Las movilizaciones de agitación bajo el eslogan Black Lives Matter continúan tanto dentro como fuera de los Estados Unidos. Siguen con el pretexto de la reprobación del «asesinato policial» del delincuente George Floyd, bajo una especie de «versión oficial» que cuestiona incluso la misma autopsia.
Como ocurriera en Chile (bajo la excusa de unos pequeños ajustes al alza del precio de billetes de transporte público), el caos se va adueñando de más de un espacio público de los Estados Unidos. Incluso podríamos hablar, una vez más, de una especie de golpe de Estado (aunque Trump, a diferencia de Piñera, no está por la labor de dimitir de facto).
No obstante, esa no es la cuestión principal por la que se redacta este ensayo. Más bien se viene a abordar uno de los objetivos compartidos por el Deep State, la Open Society Foundation de George Soros y determinadas élites (podemos incluir perfectamente al español Banco Santander), en tanto que representan al Nuevo Orden Mundial (NOM).
Resulta que están dispuestos a destruir cualquier atisbo de la realidad de Occidente, lo cual no se entendería sin el esencial e indispensable componente de savia basado en la Christianitas. Por ello se han destruido, a ambos lados, estatuas de distintas figuras. Pero no solo las de Winston Churchill y el ingeniero militar polaco Tadeusz Kościuszko.
La ocasión no ha podido ser desaprovechada para atentar una vez más contra la Hispanidad (que si no es católica no puede existir). Pero por muy brutales que sean algunas imágenes, esto no es ninguna sorpresa, ya que, en los últimos años, hay bastante interés en que la «memoria colectiva estadounidense» demonice la persona de Cristóbal Colón.
Recientemente, en Richmond (Virginia), una estatua del líder explorador del Descubrimiento del Nuevo Mundo, que define esa gran empresa moral, social y cultural que resultó en la evangelización de las Américas y promovió la dignidad humana y la libertad, fue derribada totalmente.
Pero no ha sido lo único. Ayer, en Miami (Florida), se vandalizó otra estatua, aunque no se destruyó (simplemente fue objeto de numerosas pintadas con mensajes políticos, de una clara connotación ideológica). En este caso, la figura escultórica representaba al pucelano Juan Ponce de León.
Contra el descubridor de Florida
Juan Ponce de León, paje de Fernando el Católico en la corte de Juan II de Aragón, fue un explorador así como otro de los conquistadores españoles del Nuevo Mundo (habría partido desde las Españas en el segundo viaje expedido por Cristóbal Colón o, en 1592, con Nicolás de Ovando).
Desde 1510 hasta un año después, ostentó el cargo de gobernador de Puerto Rico (dos años antes, había recibido la orden de asentamiento en la llamada isla de San Juan o Boriquén). Posteriormente, emprendió una nueva exploración rumbo al Norte, en la que acabó descubriendo lo que a día de hoy se conoce como Estado de Florida.
Se le deben muchas cosas a una huella católica
Florida es conocido como uno de los territorios conservadores (término empleado en sentido amplio) por antonomasia del sur estadounidense (aparte de formar parte de la Dixie), junto a Estados como Texas y Alabama. De hecho, pese a ser conocido como un swing state, no es rara vez en la que la izquierda demócrata pierda comicios.
Pero la cuestión no es solo electoralista. Estados como Texas y Florida no solo figuran entre aquellos en los que existe una menor presión fiscal-burocrática así como, en consecuencia, una mayor libertad económica. También hay un considerable respeto hacia el no nacido y nivel de religiosidad, aparte de tender a sobresalir en cuanto a acciones caritativas.
Por lo tanto, se puede afirmar que, de una u otra forma, la huella hispánica presente en Estados Unidos ha surtido bastante efecto (la excepción más notable es California) en cuanto al desarrollo libre de sociedades que mantienen unos estándares morales considerables (no hay mayoría católica, pero la marca mencionada sí que lo era).
De hecho, hemos de recordar, pese a que la situación política ha ido variando a lo largo de la Historia, que la mentalidad de los españoles, los portugueses, los argentinos y los ecuatorianos contrasta bastante con la de los suecos, los neerlandeses y los daneses, bastante marcados por su protestantismo (escisión revolucionaria luterana).
En cualquier caso, yendo ya a concluir, George Floyd tiene que ver con Colón y Ponce de León en tanto que la legión del Deep State, el sorismo y la masonería es enemiga de la Cristiandad, algo para lo que, según entienden ellos, aniquilar cualquier rastro hispánico es clave, por desgracia. Pero la clave vuelve a estar en saber reaccionar sin miedo.