A finales del pasado mes de enero, era noticia que el Juzgado de Instrucción nº 21 de Madrid había absuelto a la chica que había incurrido en un allanamiento de morada del inmueble de sus abuelos maternos, situado en la capitalina calle de Atocha.
Pese a las alegaciones de discapacidad con cuadro neurológico de alzheimer que presentaba la abuela (co-propietaria del inmueble e interna de un centro geriátrico de la provincia de Murcia) y a los intentos de mediación de su madre, nada fue posible para poner solución a este caso de «okupación».
Eso sí, no se trata del último escandaloso y deplorable caso que acontece en la urbe matritense. Han sido también, escenario de lo mismo, dos establecimientos de la Gran Vía, Hostal Elena y Hostal Estela. Las dos hermanas que regentan los mismos no han conseguido solucionar el problema.
Se intentó dar avisos con considerable antelación a los «okupas» sobre la extinción del contrato mientras que el consistorio municipal ya tiene en posesión la documentación que acredita la situación (se advierte del adeudo así como de los impagos de agua y luz).
Encima, estos ocupadores ilegales siguen admitiendo a turistas -que hacen reserva de estancia en estos alojamientos- así como recaudando todos esos ingresos generados que deberían de corresponder a las hermanas propietarias, según informa Libre Mercado.
Así pues, dada la inoperancia del Estado en materia de defensa de la propiedad privada, se va a recurrir a la empresa privada Desokupa (es importante señalar que tras la Nochevieja de 2019, la policía municipal no despidió sino a las propietarias del Hostal Elena (haciendo caso a okupas).