No es común escuchar y ver a una monja católica (y con lo que auténticamente significa “ser católico”) en la pantalla de todas las cadenas de televisión estadounidense. Pero pasó a raíz de la convención republicana que se desarrolla en la última semana de agosto de 2020.

No se trataba simplemente de una monja que “habla contra el aborto en la convención republicana”, como tituló -y reducía- la cadena filo demócrata CNN. 

Deirdre Byrne es ciertamente una religiosa de la congregación de las hermanas hospitalarias del Sagrado Corazón pero eso no sería decirlo todo. Byrne es médico cirujano graduada de la universidad Georgetown (¡nada menos!). Para costear su carrera ingresó al ejército y en el ejército trabajó durante 29 años. Prestó servicios militares como médico cirujano en diferentes frentes, la última vez en Afganistán. Es una monja con grado de coronel.

Quien escuchó su discurso, breve pero contundente, no puede menos que identificarse: más si es católico. La madre Deirdre contrasta mucho no solo con el gamberrismo delicuencial de las vándalas que violentamente se manifiestan, pañuelo verde en mano, destruyendo lo que está a su paso para además exigir más destrucción: el asesinato legal de niños en el vientre materno; contrasta también el hecho de ser una mujer de ciencia y de servicio en una de las instituciones más altamente valoradas de los Estados Unidos: el ejército. Y además monja.

“El grupo marginado más grande del mundo se encuentra aquí en los Estados Unidos: son los no nacidos”, ha dicho. Para luego agregar ganándonos el corazón (y tal vez el voto): «Tengan en cuenta que las leyes que creamos definen cómo vemos nuestra humanidad. Debemos preguntarnos: ¿Qué decimos cuando entramos en el útero y acabamos con una vida inocente, impotente y sin voz? Como médico, puedo decir sin dudarlo: La vida comienza en la concepción. Aunque lo que tengo que decir puede ser difícil de escuchar para algunos, lo digo porque no soy sólo pro-vida, soy pro-vida eterna. Quiero que todos terminemos juntos en el cielo algún día”.

Tanto el tono de la convención en general, como el de las intervenciones han sido profundamente más moderadas que las conflictivas de la convención demócrata. Significativas han sido también, por la sensibilidad más próxima hacia los cristianos, la intervención de Abby Johnson, la mujer que inspiró la conocida película del productor Eduardo Verástegui “Inesperado”.

O qué decir el matrimonio al que la prensa internacional presentó como unos salvajes desalmados que atentan contra los manifestantes de las revueltas en los Estados Unidos. Los captaron con armas en manos pero no dijeron que los gamberros y nada pacíficos manifestantes entraron a su casa tirando la reja de la misma. O en otras palabras: los salvajes fueron los que entraron a su propiedad privada y luego fueron presentados como «los buenos de la historia».

Qué impresionante que no obstante el contexto las cadenas de televisión y medios progresistas les sigan presentando como «los que apuntaron con armas» (véase por ejemplo el titular de Telemundo para el video de abajo) en lugar de decir la verdad: «los que defendieron su propiedad ante la invasión de lo privado.  

Publicado por Jorge Enrique Mújica

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