Si, ¡! están sonando y estamos a punto de ser atacados!!, escribe T. M. Bilderback en su libro “Las Campanas del Infierno: Una Novela de Justice Security”.
En España las estamos sintiendo. Suenan a rebato y con razón, anunciando las dos tragedias que nos invaden en este momento: a) la político-social (agravada por la mala gestión del ejecutivo respecto a la pandemia del coronavirus) y b) la espiritual, por la falta de fe que desde hace tiempo se aprecia en tantas personas.
A-La campana del infierno por el problema político-social suena con fuerza. Irresponsablemente, desoyeron los informes sanitarios, el avance del virus en Italia, y las medidas de prevención que tomaron países como Francia o Alemania y, por esa inacción y desinterés, han convertido Madrid en una trampa para la propagación descontrolada del coronavirus. Su falta de previsión hace difícil el trabajo en el área de Sanidad donde faltan medios imprescindibles desde mascarillas a aparatos respiradores, pasando por monos, gafas, etc. como reclama desesperadamente la presidenta de la Comunidad de Madrid al presidente Sánchez, el cual, habiendo ordenado centralizar estos productos, no los distribuye con rapidez y equidad a las Comunidades. En esa exponencial extensión del virus, aparece otro importante factor: el interés del principal socio de gobierno, el comunista Pablo Iglesias por alentar la manifestación del Día Internacional de la Mujer, de modo que por la dependencia que de sus votos mantiene el gobierno, la misma se celebró a pesar de la prohibición de organismos internacionales que les habían informado de la gravedad y de que la epidemia se extendía con rapidez, se lo ocultaron al pueblo. Y allí, en primera fila, dirigiendo la manifestación estuvieron las esposas del presidente y del vicepresidente del Gobierno y varias ministras. Algunos analistas han llegado a manifestar que este Gobierno no puede continuar y piden que dimita porque muchos de los daños ocasionados por sus negligencias son irreparables y ni siquiera han sido motivo de reflexión del Gobierno para rectificar y manifestar una actitud más diligente en la corrección de sus errores anteriores.
Que el coronavirus es un peligro no cabe a nadie la menor duda. Un grave peligro que arrastra como bola de nieve a muchas áreas de la sociedad, muy imbricadas entre sí. Del área de Salud a la Economía, −en relación con la Política− y de ésta, Dios no lo permita, a un peligroso desequilibrio de la paz social, porque esa manifiesta ineptitud del gobierno que se limita a ordenar a la población su encierro en casa, no tiene en cuenta lo que puede suceder si la situación se prolonga, como es probable. Decreta el estado de alarma y prohíbe salir de casa a todo el personal y esto que puede que controle el virus, destroza la economía particular de cada individuo porque si no trabaja, no cobra, y la suma de todos ellos, acaba con el tejido productivo y con la economía de la nación.
Si no se trabaja no se cobra, si no hay dinero, no se compra, las empresas, especialmente las pequeñas, las de autónomos, quiebran y miles de españoles van al paro. Los primeros cálculos del coronavirus en España según Libre Mercado, demuestran que ya estamos en recesión y tenemos 300.000 empleos menos, más del 60% en las pymes y esto solo en 4 semanas. Sin ingresos, si, pero con la obligación de pagar alquileres, hipotecas, colegios y lo que les resulta más incomprensible, la tasa de autónomos. Incomprensible, porque muchos habían confiado en la palabrería de este Gobierno socialcomunista que se hartó de decir que cotizarían la tasa en función de sus ingresos, de modo que ahora que sus ingresos son CERO, no deberían pagarla.
Las medidas económicas que Sánchez ofrece para paliar esta debacle, según el profesor Gay de Liébana “son una tomadura de pelo” porque no solucionarán la pérdida de miles de puestos de trabajo que ya se están produciendo. El mismo Fondo Monetario Internacional ha pedido a España «medidas temporales de carácter extraordinario», pero Sánchez se hace el sordo. El economista, gestor de inversiones y profesor de Economía, Daniel Lacalle ha sido aún más explícito: “hay que racionalizar el gasto, para lo cual hay que quitar todos los gastos no esenciales” y recordó que “el Gobierno trata al pueblo con una economía de guerra, pero que se considera así mismo como si estuviera en época de bonanza”[1]. Cualquier ama de casa sabe que si faltan ingresos, no hay más remedio que reducir gastos, pero el Gobierno no está por la labor: ni quitan chiringuitos, ni reducen asesores mamandurrios, ni mucho menos se reducirán el sueldo, éstos, los defensores del pueblo.
Las ineficaces medidas adoptadas por el Gobierno en el tema de la salud, y las inútiles soluciones para atajar el problema económico que se avecina, se agravan con las de carácter político.
Intentando cercar al coronavirus, el Gobierno ha dictado el Real Decreto que declara el estado de alarma por el que tomará el mando en todos los planos. Se centrará en tres aspectos concretos: competencias sanitarias, seguridad y bienes y servicios. En el plano sanitario asumirá las competencias propias que actualmente están transferidas a las CCAA, de modo que, todas las decisiones futuras dependerán directamente del Consejo de Ministros, a pesar de lo cual como siguen con su mala gestión, las necesidades de material sanitario, no se cubren.
Respecto a la seguridad, el Ministerio del Interior centralizará en un mando único asumiendo las competencias de las policías autonómicas como los Mossos d’Esquadra o la Ertzaintza y esto ya ha levantado ampollas en los independentistas que pretendían aislar ellos las cuatro provincias catalanas, es de suponer dada su trayectoria, con el fin de, una vez conseguido el cordón sanitario, romper definitivamente con la nación. Torra ha internacionalizado la presión a Sánchez para “cerrar Catalunya” contra el coronavirus y eleva sus quejas sobre la gestión del Gobierno al Consejo de Europa, la Comisión y el Parlamento Europeo. Margarita Robles responsable de Defensa, reprende al presidente catalán con dureza (¡¡por fín, un miembro del Ejecutivo parando los pies a don Joaquin!![2]) al acusarle de “faltar a la verdad una vez más” y buscar su interés político.
En el Gobierno vasco, la intervención de la Unidad Militar de Emergencia (UME) ha abierto claras diferencias entre los socios del Ejecutivo, PNV y PSE, que tienen visiones opuestas con respecto a la actuación militar en la comunidad. Sólo un día después de que el lehendakari asegurara que “no era necesaria”, la secretaria general de los socialistas vascos, Idoia Mendía, no sólo ha dicho que lo es, sino también que se va a producir en el aeropuerto de Bilbao. “No estamos en disposición de decir que no lo necesitamos, no podemos descartar ningún recurso que pueda salvar vidas”, ha destacado Mendía en Radio Euskadi, un mensaje que choca frontalmente con las palabras de Urkullu.
Y es que la presencia del Ejército en una zona, y más en las dos mencionadas, significa tener que aceptar que la unidad de España está por encima de sus veleidades separatistas, cosa que no pueden soportar.
A agravar la cuestión política contribuyen las presiones de Iglesias por su apoyo a Sánchez, haciéndole saber que no está dispuesto a que se olvide que es vicepresidente, de modo que ha aprovechado el decreto ley de medidas urgentes para blindar su presencia en la comisión que controla los servicios secretos. Ante las protestas y recursos presentados por PP y VOX, Sánchez nos toma el pelo (una vez más) diciendo que no se va a encargar, −como si fuera posible−, de asuntos sensibles.
Sin embargo, lo más grave es el golpe de autoritarismo, porque Sánchez, en una maniobra política, utiliza la crisis del coronavirus para, con el texto normativo de la Ley de 1981 sobre el estado se alarma, requisar bienes y servicios, pues “el decreto nos da un poder casi absoluto” resumen fuentes del Gobierno. Es una maniobra política, denuncia Cayetana Álvarez de Toledo, Sánchez utiliza la crisis del coronavirus para transformar la sociedad rompiendo el equilibrio necesario en una sociedad democrática, entre lo político y lo privado, o lo que es lo mismo, entre el Estado y la sociedad, al limitar las funciones políticas.
Y ante lo expuesto, uno se pregunta, ¿Pretende el Gobierno con estas medidas que no socialicemos, que no nos relacionemos, que no pensemos para así atrofiarnos aún más? ¿Más ovejas para el rebaño? Para que el pueblo, viendo la desastrosa gestión del gobierno en todos los sectores (sanitario, económico y político) no salga a la calle a protestar con violencia como tantas veces nos cuenta la historia, hasta provocar en algunos, la salida de lo peor del ser humano.
Ejemplos de ello tenemos varios; señalamos tres muy relacionados con la coyuntura del momento. El Motín del pan, se produjo el 28 de abril de 1699 como respuesta a la carestía de alimentos, sobre todo del pan; o también el de la Alcachofa, también llamado de la Plaza de la Cebada, por ser donde se originó. Este tiene mucha similitud con la situación actual, porque tuvo su origen también en una catástrofe sanitaria (la peste) que se cebó principalmente en los barrios más pobres del sur de la capital. Se corrió la voz de que la peste había contaminado las verduras principalmente, y esto hizo que los vecinos dejaran de comprar en el mercado, que cada vez tenía menos clientes. Hartas de los desproporcionados impuestos, las vendedoras de la Cebada y la Ruda prendieron la mecha de una protesta que se extendió por los mercados y calles de la capital en 1892. Las Fuerzas de Seguridad actuaron con contundencia para sofocar la revuelta, dejando heridos por sable y armas de fuego.
Las Jornadas de Julio de 1854 no fue por reivindicar medios de subsistencia, o impuestos más justos, sino que estuvieron empapadas de un profundo sentimiento contra la política representativa. Tuvo una consecuencia inmediata: El parlamento surgido de esta crisis acogió por primera vez republicanos declarados. Ahora el problema no es que entren los comunistas en el Parlamento, que ya entraron, sino que están gobernando y se nota.
Se nota en su afán de estatalizar empresas, en la posibilidad de requisar, (acuérdense del ¡Exprópiese! de Chávez), sin que nadie pueda oponerse y en la habilidad para manipular a las masas. Pablo Iglesias crea el escenario de confrontación para aglutinar con ello a sus huestes y sacarlos cuando quiera; en este momento ha lanzado una campaña de nuevo contra la Monarquía. Su jugada es perfecta: destronan al monarca, Sánchez pasa a ser Presidente de Gobierno con ínfulas de rey porque Pablo le dejará, que da mejor en la foto, y el comunista será quien de verdad disponga de nuestros destinos porque será el Jefe de Gobierno. De este modo tienen el campo libre para su siguiente felonía: trocear España.
Recuerda el Padre Aberasturi en InfoCatólica, que “España, con Alfonso XIII, y Austria con el emperador Carlos, fueron los últimos monarcas católicos, sustituidos en Europa por una serie de “estaditos” perfectamente manejables, como se ha demostrado, que acabaron entregando, las “democracias europeas», a los soviéticos. Poco antes se habían cargado la dinastía reinante en Portugal, volándola en pedazos, o con un tiro en la cabeza”. Se refiere a la Masonería a la que acusa, y con razón, de actuar con una práctica brutal y cruelísimamente como nunca se había visto antes sobre la tierra. Y este es factor importantísimo en el toque de a rebato de otra de las campanas del infierno.
B-La campana del infierno por el problema espiritual: Antes los regímenes totalitarios –Nazismo y Marxismo y hoy las “Democracias” al uso-, nacen y viven todos y todas exactamente para desterrar a Dios del mundo, de la sociedad -empezando por el mundo político, que es el poder absoluto- para llegar, en consecuencia, al Hombre para matarlo con saña cruel y explica que en su afán de matar a Dios, se ve claramente cómo andan borrando todo vestigio -o intentándolo, y a conciencia- de cualquier rastro divino por pequeño que sea: en la Creación, en la sociedad y en el mismo hombre.
¿Saben de dónde viene todo eso? ¡Mismamente, de la Masonería!, dice el P. Aberasturi. No se han movido ni un paso de todos y cada uno de sus presupuestos y finalidades desde el s. XVIII: lo que no han podido hacer antes, lo dejan en pendientes y lo hacen cuando pueden, por ejemplo, ahora mismo, a través de los políticos y de los grupos de presión, más los tontos útiles, que siempre los encuentran.
“Ahí están, instalados en la sociedad española, los motivos no espirituales por los cuales la campana del infierno está sonando: la anticoncepción como primera manipulación del orden y del sentido del matrimonio y de la familia; y, si falta hace, siempre quedará el aborto. Ahí está el divorcio, y los “emparejamientos«. La sustitución de “marido y mujer” por “pareja«, con la admisión de que cualquier cosa es/sustituye al Matrimonio y a la familia, con “matrimonio civil” o con arrejuntamiento. La reducción de la mujer, y del amor conyugal, a objeto y sexo. El desconocimiento de lo que son y suponen los hijos: el bien, el verdadero bien del matrimonio, fruto del amor conyugal y de la generosidad y el cariño por el propio cónyuge; sin pretender que “comprar” un crío, y/o “alquilar un vientre«, o la “inseminación artificial” -tal cual a una vaca: a eso se reduce a sí misma ya la mujer- da exactamente lo mismo que “creced y multiplicaos». La “ideología de género” que, como toda ideología, ha de encontrar un enemigo, normalmente inventado: en este caso, el hombre contra la mujer; la persona con un cuerpo sexuado -hombre o mujer- sustituida por una quimera: la locura por decreto”, haciendo que la mujer no sepa lo que es ser mujer. Luego, que estuviese enfadada con ser mujer. Y, más adelante, que se rebotase y renegase de ser mujer… para ser ¿hombre, quizás?[3]
A los niños se les machaca desde dentro y desde bien temprano: ahora ya desde parvulillos; “se les quitan las coordenadas de bien/mal, bueno/malo, cierto/dudoso, verdadero/falso, espacio y tiempo que me miden, lo quiera o no/lo que me da la gana, persona/animal/cosa, Dios/hombre, eternidad/caducidad, pensar/opinar, padre y madre/hijo., es decir: se les quitan todas las referencias antropológicas -que no culturales- con las que uno se encuentra existiendo y se le borran, igual que se hace en un ordenador: se le borran los “programas” y se “reprograman». El resultado son niñ@s enganchados al alcohol, las drogas y el sexo ya con 12-13 años. Hijos que les sacuden a sus padres: antes ya les han denunciado varias veces. Fracaso escolar como nunca, y degradación que va a más fomentado por los medios de comunicación que admiten lo que les degrada personal y colectivamente.
Y por último, en ese afán por construir su nuevo orden mundial según sus criterios, gustos y apetencias necesitan imponer la eutanasia. En esa transformación de la sociedad, les sobran los que engloban el grupo que se llama de la tercera edad, gente mayor, con achaques, gastos en médicos, medicinas, hospitales, perceptores de pensiones y ya no productivos….no son rentables. De modo que podría decirse que el coronavirus ha venido a resolver el problema de la abundancia de personas mayores sin tener que recurrir al drástico sistema de la eutanasia.
Se ensañan con toda la crueldad de la que son capaces -todos los métodos les parecen buenos para eso- para matar al HOMBRE: verdadero “vestigio” o “signo y presencia visible” de Dios en la Tierra. Y por eso lo quieren matar, creen que destruyendo al hombre, destruirán a Dios.
Es seguro que a Dios no lo van a matar ni queriendo, aunque sí que quieren, pero al Hombre, están a punto de destruirlo. Es posible que los males que acechan al hombre, la pandemia, sean un llamado de Dios, un grito del cielo, dirigido, no solo a España, sino al mundo entero. Hemos llegado a unos niveles de orgullo y soberbia demasiado altos; hemos pensado, no como personas aisladas sino a nivel cultural, que somos dueños de la vida y de la muerte, alcanzando la plenitud del desarrollo de la tentación inicial de ser “como dioses”.
En palabras de San Juan Pablo II, esto es el desarrollo de la anti-palabra en la historia, que ha cristalizado en una cultura destructora del orden natural en todos los ámbitos posible. Necesitamos la humillación del flagelo de la enfermedad para que reconozcamos nuestra dependencia total del Creador, único dueño y señor de la vida y de la muerte. Ha bastado un microbio para desestabilizar el planeta[4].
Atendamos al tañido de estas
infernales campanas que nos avisan y volvamos los ojos a Dios.
[1] Distrito TV en Los Intocables el 19/03/2020
[2] La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Alto Tribunal ha rechazado la medida cautelar presentada por la defensa del líder independentista contra el acuerdo de la Junta Electoral Central que declaró a Torra inelegible para cargo público e incompatible para ejercer como diputado en la Cámara autonómica. La decisión ha sido adoptada por unanimidad. La Sala, presidida por el magistrado Luis Díez-Picazo, desoye el criterio de la Fiscalía, que se mostró a favor de paralizar la ejecución del acuerdo de la Junta Electoral hasta que hubiera un pronunciamiento sobre el fondo del asunto.
[3] ? José Luis Aberasturi “…pero están matando al hombre, con saña cruel. (por lo civil) en Infocatólica
[4] www.scholaveritatis.org
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