El pasado domingo 22 fallecía en Alicante, donde vivía trasterrada, la carlista vizcaína María del Carmen Arrizabalaga Arcocha, a los 74 años de edad.

El óbito, acaecido alrededor de las cinco de la tarde, se atribuyó en un primer momento a un infarto. Pero éste fue consecuencia del contagio del coronavirus COVID-19, con un cuadro complicado por otro tratamiento médico que había dejado muy bajas sus defensas. Con todo su muerte ha sido inesperada y causado sorpresa y consternación entre cuantos la conocían.

Natural de la villa de Ondárroa, era hermana de José María Arrizabalaga Arcocha, Jefe Señorial de las Juventudes Tradicionalistas de Vizcaya, asesinado por ETA en 1978. Como tantas otras familias vascas y también navarras, la suya tuvo que abandonar su tierra. Cálculos moderados cifran en alrededor del cuarto de millón de personas las que se vieron obligadas al trasterramiento por culpa de la presión nacionalista. Presión no sólo de los terroristas de ETA y sus auxiliares, sino de todo el entorno separatista encabezado por ese Partido Nacionalista Vasco al que se ha permitido imponerse a la sociedad vascongada desde hace más de cuarenta años. Imponerse hasta el punto de convertir la bandera del PNV, la ikurriña, en enseña oficial de una nueva comunidad autónoma que anuló las pocas libertades que les quedaban a Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, y amenaza hacer lo mismo con Navarra.

El Jefe Delegado de la Comunión Tradicionalista, José Miguel Gambra (que es también consuegro de la ahora fallecida), ha hecho llegar a la familia el pésame de Don Sixto Enrique de Borbón. Precisamente bajo la presidencia del Duque de Aranjuez se celebraron en el año 2017 los actos centrales por los Mártires de la Tradición en El Pardo (Madrid), durante los cuales fueron homenajeadas tres margaritas víctimas del terrorismo: la propia Carmen Arrizabalaga; su gran amiga, también ondarresa, Pilar Badiola; y la navarra María del Carmen Ímaz. Todos recuerdan su alegría, buen humor y lealtad a la Causa.

A María del Carmen Arrizabalaga le sobrevive su marido, Luis Unanue, así como cuatro hijos y diecisiete nietos.
In paradisum deducant te Angeli; in tuo adventu suscipiant te martyres, et perducant te in civitatem sanctam Ierusalem. Chorus angelorum te suscipiat, et cum Lazaro quondam paupere aeternam habeas requiem.
R.I.P.

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