Este pasado sábado 8 de febrero, los irlandeses tuvieron una cita con las urnas para renovar la composición de su cámara legislativa nacional. El escrutinio sirvió también para corroborar el declive de la fe católica así como el consiguiente suicidio cultural sociológico.
Se posicionó como partido ganador (con más de un 24 por ciento de votos, aunque con un escaño menos que el centrista Fianna Fáil) el Sinn Fein, una agrupación política de izquierdas que puede considerarse como brazo político del antiguo grupo terrorista cuyas siglas le permiten ser conocido como IRA.
La ideologizada prensa del llamado mainstream celebró, con orgullo, los resultados, ya que los consideran como una derrota histórica de la derecha de un país que antiguamente estaba entre los más católicos y tradicionales de Europa.
Empero, el quid de la cuestión de la noticia es otro. De acuerdo con el digital británico euroescéptico Express, se ha puesto sobre la mesa la idea de un referéndum de reunificación (el área de Irlanda del Norte es un territorio «independiente», perteneciente a Reino Unido).
Además, se ha pedido apoyo a la eurocracia bruselense para intervenir del mismo modo que se hizo, en su momento (1989), con la reunificación de Alemania. Precisamente, su presidente, Mary Lou McDonald, ha declarado:
Ciertamente, estaremos haciendo peticiones al sistema europeo en relación a los intereses irlandeses a largo plazo y el asunto de la partición. Pienso que la Unión Europea necesita adoptar una postura respecto a Irlanda, del mismo modo que se apoyó la reunificación de Alemania, del mismo modo que se tiene una posición en Chipre, por ejemplo, y un enfoque positivo en la reunificación de ese país.
Por otro lado, como apunte más bien, conviene recordar que, en los comicios parlamentarios británicos que se celebraron el pasado día 12 de diciembre del año 2019, el Sinn Fein fue el segundo partido con más apoyos en Irlanda del Norte (obtuvo diputado en siete circunscripciones).