Se puede tener cara, o ser simplemente … Irene Montero. Hoy, la ultrafeminista que afectada por el coronavirus alentaba a la «gente» para acudir masivamente al aquelarre feminista del 8-M, reaparece (cómo no en la Sexta), y ante la pregunta de si se arrepiente de su irresponsabilidad al acudir al 8-M, solo se le ocurre contestar que «Nosotros hicimos en todo momento lo que dijeron los expertos y las autoridades sanitarias, en esto es importante no hacer partidismo»

Sin duda la pareja de Pablo Iglesias, único motivo por el que parece que ha llegado al cargo de Ministra, pues hasta la fecha no ha demostrado mérito alguno, se ha olvidado que Podemos, o Podemas, por desgracia para los españoles, forma parte del envenenado gobierno frentepopulista, y que desde el gobierno es necesario asumir responsabilidades, pues «esos expertos» y esas «autoridades sanitarias», son ellos mismo. Aquí el tema a discutir no es se hicieron, o no, caso a las recomendaciones, sino si las autoridades sanitarias del gobierno frentepopulista debían o no haber prohibido ese acto, y haber dictado otras recomendaciones.

Ahora bien, la inefable Irene Montero hace una auténtica pirueta dialéctica cuando para eludir sus responsabilidades, como miembra de este malhadado gobierno, afirma que «ese fin de semana y durante la semana anterior de produjeron centenares de eventos deportivos y culturales» … pues claro ministra, lo que aquí se reprocha es que su gobierno tenía que haber prohibido todos los eventos deportivos, y culturales, precisamente a principios de marzo, y no esperar al lunes 9 (después del aquelarre feminista) para tomar medidas.

De Montero a Montero, y miento porque me toca.

Lo que no sabemos es si el apellido Montero lleva implícito la destreza en la manipulación, pues hoy mismo la Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha comparecido en el programa de Ana Rosa Quintana y ante la directa pregunta de la periodista, en el sentido que si el Gobierno tiene que pedir disculpas a la ciudadanía, no sólo por la manifestación del 8-M, sino también por no haber tomada ya en dichas fechas medidas más drásticas, la Ministra ha respondido diciendo que en esa fecha no sabíamos a lo que nos enfrentábamos. Sin duda la ministra de economía ni estaba al día de lo sucedido en China, ni estaba al corriente de la sucedido en Italia. De cualquier forma la opinión pública ya sabe que el CSIC había informado al gobierno, EN ENERO, de la necesidad de tomar medidos urgentes en relación a la posible pandemia del coronavirus.

Sin duda alguna tras la crisis del coronavirus muchos de los ministros socialpodemistas tendrán que rendir cuentas ante la justicia.

Este gobierno tiene que conjugar el verbo dimitir.

El gobierno de Canarias se ha visto en la obligación de cesar a Teresa Cruz, Consejera de Sanidad, por sus tonos dictatoriales, y por su voluntad de ser ella la mandamás, sin embargo es necesario reconocer que el «crimen de Teresa Cruz» es sumamente menor a los crímenes perpetrados por el desgobierno de Pedro Sánchez.

En la situación en la que España se encuentra, con más de 4.000 fallecidos por el coronavirus, con un gobierno que se obstinaba en decir que la sanidad española podía con esto, y con mucho más, aún a sabiendas que no teníamos equipos de protección suficientes para nuestros servicios sanitarios y nuestros miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad, aún a sabiendas de la carencia de test para realizar las pruebas del coronavirus, y aún a sabiendas de las luchas internas en el propio gobierno que convierten en inviable cualquier decisión, es necesario que la ciudadanía se movilice para pedir, antes o después, la dimisión en bloque del gobierno.

Desde que empezó esta crisis hemos visto de todo. Negar y relativizar los efectos del coronavirus, mofarse de los italianos, y negarles nuestra ayuda, ver decretar un estado de excepción, que ni en época de Franco hubiera sido posible, ver como aunque todos los ciudadanos, a nuestro pesar, estamos respetando el confinamiento, sin embargo un posible apestado, Pablo Iglesias, rompía el confinamiento para dar un mitin político en la Moncloa, y aprovechaba para despreciar a los servicios sanitarios privados.

Hemos visto como una socialcomunista como Carmen Calvo, resultaba ingresada en una de los mejores clínicas privadas de España, la Ruber de Juan Bravo, donde no sabemos si habrá coincidido con el otrora superjuez Baltasar Garzón.

Hemos visto como los chinos nos han engañado «como a chinos», y nos han vendido 9.000 test rápidos que no sirven para nada.

Hemos visto como el gobierno es ineficaz en su compra de material protector, y ha tenido que salir Amancio Ortega para dotar a nuestros sanitarios de los equipos de protección necesarios.

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Pero ante todo y sobretodo hemos visto como el Gobierno ha engañado a propios y extraños, pues García Paje (presidente socialista de Castilla La-Mancha) ha reconocido en el programa Espejo Público de Antena 3 que «el Gobierno nos pidió que no cerráramos colegios para no generar alarma«.

Los ciudadanos hemos podido comprobar como la ideología no sirve para solucionar los seis fundamentales problemas que el actual gobierno tiene sin solucionar:

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