La Comisión Europea pretende adoptar un documento extremadamente ideológico que impactará negativamente en la familia y las normas sociales, bajo el pretexto de combatir la violencia. La Convención de Estambul socava el derecho de los padres a criar a sus hijos de acuerdo con sus propias creencias y considera los roles de género tradicionales como una «fuente de violencia». En la práctica, la implementación de esta ley, por parte de las autoridades de la UE, resultará en su primacía sobre las leyes nacionales, pese a que regula un área extracompetencial. El Instituto Ordo Iuris de Polonia organizará una conferencia internacional sobre este caso. Representantes de organizaciones pro-familia de varios países participarán en el evento.

El concepto de violencia contra la mujer (como se presenta en la Convención) está establecido, principalmente, para imponer una ideología radical en todos los Estados-miembro de la UE. De acuerdo con sus provisiones, las principales fuentes de violencia son la estructura social natural basada en un modelo de familia tradicional así como en los roles complementarios de hombres y mujeres. El documento ignora completamente las causas reales de violencia, que de acuerdo con la investigación científica son las situaciones de ruptura familiar y los problemas de adicción. También omite, completamente, la violencia de contra el hombre, también muy común.

Los creadores de la Convención consideran claramente a la familia como una fuente potencial de odio y opresión. Esto sirve como justificación para esa profunda interferencia en la autonomía familiar, especialmente desde que el modelo de combate de la violencia propuesto en la Convención significa incluso más poder para los oficiales sociales, que abusan de este a menudo (como se ha visto en numerosos países).

Las provisiones de la Convención están basadas en la ideología de género. La ley niega la importancia de las diferencias que surgen del sexo biológico e introduce el concepto de «género socio-cultural». Se refiere al concepto de «identidad de género», que como se entiende por los activistas radicales, significa que el género de una persona puede ser determinado solamente en base a sus sentimientos subjetivos. La Convención también socava el derecho de los padres a criar a sus hijos en conformidad con sus propias creencias. Sus autores demandan que los cursos obligatorios sobre los llamados «roles de género no estereotipados» sean introducidos en el currículo de todos los niveles de la educación.

Numerosos oficiales de la UE, incluyendo a Helena Dalli, Comisaria de Igualdad, ha anunciado ya que la Convención ser´adoptada. Empero, implementarla iría más allá de las actuales competencias de la UE, como se da con la mayor parte del derecho penal a regular, que excede el ámbito. No obstante, si la Convención se adoptase, tomaría precedencia sobe las leyes nacionales de todos los Estados-miembro. No será posible por tanto aplicar sus provisiones en una medida limitada, como es el caso de Polonia actualmente, y países que no han implementado el documento, como Eslovaquia, Hungría o Bulgaria, estarán bajo una gran presión para adoptarla.

La conferencia Paremos la convención de género – la coalición internacional para la familia tendrá lugar, el 9 de junio, a las 12:00. Participarán activistas pro-familia de países como España, Hungría, Eslovaquia y Polonia. En el caso de nuestro país, estará presente un representante del Centro Jurídico Tomás Moro (CJTM).

De acuerdo con la directora del Centro de Derecho Internacional del Ordo Iuris:

Los comisarios de la UE deben recibir una clara señal de que introducir soluciones extremadamente ideológicas pretendidas para desmantelar la familia tradicional bajo el pretexto de combatir la violencia contra la mujer es totalmente inaceptable. Solo por medio de la voz decisiva de la disidencia expresada por todas las naciones europeas podremos poner fin a los planes de grupos radicales que tratan de destruir nuestras estructuras sociales básicas.

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