La ordenación de los viri probati

Una de las principales preocupaciones era la ordenación de hombres casados, los llamados viri probati. Algunos, como el cardenal Gerhard Müller o el arzobispo Athanasius Schneider, expresaron su alegría porque el Papa rechazó la sugerencia del Sínodo de ordenar sacerdotes a diáconos casados ​​después de una formación adecuada (cf. Documento Final del Sínodo, No. 111).

Otros, por el contrario, no ocultaron su molestia. Por ejemplo, el cardenal Claudio Hummes, relator general del Sínodo para la Amazonía, no estuvo presente durante la presentación del texto papal, y ha pedido que el tema se retome en Roma, de acuerdo con las solicitudes del Sínodo.

Finalmente, muchos observadores señalan que el tema del número 111 ni siquiera se abordó en la exhortación, sino que se trató con preterición. Y eso es precisamente lo preocupante. Este silencio es el que permite el margen interpretativo. Hay quienes lo consideran como una maniobra hábil: el Papa no quiere involucrarse directamente y por sí mismo, además de haber afirmado que no lo haría, pero no excluye un avance a través de otras fuentes. 

El estado del Documento Final del Sínodo

Otra cuestión importante es la del estado legal o canónico del Documento Final del Sínodo. El Papa dijo al respecto: «No desarrollaré aquí todas las cuestiones abundantemente expuestas en el Documento conclusivo. No pretendo ni reemplazarlo ni repetirlo. (…) Quiero presentar oficialmente ese Documento, que nos ofrece las conclusiones del Sínodo. (…) He preferido no citar ese Documento en esta Exhortación, porque invito a leerlo íntegramente. (…) Que los pastores, consagrados, consagradas y fieles laicos de la Amazonia se empeñen en su aplicación, y que pueda inspirar de algún modo a todas las personas de buena voluntad» (No. 2 y 4).

El Cardenal Lorenzo Baldisseri, durante la presentación de la Exhortación Apostólica el 12 de febrero, declaró claramente que solo la Exhortación es parte de la enseñanza magisterial pontificia, excluyendo el Documento Final. En cuanto a Matteo Bruni, director de la oficina de prensa de la Santa Sede, especificó que el Documento Final «no es magisterio». La Exhortación actúa como «un par de lentes a través de los cuales se puede mirar el Documento Final», agregó.

Sin embargo, hay muchos que argumentan lo contrario. El cardenal Michael Czerny, en una entrevista ese mismo día, publicada en Vatican.news, recordó que el Papa «en la introducción de la Exhortación postsinodal, explica que no quiere reemplazar ni repetir el Documento Final. Él lo presenta oficialmente. (…) Además pidió que en la Amazonía, todos los pastores, hombres y mujeres consagrados y fieles laicos se comprometan a su aplicación».

Monseñor Víctor Manuel Fernández, arzobispo de La Plata, conocido por haber sido uno de los redactores de Amoris laetitia, afirmó en las columnas de L’Osservatore Romano del 17 de febrero que «Querida Amazonia» es un texto que complementa el Documento Final sin anularlo, lo cual constituye una novedad.

El jesuita Antonio Spadaro, editor en jefe de La Civiltà Cattolica, explicó en la edición del 12 de febrero que «es la primera vez que un documento de tan magistral importancia se presenta explícitamente como un texto que «acompaña» a otro, es decir, al Documento Final del Sínodo «Querida Amazonia: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral». Y añadió: «Por lo tanto, la Exhortación no va más allá del Documento Final, ni pretende simplemente poner su sello en él. Francisco lo acepta completamente y lo acompaña, guiando su recepción como parte del viaje sinodal, que está en marcha y que ciertamente no podemos decir que haya terminado».

Una hipótesis muy probable

Monseñor Nicolas Bux, sacerdote de la diócesis de Bari, conservador cercano a Benedicto XVI, se pregunta: «Si, como ha dicho el cardenal Baldisseri, este Documento no forma parte del Magisterio, sino que tiene un valor moral simple, haría falta, sin embargo, comprender cómo puede ser entonces fundamental para la interpretación de la Exhortación, de modo que esta última debe interpretarse a la luz de este Documento, que Francisco nos ha invitado a leer y a tener en cuenta. (Benoît et moi, 20 de febrero de 2020).

El Padre Raymond J. de Souza, en la edición del 12 de febrero de National Catholic Register, recordó la constitución apostólica Episcopalis communio del 15 de septiembre de 2018, que dio al Sínodo de los obispos nuevas regulaciones. Esta última estipula: «Si el Pontífice Romano lo aprueba expresamente, el Documento Final forma parte del Magisterio ordinario del Sucesor de Pedro» (Artículo 18). En otras palabras, el Papa lo hace suyo.

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La pregunta entonces es si el Papa ha aprobado expresamente el Documento Final del Sínodo. Teniendo en cuenta el texto de «Querida Amazonia», es posible apoyar ambas posiciones.

Quienes respondan negativamente dirán que la aprobación no es «expresa» o explícita. Para esto hacen falta términos como «aprobar», «declarar» o «promulgar», que se utilizan comúnmente en tales ocasiones.

Quienes apoyan lo contrario pueden afirmar, con justa razón, que una «presentación oficial» puede entenderse como una aprobación. De hecho, el texto de la Exhortación es muy explícito: el Papa pide la aplicación integral del Documento Final, razón por la cual se niega a resumirlo, y afirma que su Exhortación no lo reemplaza; algo que normalmente hace una exhortación postsinodal.

Lo más simple, probablemente, sería preguntarle al Papa qué quiso decir. Pero no dará una respuesta, ya que está esperando a que las conferencias episcopales involucradas actúen: aquí entra en juego el principio de descentralización de la autoridad, bajo el nombre de sinodalidad. Depende de los obispos hacer el trabajo. El Papa dijo que no aboliría el celibato sacerdotal, pero nunca dijo que no permitiría que las conferencias amazónicas ordenaran viri probati. Todo lo contrario.

El Papa quiere una Iglesia con geometría variable, para que pueda adaptarse a las periferias, de acuerdo con sus propias necesidades. Si la Iglesia con un «rostro amazónico» exige el sacrificio del celibato, Francisco no se opondrá. Este es el mensaje contenido en la aprobación del Documento Final a través de la Exhortación «Querida Amazonia». En espera de que el rostro amazónico se extienda a otras partes de la Iglesia, comenzando por las orillas del Rin.

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