Desde Tradicionviva.es llevamos más de 10 años luchando por la Hispanidad. Pero por la Hispanidad auténtica. La que se funda en el Reinado Social de Jesucristo.
Y luchando desde una perspectiva contrarrevolucionaria. Es decir instaurando todo en Cristo (el «instaurare omnia in christo» de San Pío X). Y para ello hay que ser fiel a la doctrina tradicional de la Iglesia, sin modernismos ni adulteraciones.
Sin embargo últimamente hemos observado el crecimiento de un pseudohispanismo fundado en principios antagónicos a los de la auténtica hispanidad. Alguno de su adalides en muchos casos no son siquiera católicos, declarándose agnósticos, ateos o sincretistas en lo religioso. Otros son liberales clásicos… aquellos que querían y siguen queriendo relegar lo religioso al ámbito privado.
Queremos llamar la atención sobre el peligro de la extensión de estos planteamientos, pues generan confusión, ya que en numerosas ocasiones presentan un lenguaje y una apariencia contrarrevolucionaria, sosteniendo que van contra el sistema, cuando en verdad son un subproducto del sistema «pluralista» que pone en pie de igualdad la Verdad y el error. Y que pretende, a lo sumo, «conservar» unos principios que acaban muriendo cuando se les separa su raíz: la Cristiandad.
Desde Tradicion Viva creemos firmemente en el Reinado Social de Jesucristo, que llegará, indudablemente, por medio del Reino de María, como anunció Luis María Grignion de Montfort (Totus Tuus ego sum y omnia mea Tua sunt. Accipio Te en mea omnia) y confirmó la Virgen de Fátima por medio de su promesa: «Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará».
Así pues, que no nos engañen los liberales de siempre, los pseudocontrarrevolucionarios de interés, los progresistas de la tolerancia. O se edifica en Cristo por medio de María, o se edifica en vano.
Y no nos dejemos llevar por el engaño que estas corrientes propician con la disculpa de que quieren actualizar la doctrina a los nuevos tiempos. Que tienen que cambiar las formas para llegar a un público más amplio. Que hoy lo católico, declaradamente católico, no tiene público. Que hay que abrirse a nuevas formas.
Pensar así es reconocer la falta de Fe en Cristo y en Su palabra: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán». [Mateo 24:35]. Los católicos no estamos para convertirnos al mundo, sino que debemos convertir el mundo a la Iglesia.
El éxito de nuestras obras no depende de nuestras estrategias, o de nuestras previsiones, sino de la Gracia y el Mérito… y de la constancia y la fidelidad. Nuestras obras tendrán éxito si somos fieles a nuestra vocación. Mientras tanto, mientras llega el triunfo (que vendrá solo de la mano de Dios, y cuando Dios quiera) debemos ofrecernos esperanzadamente como humildes instrumentos en manos del Señor. Nuestra máxima debe ser la máxima ignaciana: «Actúa como si todo dependiera de ti, sabiendo que en realidad todo depende de Dios».
Por eso te pedimos que nunca abandones tu puesto en la defensa de la tradición, y si sientes flaquear tus fuerzas te recomendamos que veas el siguiente vídeo de un minuto que hemos elaborado para no olvidar nunca nuestra misión. Para ver el vídeo pulsa aquí.
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