El Real Instituto de Estudios Asturianos acaba de publicar una monografía que atiende la incidencia ideológica del conflicto europeo en la prensa y partidos políticos en la Asturias de la Restauración
Con anterioridad a 2014, la coyuntura historiográfica se ha volcado por completo a una nueva indagación del impacto de la I Guerra Mundial en España. Como ha afirmado uno de los promotores de un congreso internacional celebrado en Barcelona hace ya seis años, Javier Rodrigo, la Gran Guerra ha sido y es un acontecimiento generador de una de las temáticas más ricas, explotadas y debatidas, lo que por otra parte no significa que muchas de estas monografías de gran éxito de ventas aporten algo novedoso. Con todo, quedan aún oscuridades que deben solventarse adecuadamente y de modo especial en Asturias. Oscuridades que trata de responder la monografía de reciente aparición Una Guerra Civil Incruenta. Germanofilia y aliadofilia en Asturias en torno a la I Guerra Mundial (1914-1920). Con el ánimo de abrir nuevas investigaciones futuras, esta investigación aprovecha y se beneficia de la aparición de multitud de estudios históricos regionales y locales —como el catalán, el andaluz, el vasco, el aragonés o el gallego— que se han venido brindado en los últimos años. Asturias vivió, como la que más, el influjo del conflicto europeo, distinguiéndose varios períodos mediante un análisis de la hemeroteca histórica. La prensa de gran circulación provinciana en aquel contexto tomó tres sendas, a saber: en primer lugar, El Noroeste de Gijón, La Voz de Avilés y en un primer momento El Correo de Asturias de Oviedo respaldó a la Entente Cordiale, constituida por Francia, Inglaterra, la autocrática Rusia, y posteriormente de Italia y Estados Unidos. En segundo término, los católicos El Carbayón de Oviedo y El Pueblo Astur de Gijón, pocos años antes de su fusión (1919), favorecieron a los Imperios Centrales (la protestante Alemania del Káiser Guillermo II y el multiétnico Imperio Austro-Húngaro). En último lugar, se situaría en una posición intermedia, El Comercio de Gijón no tomó parte a favor ni de unos ni de otros, si no en pro de una neutralidad deseada en términos generales por todos. Por supuesto, las fuerzas políticas que conformaban el amplio espectro asturiano se implicaron pues a fondo con la cuestión.
Joaquín Alonso Bonet describía acertadamente para Gijón, una vez iniciadas las hostilidades, el entusiasmo de la opinión pública por el conflicto, no tan diferente de lo que a nivel de España pareció ocurrir: “Aquel día primero de agosto de 1914, empezaron a aparecer en los transparentes de los diarios locales, las primeras noticias de guerra […] La calle Corrida, en las últimas horas de la tarde, era un hervidero humano”. Efectivamente, el centro de discusión por antonomasia era la Guerra Europea delante de las pizarras de las sedes de los principales rotativos regionales así como en los cafés, los círculos republicanos y jaimistas, las casas del pueblo o los espacios informales asociados a los burgueses y proletarios. Se ha deliberado acerca de si la huella ideológica se limitó fundamentalmente en las élites o si también se extendió a todas las capas de la sociedad. Lo cierto es que se generaron en un primer momento numerosas crisis de subsistencia a consecuencia de la escasez e incremento del precio de los productos básicos, lo que fue el detonante de resonantes movilizaciones colectivas en Langreo y con mayor eco en Gijón.
Los aliadófilos en España tuvieron como máximos adalides a Lerroux, el Conde de Romanones y el gijonés Melquíades Álvarez, cuyo Partido Reformista de reciente fundación (1912) abogaba por una errática modernización de las estructuras del caduco sistema canovista a la manera franco-británica. Fue efectivamente en Villaviciosa y Gijón, en agosto de 1914, desde donde el reformismo emitió una aliadofilia decidida, pese a favorecer por todos los medios la neutralidad. Por su parte, las agrupaciones locales del maurismo y del socialismo decidieron suspender numerosos actos hasta el fin de las hostilidades. No obstante, y por lo que se refiere a las huestes germanófilas jaimistas y mauristas, éstas promovieron manifestaciones y campañas de firmas en Oviedo contra el intervencionismo de Lerroux a comienzos de septiembre de 1914.
Sin duda, el gran éxtasis germanófilo asturiano lo corroboró la presencia del pensador jaimista Vázquez de Mella en plena “Unión de las Derechas” con los mauristas. La campaña electoral de abril de 1916 que le concedería el acta de diputado por Oviedo, estuvo teñida entre la prensa asturiana de acusaciones de germanofilia y aliadofilia, tras aquel vehemente discurso de Los Tres Dogmas Nacionales en el teatro de Zarzuela patrocinado por la embajada alemana. Es sobradamente conocido que la actitud del prócer natural de Cangas de Onís condujo, entre otras muchas razones, a un cisma dentro del Partido Jaimista al concluir la I Guerra Mundial.
Los seis primeros meses de 1917 se caracterizaron por las tensiones del gobierno español con la cancillería alemana por el decreto del bloqueo submarino total y la concatenación de torpedeamientos de mercantes españoles. Las costas asturianas fueron testigo de la llegada de numerosos náufragos españoles y también de las potencias beligerantes tras el hundimiento de numerosos buques por parte de los submarinos alemanes. La prensa aliadófila agasajó y defendió sus intereses, por supuesto. A ello añádanse las múltiples advertencias de El Noroeste de los movimientos del cónsul alemán de Gijón y de los asentamientos alemanes en la región y la cooperación que desde tierra efectuaron no pocos simpatizantes germanófilos.
A lo largo del conflicto, en plena “guerra de propagandas” alemanes y franceses trataron de condicionar el mantenimiento de una neutralidad favorable a sus intereses mediante misiones culturales o la financiación de una prensa ávida de recursos económicos en plena crisis papelera a consecuencia de la conflagración. En 1916, las misiones culturales primero y posteriormente las económicas de origen francés tomaron como destinos las ciudades de Oviedo y Gijón. También la embajada alemana procuró la distribución de filmes con los grandes protagonistas del II Reich tan del gusto del público en octubre de 1916 y mayo de 1918.
Finalizadas las hostilidades, se festeja el triunfo aliado por todo la región en forma de manifestaciones políticas republicanas acompañadas de La Marsellesa, el polémico cambio de calles emblemáticas como la Calle Uría en Oviedo por la Avenida de Francia, o los banquetes aliadófilos en los que había no pocos antaño germanófilos implicados.
Datos del libro
Título: Una guerra civil incruenta «Germanofilia y aliadofilia en Asturias en torno a la I Guerra Mundial (1914 -1920)»
Autor: José Luis Agudín Menéndez
EAN: 9788412137248
Editado por: RIDEA
Publicado el: 1 Febrero 2020
Nº páginas: 243
Encuadernación: Rústica
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