respalda los valores familiares, apoya el derecho a la legítima defensa, el derecho a poseer un arma de fuego, el libre comercio con todo el mundo, sin ninguna agenda ideológica.
Así pues, podría considerarse este anuncio de viajes de Jair Bolsonaro como una especie de estrategia de alineación política concreta. Es más, podríamos preguntarnos si causará tanta expectación como la que, en el verano de 2017, realizó Donald Trump (este emitió un discurso bastante plausible, ante el Monumento al Alzamiento de Varsovia, en la Plaza Krasinski de la capital polaca).