Cristina Martínez Benítez de Lugo.-
Mhamed Khadad, el gran diplomático saharaui fallecido en Madrid tras una dura enfermedad, impulsó frente a la Unión Europea la batalla legal contra el expolio de los recursos naturales saharauis, consiguiendo el reconocimiento por el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) de que el Sáhara Occidental y Marruecos son territorios separados y distintos.
Revolucionó los planteamientos tradicionales: fue, quizás, el primero en entender el papel crucial que el expolio jugaba en este conflicto. Fue él quien cambió el rumbo de la lucha utilizando por primera vez medios legales, en una jugada muy arriesgada que ahora todos celebramos, con el resultado de las famosas sentencias del TJUE que recuerdan que Marruecos y el Sáhara Occidental son territorios “separados y distintos” y que “el territorio del Sáhara Occidental no forma parte del territorio del Reino de Marruecos”.
Estas simples aseveraciones, ahora evidentes, fueron el fruto de la perseverancia, la valentía y el saber hacer de este hombre fabuloso, que presidia el Comité de Relaciones Exteriores del Frente Polisario y era el Coordinador con la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO).
Su conciencia de la importancia del expolio marcó su excelente relación con WSRW, el Observatorio de recursos naturales del Sáhara Occidental. De ahí la carta que esta asociación ha dirigido al presidente de la RASD, Brahim Ghali, en la que dice:
“Emhamed Khadad será recordado como un excelente diplomático. Superó retos complicados con creatividad, generosidad y con una gran alteza de miras. Vio posibilidades donde otros veían limitaciones. Western Sahara Resource Watch le recordará siempre por su abnegado servicio a su pueblo y por su singular papel, poniendo en valor -tanto entre los suyos como a nivel internacional- la importancia de abordar el expolio del Sáhara Occidental. Su valiente manera de combatir el expolio por la vía legal cambiará para siempre el curso de la lucha de liberación”.
“Incluso en las peores horas de su enfermedad fue capaz de transmitir coraje, esperanza y humor. Aunque su ausencia dejará un vacío, estamos convencidos de que su nombre pervivirá en la bien merecida independencia del Pueblo Saharaui”.
Un gran luchador por la causa saharaui, Anselmo Fariña, escribe desde Canarias: “El incansable, lúcido y ejemplar guerrillero saharaui Mhamed Khadad, miembro de la dirección del F. Polisario, enlace con la MINURSO y uno de los impulsores de la estrategia de lucha jurídica contra el saqueo de recursos naturales ha muerto. Un nuevo mártir del pueblo saharaui en su lucha por la libertad. No podremos vernos en las calles liberadas del Sáhara martirizado. Ninguna persona sabe si verá ese día, pero Khadad nos demostró con su lucha hasta el último aliento que lo que sí podemos hacer es poner todo lo que tengamos para acercarlo”.
Luis Portillo Pascual de Riquelme, “defensor incansable de la causa saharaui” expresa su dolor y su solidaridad con este grito:
“Una inmensa pena, inmensa, dolorosa y un gran ejemplo a seguir.
Su partida quedará siempre en nuestros corazones.
Y nos dará aún más fuerza para seguir, resistir y persistir hasta la Victoria Final.
¡Hasta la vitoria siempre, amigo, compañero, camarada, luchador, valiente, noble saharaui!
Un abrazo fraternal a todos los patriotas y a todo el Pueblo Saharaui.
Sólo eso restituye tu llorada ausencia y nuestro inmenso dolor.
Seguiremos trabajando al amanecer, hasta que nos agote la fatiga.
Y ve tranquilo, porque nacerá un nuevo día, compañero del alma, compañero”.
Khadad era una mente privilegiada envuelta en sencillez. Lúcido, identificaba las dificultades y los defectos y los sorteaba con habilidad. Tenía la grandeza y la elegancia de no caer en trampas, de estar por encima de muchas flaquezas. Era brillante, bueno, disponible, cariñoso, siempre cercano y dispuesto a hacerte ver las dudas con otros ojos. Y su sentido del humor le permitía ese distanciamiento que le hacía sabio.
Era un gran luchador. Tuvo una larga enfermedad que no le impidió seguir trabajando hasta el último suspiro. Y en los momentos más duros era él quien daba ánimos. La palabra flaqueza no existía en su vocabulario.
Khadad seguirá vivo en la mente de muchos. Su ejemplo nos acompañará en la lucha.
Mhamed Khadad ha muerto en un hospital de Madrid, acompañado de su familia. Estos tiempos de reclusión no nos permiten ni siquiera acercarnos a rendirle homenaje. Pero están las palabras de su hija Hassina:
“No lloréis, Mhamed Khadad vive en la bandera de la República Árabe Saharaui Democrática.
Vive en el negro luto por nuestros presos y desaparecidos.
Vive en el rojo de la sangre derramada por todos aquellos que lucharon y luchan por nuestra causa justa.
Vive en el verde esperanza que nos llevará a la soberanía total sobre nuestros recursos y territorios.
Vive en todo lo que dio en vida.
Sáhara Occidental no llores, Mhamed Khadad vive y vivirá en la memoria de tu corazón, por los siglos de los siglos.
Hasta siempre militante, siempre tuya, siempre tu Hassuna”.
Este artículo se publicó primero en contramutis.wordpress.com
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