Hoy, 24 de mayo, el periodista de agitación propagandística Antonio Maestre, autor de un libro que busca generar ingresos por medio de la reiterada mentira sociológica antifranquista, ha publicado un artículo relacionado con los últimos episodios de reacción social anti-frentepopulista.

El ensayo, publicado en El Diario de Escolar, se titula Intelectuales de cal y lejía. En la entradilla introductoria figura que «en España hay una serie de intelectuales, plumillas y personajes de todo cuño que enarbolan la perversión del cronista que confunde mirar con objetividad los hechos con poner en igualdad de condiciones al agresor con la víctima».

El caso es que hace una «distinción» entre «las dos Españas» que, a juicio suyo, destacan bien por «enarbola[r] proclamas de odio» y organizar manifestaciones con «neonazis variopintos se manifiestan con la bandera de España como pica agresora», o por defender «una sanidad gratuita, de calidad y para todos sin importar el origen o la cuenta corriente».

Continúa añadiendo que existe una serie de intelectuales, periodistas y personalidades varias que se sumarían a una «tercera España». Representarían este «perfil», por llamarlo de alguna manera, quienes, a priori y a simple vista, optarían por el no posicionamiento, por el juego de la equidistancia.

Una vez enunciadas las ideas principales de este ensayo, conviene hacer un intento de réplica ante las inconsistencias de verdad y sentido que se ponen de manifiesto a lo largo del desarrollo textual de este artículo. Todo esto se desarrollará, a continuación, yendo por partes.

Hablar de «neo-nazis» es una falacia ad hóminem

Es cierto que pudiera haber sujetos de ideología neo-nazi en cualquiera de esas reacciones organizadas contra el régimen dictatorial de Moncloa. Aunque el nacional-socialismo sea una ideología colectivista (algo derivada de la Revolución) más, sí que está enfrentado tanto a la izquierda en general como al Nuevo Orden Mundial (NOM).

Obvio es que la «derecha sociológica española» es la que ha ido alimentando la afluencia a esas manifestaciones (tanto lo que marcó la reacción del Distrito de Salamanca como lo que ayer organizó VOX en todas las capitales de provincia). No solo se pudo contar, en función de la ocasión, con simpatizantes y militantes acérrimos del PP y de VOX.

En cuanto a las reacciones espontáneas de titularidad no partidista, quizá no haya que decir mucho. Pero no deja de ser cierto que a la caravana de VOX no solo asistió esa «derecha anti-establishment y anti-constitucionalista» (por ejemplo, el ámbito tradicionalista, como aditivo social), sino también algún que otro votante del PSOE (sí, está bien escrito).

Nada raro si hasta auténticos genocidas como Hitler, Stalin y Pol Pot contaban con apoyos

Figuras políticas de corte totalitario como Adolf Hitler, Iósif Stalin y Pol Pot (inspirados por dos de las mayores degeneraciones ideológicas del siglo XX, de corte materialista, dispuestas a desplazar totalmente la importancia de la fe) no solo tenían masas aborregadas sino grupos de gente acérrima que les apoyaba sí o sí.

Por lo tanto, no es anormal que haya quienes opten por defender la gestión de la dictadura representada por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, evidenciándose en otros casos una nueva sintomatología del Síndrome de Estocolmo, mezclada con unas propagandísticas loas a la «sanidad estatal», menospreciando sin más a los profesionales de la «privada».

La equidistancia está implicando colaboracionismo con el PSOE

Decía el conservador irlandés Edmund Burke, con razón, que bastaba con que la gente buena no hiciera nada para que pudiera triunfar el mal. Bueno, existe un dicho bastante popularizado, en base al cual, todo el que calla, otorga, ante cualquier situación que se dé en la vida real y cotidiana.

En efecto, no queda otra. Conviene reaccionar para hacer caer al régimen dictatorial posmoderno de Moncloa y, a su vez, impulsar un necesario cambio de sistema. El silencio solo fortalecerá y tranquilizará a las hordas revolucionarias, que seguirán estrangulando a la sociedad (política y económicamente) y tratando de subvertir el orden natural divino.

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Eso sí, si se están refiriendo al aparato de la filial del Elíseo en España (esa formación cuya identidad corporativa es muy anaranjada), hay que decir que esta pasará a la historia de la irrelevancia como una entidad que está actuando como salvavidas vitalicio del proyecto dictatorial de Pedro Sánchez.

Por lo tanto, una vez dicho todo esto, rogaríamos encarecidamente al periodista Maestre, experto en agitación propagandística comunista y frentepopulista, que dejara de faltar a la verdad, aunque comprendamos que lo vea necesario, en pro de los proyectos de ingeniería social de los derivados revolucionarios.

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