La Real Academia Española define país, en su segunda acepción, como “Territorio, con características geográficas y culturales propias, que puede constituir una entidad política dentro de un Estado”. Siendo así, ¿por qué causa polémica que Rosa María Mateo recomiende que RTVE utilice la expresión País Valencià para referirse a nuestra tierra? En el contexto actual, este término conserva poca de su inocencia original.

Desde hace décadas, el debate sobre el nombre que debería dársele a nuestra patria chica genera profundas divisiones. Sin duda, la denominación País Valencià se ha manchado de tintes nacionalistas y pancatalanistas, vinculados a ideologías que nada tienen que ver con nuestra cultura, identidad e historia. Aunque los mismos que hablen de País Valencià ensalcen figuras como la de Jaume I, o reivindiquen la herencia de la Corona de Aragón (ahora rebautizada interesadamente como “catalano-aragonesa”), dudamos que acepten su esencia cristiana y monárquica.

En la acera de enfrente nos encontramos con términos bastante desafortunados para denominar nuestro territorio. Un nombre completamente inventado, que pretendía no generar discordias, -como es el de Comunidad Valenciana– o un punto cardinal -como es Levante (¿qué les parecería si llamásemos a Galicia Poniente?)- no definen nuestra esencia.

Si se hubiese querido dar continuidad a nuestra soberanía histórica, no caben dudas, la denominación apropiada es la de Reino de Valencia. Un término que hace justicia a un pasado del que es deudor nuestro presente. Desde de la Comunión Tradicionalista Carlista, queremos reivindicar nuestra identidad como valencianos y defender un sistema foral, que permita el verdadero autogobierno de las Españas y acabe con todo el despilfarro reinante.

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