¿Qué fue lo que falló en la llamada modernidad? ¿por qué el supuesto progreso no acabó con la guerra, el hambre, y la angustia del ser humano tal como nos prometieron?. A estas preguntas responde el periodista español Rafael Palacios, conocido como Rafapal, en su libro «El sentido de la historia».
Rafael Palacios sigue un hilo vilmente invisibilizado para anudar los acontecimientos sucedidos desde la criminal Revolución Francesa y que nos permiten entender nuestro mundo actual, un mundo construido sobre una ficción, la ficción de la libertad, ficción por cuanto el conocimiento ha sido recluido en organizaciones que celosamente lo custodian con el fin de establecer el control de la población mundial.
La modernidad lejos de liberar al hombre lo ha sumido en la época de la oscuridad, de las sombras, y a modo de la caverna de Platón solo somos capaces de ver las sombras que la gran conspiración nos permite ver.
Los nuevos doctrinarios nos vendieron falsamente que ya no hacía falta Dios porque el ser humano tenía el intelecto, la luz de la razón para autocomprenderse; en este sentido, y no por casualidad, esta época pasó a llamarse la ilustración o iluminismo, por cuanto ha sido esencial la participación de las lógicas masónicas al servicio de la secta Iluminati en este periodo revolucionario que se inicio con la terrorífica Revolución Francesa.
En 1773 se funda el Gran Oriente de Francia, y tan solo 13 años después se produce la toma de la prisión de La Bastilla, en la que curiosamente solo había siete prisioneros … una vez más la revolución inventa falsos hechos para justificar el imperio del mal y el terror. Con la Revolución Francesa se inicia en el siglo XIX un falso conflicto entre liberales y conservadores, un conflicto que enmascara los enfrentamientos entre los masones de rito escocés y los del rito inglés, es decir una alternancia en el poder entre dos sectas masónicas.
El mito de la democracia trata de imponer la creencia de que la masa desestructurada tomará las mejores decisiones, sin importar la verdad, la belleza, y la justicia; tanto la revolución francesa como la soviética son metáforas de cómo las masas fueron conducidas por las élites masónicas que decidieron establecer un «nuevo orden» sobre la base de un falso contrato social de los individuos con esa entidad llamada «Estado» que sustituirá a Dios, y que falsamente otorgaría «libertades y derechos» a un pueblo esclavo.
Con el inicio de la revolución, la libertad concreta, la verdadera libertad, quedará esclavizada por unos «derechos» y «libertades» establecidos por el derecho positivo, olvidando toda trascendencia, y olvidando el derecho natural: la libertad quedará así reducida a aquello que la ley positiva permita.
Rafapal nos recuerda que Marx en realidad estaba a favor de la burguesía, pues en su estilo de análisis hegeliano/dialéctico argumentaba que antes de que triunfara la revolución del proletariado habría que pasar por la fase del capitalismo para que después se produjera la reacción, la negación, es decir, la victoria final del proletariado y el establecimiento de su dictadura, y de su reinado del terror, sólo así el lector podrá comprenden el actual pacto entre el marxismo cultural, y el capitalismo económico. Actualmente el mundo occidental vive instalado en una alternancia de poder entre derecha e izquierda, que no es más que alternancia entre dos caras de una misma moneda: La Revolución.
Rafael Palacios es de los pocos que se atreven a denunciar sin caretas el perverso sistema apoyado por la masonería internacional y el sionismo. Los masones son usados por los sionistas ingleses para generar el caos y sustituir el gobierno del sentido común, por el gobierno de la revolución más extremista, y en esta misión histórica el objetivo principal es destruir la libertad, y la concepción católica de la vida y la existencia. No es casual que el prócer de la «independencia americana» Bolívar se iniciara como masón en Inglaterra, y no es casual que los primeros liberales españolas tuvieran una clara filiación masónica. Comparando el inicio de las independencias de las provincias españolas de América con la propia guerra por la independencia en la Península Ibérica es fácil percibir que tanto los ejércitos de Francia, como los de Inglaterra, en realidad trabajaban al unísono para acabar con el poder imperial español, único capaz de enfrentarse con perspectivas de éxito a la revolución global.
«El sentido de la historia» nos descubre la complicidad entre el movimiento comunista y el sionismo; efectivamente dicha complicidad no fue un invento de Franco, sino que es una realidad histórica fácilmente comprobable. Ambos movimientos tiene el mismo origen, máxime si tenemos en cuenta que los principales líderes socialistas de aquella época (Rosa Luxemburgo, Ferndinand Lasalle o Trotsky) eran todos judíos. Mientras la familia Rothschild se hacía con el control de las haciendas de los países europeos, generando el empobrecimiento generalizado y la guerra, los «revolucionarios» desviaban el odio y la frustración de los que padecían la injusta esclavitud del sionismo hacia los empresarios que ponían en marcha pequeños negocios que serían destruidos por los abusivos impuestos establecidos desde la ideología supuestamente científica marcada por Marx y sus secuaces. El comunismo ha sido el mayor desviador de la atención y el mayor engañador de las personas con buenas intenciones, un desviador de la atención que ha permitido esclavizar a millones de personas, y que hoy vuelve a amenazar nuestras libertades.
Tal y como acertadamente describe Rafael Palacios, el principal problema de la modernidad ha sido la desconexión con la naturaleza que ha ocasionado la neurosis del hombre moderno, y con ello el nacimiento de la psiquiatría, la psicología y el psicoanálisis, sustituyéndose a Dios por la ciencia para calmar el alma humana. Sólo desde estar perspectiva podemos entender el avance de aberraciones como el homosexualismo, la ideología de género, o el falso enfrentamiento entre sexos, instrumentos todos ellos creados para destruir la libertad del ser humano.
«En el sentido de la historia» queda más que evidente que el avance de la revolución no hubiera sido posible sin la colaboración de los medios de comunicación de masas. A este respecto resulta esclarecedora el uso de la maquinaria de la prensa norteamericana para concienciar de la intervención en la Primera Guerra Mundial, así, el discípulo de Freud, Walter Lippman, unido a su sobrino Bernays, consiguió modificar la opinión pública del país para embarcarlo en la guerra contra Alemania mediante el ataque de bandera falsa del buque Lusitania que generó el sentimiento adecuado de odio hacia el país teutón. Igualmente Rafael Palacios, gran conocedor de la historia del cine, nos muestra en su obra como la producciones cinematográficas han sido usadas para difundir los mensajes marcados por las élites económicas. El cine y la televisión han sido utilizados para normalizar lo anormal, para preparar a los espectadores para aceptar voluntariamente su esclavitud, y propagar la destrucción de la familia, difundir el feminismo disolvente, y el homosexualismo destructor de la humanidad.
La postmodernidad ha sido el perfecto maridaje ente el comunismo y el capitalismo: bienes de consumo para todos, que se convertirán en una auténtica maquinaria bajo el marchamo de la obsolescencia programada, la destrucción del sentido común, sustituido por el bestialismo que se apodera sin freno del mundo de la cultura mediante el advenimiento de la telebasura y los reality shows, la sobreexposición a la violencia extrema, a la falsa sexualidad convertida en pornografía, y la explotación de los actos antisociales protagonizados por los jóvenes.
«El sentido de la historia» nos descubre el procedimiento que la revolución ha usado para cambiar la mentalidad de la población, conocido como «desmoralización», el fetichismo freudiano se transforma en la obsesión por las marcas, el lenguaje es usado como arma de guerra, la desintegración familiar se configura como el gran objetivo, el individuo se hace depender del estado, las iglesias son vaciadas, la inmigración es usada como estrategia para destruir las identidades nacionales, la homosexualidad es la nueva doctrina que trata de inocularse a la juventud, la moralidad es sustituida por el egocentrismo destructor de la sociedad.
En el libro de Rafael Palacios no falta ninguno de los temas de actualidad: la ideología de género, el feminismo, el robo de la masculinidad, las ONG como las grandes blaqueadoras de las conciencias, el paro, las drogas, y el buenismo político. La modernidad ha convertido cualquier tema personal y familiar en cuestión política, se judicializa la familia, se discute públicamente sobre las custodia de los animales en caso de separación o divorcio, y el mundo feliz prometido con la caída de la URSS no acaba de llegar.
Rafael Palacios describe con maestría como estamos ante la desconstrucción del individuo. En este cambio de siglo todos los valores humanos sedimentados durante siglos saltan por los aires en pro de un progreso que nadie sabe bien a dónde nos lleva, la cultura y la filosofía permanecen humilladas antes el burdel televisivo en el que el sexo, la violencia, y el chisme se convierten en argumentos únicos, hemos pasado de la falsa relatividad de la verdad, a la postverdad, y en el camino el hombre ha quedado esclavizado, y sin futuro de libertad.
DATOS DEL LIBRO:
Título: El sentido de la historia. Así comienza la edad de oro de la humanidad.
Autor: Rafael Palacios (Rafapal)
Editorial: Mandala Ediciones
Páginas: 401
ISBN: 9788417168186
COMPARTE:
EMBÁRCATE EN LA LUCHA CONTRARREVOLUCIONARIA: Si quieres defender la cristiandad y la hispanidad, envíanos tus artículos comentando la actualidad de tu país hispano, o colaboraciones sobre la fe católica y la cultura, así como reseñas de libros, artículos de opinión… Ya superamos las 12.000.000 de páginas vistas anualmente en todo el mundo, únete a nuestro equipo de voluntarios y difunde la verdad compartiendo en redes sociales, o remitiendo tus colaboraciones a redaccion@tradicionviva.es . Puedes seguirnos en Telegram: t.me/tradicionviva / Facebook: @editorial.tradicionalista / Twitter: @Tradicion_Viva / Youtube: youtube.com/c/tradicionvivaTv / Suscríbete a nuestro boletín digital gratuito, pulsa aquí.
TE NECESITAMOS: Somos un espacio de análisis lejos de los dogmas de la corrección política; puedes colaborar haciendo una DONACIÓN (pulsando aquí)