Los vanguardistas, los escritores del círculo de Viena (Musil, Broch, Kafka, Rilke, Thomas Mann) y los novelistas utópicos o los de la Generación Perdida norteamericana reflejan -según Vintila Horia en INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA DEL SIGLO XX- la conciencia de un fin de ciclo, de la modernidad como fase terminal, decadente y putrefacta.
Friedrich Nietszche y Fiodor Dostoievski anunciaron hacia fines del XIX las tendencias destructivas y nihilistas que tenderían a ser cada vez mayores en la medida que se desarrollara el tiempo cada vez más vertiginoso y caótico de la modernidad, de la cual la postmodernidad es su lógica consecuencia, como los hijos socialistas lo fueron de sus padres liberales de acuerdo a lo expresado por Dostoievski en LOS DEMONIOS. Vivimos un período donde los demonios son legión creciente mientras que, paralelamente, se ha hecho creer que la malignidad (que los anima) no existe.
Tales tendencias se desplegarían de manera formidable en las obras literarias del siglo XX, testimoniando el vacío espiritual y cultural, y la consecuente angustia existencial, de un Occidente moribundo o ya muerto en vida.
Como muestra elocuente de lo dicho vale reproducir una poesía de T. S. Eliot justamente titulada EL HOMBRE VACÍO.
Somos los hombres vacíos
rellenados
apoyados los unos en los otros
paja en la cabeza.
Nuestras voces mates
apagadas, sin sentido,
se susurran mutuamente
como el viento en hierba seca
o pies de ratas en los trastos
de nuestros sótanos estériles.
Figuras sin forma, sombras sin color,
fuerza tullida, gesto inmóvil.
Los de enfrente, al mirar
a otros ojos, al reino de la muerte,
si piensan en nosotros, no piensan
en salvajes almas perdidas,
sino en hombres vacíos,
rellenados.
Los hombres vacíos, tienen agujeros negros en los ojos, recordando una precisa metáfora de Pink Floyd en «Brilla tu diamante loco». Grupo que como pocos testimonia -a través de la música y la poesía- la angustia, la agonía y la precariedad mental y existencial toda de una época. Tomamos agonía en su sentido primero, de lucha extrema entre opuestos, desgarradora. La tierra desvastada y el hombre desvastado por el cataclismo.
Now there’s a look in your eyes, like black holes in the sky
El vacío intenta ser rellenado con el aturdimiento sonoro, la contaminación visual de los océanos de cemento, las drogas, el alcohol, el desenfreno y los entretenimientos típicos de los enajenados. Es decir, de los que han sido despojados de toda entidad sustancial: patria, cultura, raza, espíritu.
La masa es el reino de lo informe, caótico y destructivo. La masa necesita ser contenida. Se amolda en los contenedores de la inclusión despersonalizadora. Es el reino de los basureros tecnologizados.
Si el hombre no tiene raíces en la tierra y es amputado del órgano espiritual que lo vincula con el cielo, es una hoja seca a merced del viento y la putrefacción. «Todas las hojas son del viento, menos la luz del Sol», escribió (inspirado por el conocimiento supremo que usa a ciertos humanos en ciertos momentos de canales o vectores) Luis Albero Spinetta.
COMPARTE:
EMBÁRCATE EN LA LUCHA CONTRARREVOLUCIONARIA: Si quieres defender la cristiandad y la hispanidad, envíanos tus artículos comentando la actualidad de tu país hispano, o colaboraciones sobre la fe católica y la cultura, así como reseñas de libros, artículos de opinión… Ya superamos las 12.000.000 de páginas vistas anualmente en todo el mundo, únete a nuestro equipo de voluntarios y difunde la verdad compartiendo en redes sociales, o remitiendo tus colaboraciones a redaccion@tradicionviva.es . Puedes seguirnos en Telegram: t.me/tradicionviva / Facebook: @editorial.tradicionalista / Twitter: @Tradicion_Viva / Youtube: youtube.com/c/tradicionvivaTv / Suscríbete a nuestro boletín digital gratuito, pulsa aquí.
TE NECESITAMOS: Somos un espacio de análisis lejos de los dogmas de la corrección política; puedes colaborar haciendo una DONACIÓN (pulsando aquí)