Cuando uno se acerca al estudio del carlismo se da cuenta de la figura fundamental que supuso en ella María Teresa de Braganza, Princesa de Beira. Para hablar de María Teresa, debemos situarnos y saber quién era. A muchos de los lectores de corte tradicionalista no les hará falta este repaso, sin embargo, considero como historiador no dar las cosas por hecho y mostrar quienes son los personajes históricos que tratamos.
María Teresa de Braganza nació en 1793, era la hija del rey Juan VI de Portugal y se casó en 1810 con su primo Pedro Carlos de Borbón en Río de Janeiro. No obstante, su matrimonio duraría poco, pues en 1813, Pedro Carlos fallecería. Tras la muerte de su esposo, María Teresa se trasladaría a la corte española, junto a su hermana Maria Francisca de Portugal, casada con Carlos María Isidro de Borbón (que sería reconocido como Carlos V de España por el legitimismo, posteriormente).
Cuando estalló la guerra carlista, obviamente tuvo que marchar al exilio, junto a su hermana María Francisca que falleció en 1834, estando Carlos en guerra, fue por ello por lo que María Teresa se hizo cargo de sus sobrinos, mientras estaba en la corte austríaca, así como de mantener la correspondencia con S.M.C. Carlos.
Finalmente, María Teresa y Carlos contraerían matrimonio en Salzburgo en 1838 y ella acompañaría a Carlos al exilio, tras el Convenio de Vergara. La Princesa de Beira enviudaría en Trieste a la muerte de Carlos en 1855.
Sin embargo, el papel más importante de María Teresa llegaría cuando tuvo que asumir el liderazgo del carlismo. Juan, hijo de S.M.C. Carlos, se había mostrado con tendencias liberales y tuvo que ser apartado. De hecho, el propio Juan reconocería como reina a Isabel II en 1863.
A partir de entonces, el futuro del carlismo se depositó en el hijo de Juan, Carlos María (Carlos VII). Sin embargo, aún era menor de edad y fue María Teresa de Braganza, Princesa de Beira quien tuvo que colocarse al frente del carlismo, momento en el que escribe su Carta a los Españoles.
La Carta a los Españoles que fue escrita en 1864 sirvió como renovación del legitimismo español. En ella, resolvía tres cuestiones: « ¿Quién es nuestro rey? ¿Qué pienso yo del liberalismo moderno español? y ¿Cuál será nuestra divisa para lo futuro?» Todas estas cuestiones que serían resueltas en el propio texto, serán explicadas en un artículo posterior, pues sería injusto dejar su mejor texto sin tratar y sin entender los motivos por los que sirvió de base al futuro del carlismo.
En la Carta a los Españoles, María Teresa reconocía como sucesor legítimo de Juan, al propio hijo mayor de Juan, Carlos María que sería aceptado por muchos carlistas ya en 1864, desde el momento de la publicación de la Carta a los Españoles y por el carlismo en general, a partir de 1868, tras ser ratificado oficialmente.
María Teresa de Braganza murió en Trieste, en el año 1874, como una de las personas más relevantes de la historia del carlismo.
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