Bachelet intervino el pasado 1 de diciembre en un acto telemático organizado por la Gran Logia de Chile (organización masónica de ese país) con motivo del 72º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se celebra el 10 de diciembre de 2020. 

La Alta Comisionada de la ONU remarcó en su alocución las desigualdades económicas, sociales y culturales que se han agudizado por la crisis sanitaria, haciendo hincapié en la situación de América Latina, cuya economía caerá un 9,1% en 2020, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). “El virus ha impactado desproporcionadamente en grupos marginados” y en quienes han sufrido una “discriminación sistemática de acceso a servicios y oportunidades en materia de educación, acceso a empleo o justicia”, lamentó la también expresidenta de Chile.

Tras estas consideraciones, Bachelet llamó a aprovechar la “oportunidad” que brinda esta “crisis sin precedentes” para dejar atrás el modelo de sociedad existente, ya que “no es sostenible” por estar “construido sobre desigualdades generalizadas”. Fue en este punto cuando la Alta Comisionada hizo referencia a la necesidad de “un nuevo contrato social por una nueva era” porque el actual “está quebrado o no está dando los resultados” deseados. A continuación, afirmó que para esta tarea necesitan y cuentan “con uno de los principios masónicos: la solidaridad, la fraternidad”.

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