Por Cristóbal Castán

En plenas celebraciones navideñas nos llega la noticia del acuerdo de Gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos. Nada bueno podemos esperar de dicho gobierno, viendo quiénes son sus principales agentes y los grupos políticos en los que se sustentará durante la presente legislatura.  En fin…es el precio que hemos de pagar los españoles. ¡Algo no habremos hecho bien durante años para merecer esto! Ahora nos toca aguantar, resistir y pensar en estrategias para conseguir que nuestra España empiece a salir del pozo en el que se está ahogando, ante la complaciente mirada del ególatra de la Moncloa y sus amigos.

En el texto del acuerdo de gobierno, en sus once apartados, se deja bien claro que vienen a imponer la visión rojo-progre en todos los aspectos de la sociedad, siguiendo planteamientos totalitarios. Y ¡cómo no! una faceta importantísima es el control de lo que ahora se llama “el relato”. Sí, el relato de la historia de nuestra Patria en manos de semejantes personajes puede ser aberrante. Ya nos podemos ir preparando… Para ello, en el apartado 5 del acuerdo, dedicado a “Nuevos derechos y memoria democrática”, en el punto 5.4. se detalla lo siguiente:

5.4.- Recuperación de nuestra memoria democrática.

–  Desarrollaremos actuaciones de reconocimiento y reparación de las víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura, declarando el 31 de octubre como día de recuerdo para todas las víctimas del franquismo, y el día 8 de mayo como el día de reconocimiento a las víctimas del exilio.

– Implementaremos un programa de exhumaciones de las víctimas del franquismo que continúan en fosas comunes.

– Retiraremos la simbología franquista de los lugares públicos y estableceremos la prohibición de la exaltación y enaltecimiento del franquismo en lugares de acceso público.  Del mismo modo, estudiaremos todas las vías legales para retirar las condecoraciones y prestaciones asociadas, concedidas a personas que protagonizaron actos criminales no juzgados durante el franquismo.

– Declararemos nulas las condenas y sanciones de tribunales, jurados y otros órganos penales, administrativos o militares dictadas durante la guerra civil española o la dictadura por motivos políticos, ideológicos, de creencia o de orientación sexual, identidad o expresión de género.

– Auditaremos los bienes expoliados por el franquismo para devolverlos a sus legítimos titulares, como la recuperación inmediata del Pazo de Meirás para el patrimonio público.

Es decir, una vuelta de tuerca más (“La Tuerka”…¿les suena de algo?) a la liberticida ley de Memoria Histórica. No se trata de dejar hacer su trabajo a los historiadores e investigadores (que para eso no haría falta ninguna ley), sino de controlar lo que se puede o no puede decir, al estilo de la “policía del pensamiento” de la novela 1984, y ¡muy importante!: aquí solo hubo víctimas de un bando que merezcan ser recordadas, y da igual que muchos de ellos fueran responsables del asesinato de miles de inocentes en la retaguardia republicana. No importa cuáles fueron sus crímenes, lo que hay que hacer ahora es derogar sus condenas y sentencias.

Nótese que solo se exhumarán fosas de víctimas de “víctimas del franquismo”. Algunos también tenemos a antepasados nuestros en fosas, pero como fueron víctimas del terror rojo, no merecen nada.

Me temo que el siguiente paso será una “ley mordaza” contra los que disientan contra este pensamiento único y sean catalogados como “revisionistas”. Algo que algunos ya hemos empezado a notar desde hace un tiempo a nivel local. Permítame el lector que, llegados a este punto, le cuente una situación personal vivida hace ahora cinco años, cuando el “podemismo” empezaba a tocar poder y asociaciones pantalla vinculadas a él empezaban a hacerse notar por nuestra geografía: con motivo de mis investigaciones sobre la represión roja en el Maestrazgo, y tras una charla sobre este tema que impartí en Vinaròs (por cierto, en ella el que meses más tarde sería alcalde de dicha ciudad por PODEMOS me calificó como “revisionista”), un señor, cuyo nombre obviaré, en nombre de “su” ASOCIACIÓN POR LA RECUPERACIÓN DE LOS DESAPARECIDOS EN EL FRANQUISMO, me solicitó que le facilitara datos sobre los procesados y ejecutados por el franquismo vinculados a Benicarló. Conociendo los vínculos de las personas de esta “asociación” con PODEMOS y el evidente sesgo ideológico ultra-izquierdista que animaba sus actuaciones, contesté en estos términos “Como historiador aficionado trabajo, cuando tengo tiempo, por tratar de ir descubriendo cosas de nuestro pasado para aprender de él; pero no quisiera trabajar para proyectos políticos que no son míos o actividades auspiciadas por asociaciones o grupos con unos planteamientos muy definidos y con los que no tengo demasiado en común”. La respuesta no tardó en llegar, una respuesta que da título a mi artículo y que, quizás, nos aporte luz (o tinieblas) sobre la que nos puede caer a todos aquellos que no estamos dispuestos a comulgar con las piedras de molino del memorialismo que pretende alterar el pasado para justificar su presente y forjar un futuro a su medida: “Creo que te equivocas en tu respuesta. Y te distancia de lo que debería ser un buen comportamiento. Lamentamos que tu política intervenga en temas sociales y de extrema necesidad para millares de personas. Tomamos nota de tu nefasta respuesta y la archivamos en nuestros ficheros.”

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Puede leer:  Revista Reino de Valencia nº 122

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Toda una declaración de intenciones del principio orwelliano sobre la manipulación del pasado para poder controlar el presente y, especialmente, el futuro. ¿Será casualidad que en el punto 5.7. del acuerdo se hable de “la posibilidad de otorgar el derecho de sufragio activo y pasivo a las personas jóvenes de 16 y 17 años.”? ¿Qué visión de la Historia les llegará a nuestros hijos? ¿Qué pasará con los profesores que no doblen la cerviz ante el poder? ¿Y con los investigadores que se salgan de la línea marcada? ¿Se tomará nota de su nefasta respuesta…? Tiempo al tiempo y que Dios nos ampare.

Artículo publicado en la Revista Reino de Valencia nº 122

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