Hoy, 29 de octubre, a las 9 de la mañana un musulmán entró en la Iglesia de Notre Dame de Niza y asesinó a dos personas, degolló a una mujer e hirió a otros. Y poco después en Aviñón fue detenido otro musulmán que armado con un cuchillo y con intención de apuñalar a los viandantes gritaba «Alá es grande».

Lo más sorprenden del hecho, es que el impulso homicida parte de una religión concreta, el Islam; y las víctimas del atentado son de una religión concreta: la católica. De hecho el atentado tuvo lugar en el interior de un templo católico.

Por tanto es evidente que el objeto de estos islámicos no es el poder político, ni las estructuras administrativas, ni el poder económico. No: su objetivo primordial es el Cristianismo, y muy directamente el catolicismo.

Sin embargo, el sistema, en vez de rendirse a la evidencia, que indica que esto es una combate religioso, prefiere recurrir a subterfugios. Así, el alcalde de Niza Christian Estrosi ha preferido referirse a un ataque de «islamofascista».

¿Dónde está el fascismo? El fascismo es una ideología política ¿cuál es el sistema político que este criminal pretendía realizar o apoyar? Y el fascismo se caracteriza por el apoyo a un líder político carismático ¿cuál es el líder político de este criminal? Nos imaginamos que el Alcalde de Niza no pensará que su líder es un tal Mahoma.

Desde tradicionviva.es volvemos a insistir en lo que llevamos años repitiendo: hay entablada una lucha entre el bien y el mal. El mal es múltiple, y variado, y puede estar dividido (pues incluso en el plano trascendente sabemos que el mal no es disciplinado y que los demonios andan siempre divididos entre ellos, y disputándose los puestos, y enfrentado por envidias y bajas pasiones), pero tiene un objetivo único: la Verdad. Y la Verdad es Cristo. Y por eso, el objetivo de todo el mal es el Cristianismo, y muy particularmente la Iglesia Católica, pues solo en ella es posible la Salvación.

Sin embargo, mientras Occidente busque disculpas para no enfrentarse a la realidad; mientras Europa no vuelva a la Cristiandad y no sea capaz de afirmar categóricamente que no todo es relativo, que la Verdad existe, y que esa Verdad es Cristo; y que Cristo debe reinar en los ámbitos políticos y sociales; y que el poder político debe rendirse a esta Verdad, y ponerse al servicio de la misma… mientras todo esto no pase, el mal seguirá avanzando y el bien seguirá retrocediendo.

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