Por Manuel de Cristóbal
Se han producido dos manifestaciones virtuales contra el Gobierno: la primera el 08-04-2020, la segunda el 10-05-2020. Una manifestación virtual es un vídeo colgado en una plataforma como “YOUTUBE”. A determinada hora, se conectan los manifestantes para escuchar el mitin, activando el contador de visitas, contando los asistentes.
La primera manifestación tuvo más de 437.000 manifestantes.
La segunda, prevista para las 12:00 horas del 10-05-2020, no pudo celebrarse por problemas de conexión. Se pospuso a las 17:00 horas y ocurrió lo mismo. Al final, se realizó a través de un enlace de circunstancias. Asistieron a la misma, sin desconexiones, más de 53.167 personas.
Realmente no es una manifestación física, es un vídeo en una plataforma libre, ejercitando el derecho a la libertad de expresión, un acto cultural y virtual. No necesita autorización del Gobierno.
La cuestión es: porqué y cómo se interviene y tiene un calado jurídico, comercial e internacional hasta ahora desconocido.
El vídeo estaba colgado en “YOUTUBE”, plataforma con una actividad empresarial lícita, con sus permisos en España y nacionalidad estadounidense, filial de “GOOGLE INC.”, es decir, protegida por el Sr. Trump.
Impedir una actividad empresarial que permite la libertad de expresión de una empresa privada extranjera que trabaja legalmente en España, podría calificarse como acto de guerra económica, persecución de empresa extranjera, lo que a Trump se le ocurra o lo que Vd. prefiera. Jurídicamente tiene difícil calificación.
La segunda cuestión es cómo se intervino la manifestación. A los abogados no nos está permitido dar opiniones técnicas, lo califican de “fake news” y, acto seguido, de delito de incitación al odio, cae por su peso, pero vamos a ejercitar la imaginación y contarles un cuento de ciencia-ficción.
Alguien torpe realizaría un ataque de denegación de servicio. Básicamente, bombardeo del servidor con un montón de peticiones, hasta que el ordenador no es capaz de procesarlas, se colapsa y deja de funcionar.
En un combate ordenador contra ordenador, “YOUTUBE” gana, salvo que el Estado ataque con todos los suyos (Policía, Ministerio del Interior, Estadística, etc.) y, entonces, vence el Estado. Esto habría producido el colapso de “YOUTUBE”, algo que no ocurrió.
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El segundo sistema sería el bloqueo de la IP, es decir, desconectar la dirección de Internet donde estaba el vídeo de la manifestación virtual.
El bloqueo de una IP sólo puede hacerlo el servidor del sistema o algún gran jefe de Telefónica que es quien da servicio a Internet y tiene el nivel más bajo, la base física, en definitiva, el dueño de los cables. Puede que no se llame Telefónica y sea otra variante jurídica.
El bloqueo de IP necesita una orden judicial que no sabemos se haya producido. Puede que un funcionario o empleado realice el corte ilegalmente, “motu propio”, por consejo de la Policía allí presente, o ejecutando una recomendación del jefe, previa llamada del Ministerio, u otro modo alternativo. A fin de cuentas, esto es un cuento.
Por último, siempre se deja para el final lo interesante, pudiera ser que la intercepción se realizase a través del poco conocido “Sistema VERINT-12”, una máquina a disposición de la Policía, con capacidad de interceptación de gran número de teléfonos móviles, identificación de su posición geográfica, intervención de comunicaciones, incluso del 112. (mas información aquí.
¡Aviso para navegantes! Los manifestantes físicos serán localizados, a través de sus móviles, por Verint-12, calificados como desafectos al régimen, y condenados a ser incluidos en la correspondiente lista negra.
Aquellos que no asistan pero vivan, por ejemplo, en el Paseo de la Castellana de Madrid, manifestódromo nacional con una ligera curva, puede ser que al trazar el cuadrado para la identificación de los números de teléfono móvil de los manifestantes, algunos edificios próximos caigan dentro de la zona de identificación y son muchos edificios. Puede ser que Vd. se encuentre en una de las terrazas de La Castellana o pase por el carril lateral, en autobús, camino de su casa. En otras palabras, apague la televisión por cable, el móvil; si tiene “Telegram” en el ordenador también, apáguelo todo, o mejor huya de la zona o sea listado.
Pero la identificación por móvil se puede usar en sentido contrario. Convóquese la manifestación dando vueltas con centro en los Nuevos Ministerios y al Corte Inglés para que aparezcan en el listado de asistentes a la manifestación y desafectos, los correspondientes ministros, asesores, funcionarios que allí trabajan y quienes estén comprando en el Corte Ingles de Castellana, sin olvidar nuestra querida Administración Regional de la Hacienda Pública y la JUJEM. Todos ellos estarían en el espacio de la manifestación física, mientras los manifestantes darían vueltas por las calles del exterior.
Por último, recordamos que estamos en un país moderno, europeo y democrático. Esto son fantasías para rellenar unas páginas.
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