Dicen las fuentes cristianas que don Julián, comes de Ceuta (Septem), abrió las puertas de la ciudad a los moros y les facilitó el paso a la Península, favoreciendo así la invasión musulmana del 711. La Crónica Mozárabe lo denomina por nombre Urbano, un personaje principal de Ceuta, y cristiano, que colaboró con el moro y después viajó hasta Damasco (sede del Califato Omeya).

Las crónicas árabes hablan tempranamente de este personaje, Urbano o Julían (serían el mismo) colaborando con el moro y que ellos denominaron Iyan.

Fuese su nombre el que fuera, está clara la vinculación de este cristiano, que ocuparía un alto cargo en la administración visigoda de Ceuta, con los musulmanes norteafricanos.

La fascinación con el moro y la traición a lo propio no es exclusiva de una remota época en la historia de España. Muchos don julianes han existido con posterioridad, unos fascinados por los moros, otros por el francés y otros por el inglés (como Francisco de Miranda y Bolivar, españoles y traidores a su nación).

En el presente la figura de don Julián es una realidad. Y para muestra un botón: es conocida desde hace décadas la pertenencia de políticos españoles al lobby marroquí en suelo patrio y que trabajan para la inteligencia alauita en perjuicio de nuestros intereses nacionales (una traición en toda regla).

Uno de estos casos es el de la ex ministra socialista María Antonia Trujillo, extremeña, ex presidenta de la Junta de Extremadura y miembro del lobby marroquí en España. Esta señora vive como barragana en Rabat de un moro perteneciente al partido Unión Socialista de Fuerzas Populares, partido próximo al rey Mohamed VI.

Maria Antonia Trujillo ha realizado diversas declaraciones e iniciativas en aras de favorecer los intereses de Marruecos, y en prejuicio de España. Tal sumisión al moro le ha servido para conseguir un puesto como Consejera de Educación de España en Marruecos, como aparece en su perfil de Twitter, red social en la que muestra mensajes de sumisión al rey de los moros norteafricanos. En la misma red social, y con fecha de 18 de marzo del 2020, anuncia públicamente un paso más en su pleitesía a los sarracenos: donó los 10.000 euros de su suelto mensual al rey de Marruecos (al que llama «su Majestad») para luchar contra el Covid 19; no se lo dona a su Majestad el rey de España Felipe VI (su rey, el de su nación), sino al de una nación extranjera que siempre que se le presenta la ocasión lanza zarpazos a España como estamos cansados de ver: desde la infame Marcha Verde, hasta la asfixia económica a Ceuta y Melilla, pasando por la «okupación» de las aguas Canarias.

La señora ex ministra española no cesa, utilizando cualquier instrumento de comunicación, en pregonar la marroquineidad del Sáhara Occidental, “okupado” ilegalmente por Marruecos y del que España aún es potencia administradora en base a las resoluciones de la ONU.

Semejante personaje infame se une a otros políticos españoles, fundamentalmente del PSOE, aunque también del PP, siempre activos en su traición a España y favorables a cualquier interés extranjero del índole que sea: lo hemos visto recientemente con la ministra socialista Arancha González Laya, sumisa a los intereses británicos en Gibraltar, quien hace solo unos días se reunió con su alcalde Picardo otorgando a la aldea de Gibraltar el estatus diplomático de nación.

Dentro del PP también se han encontrado don julianes, por citar uno la ex presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, anglófila y condecorada (por algo será) por la reina de la Pérfida Albión Isabel II (en el año 2004) con la Orden del Imperio Británico, dicha condecoración solo se ofrece a las personalidades que activamente se han significado en defensa de los intereses de dicho Imperio.

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Otro ejemplo de don julianismo popular es el del ministro del PP Miguel Arias Cañete, que en ejercicio de su cargo tenía intereses económicos con empresas vinculadas al negocio de las gasolineras flotantes en Gibraltar.

También existen don julianes al servicio del francés, más frecuentes entre los políticos populares, responsables de entregar a los galos los intereses de los agricultores españoles mediante la introducción en España del monopolio francés en los supermercados de alimentación, que son los que fijan los precios de compra a los productos del campo hispano: de tal manera, el campo español está sometido a Francia.

En la sociedad la influencia del lobby francés también es notable, como dato la subordinación al gabacho de la Masonería española, el Gran Oriente de Francia en España cuenta con las siguientes logias provinciales:

• Alicante: Logia Constante Alona
• Barcelona: Logia Barcelona Mare Nostrum
• Gijón: Logia Rosario de Acuña
• Las Palmas: Logia Luz Atlántica
• Madrid: Logia 7 de Abril
• Madrid: Logia Wolfgan A. Mozart
• Málaga: Logia Heracles
• Murcia: Logia Luz de Levante
• Sevilla: Logia Tartessos
• Valencia: Logia Blasco Ibáñez

A veces nos preguntamos el por qué de la debilidad estructural de España como nación, la pregunta no tendría tanto misterio si repasáramos la interminable lista de traidores a la patria en el seno de políticos (y empresarios) españoles de casi cualquier signo político.

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