Ante todo seamos claros, para Tradición Viva la única alternativa válida a la situación social y política del occidente cristiana es volver a los principios tradicionales, es restaurar la hispanidad como defensora de la verdadera libertad, y de los verdaderos principios, no obstante, los efectos de las últimas elecciones desarrolladas en Estados Unidos nos obligan a hacernos una reflexión: ¿el trumpismo será una nueva opción política?
Todos sabemos que el poder en la supuesta democracia americana consiste en una alternancia entre dos partidos, el republicano y el demócrata, y cuando decimos alternancia en el poder nos referimos a alternancia en el partido gobernante, pues como la historia nos enseña las políticas nacionales a largo plazo son comunes independientemente del signo político del partido gobernante.
Trump no acepta la victoria de Biden, y Biden no reconoce la farsa del proceso electoral en una de las naciones económica y políticamente más poderosas, pero tal vez no hemos reparado suficientemente en que Trump ha demostrado que en realidad no era un convencido republicano, al igual algunos republicanos nunca llegaron a reconocer a Trump como líder de su facción. Podríamos decir que Trump con su marcada personalidad es más que un republicano y puede que su política a lo largo de los últimos años haya sido capaz de crear un tercer gran partido en USA, partido al que peyorativamente algunos llaman trumpismo, y otros (quizá más acertados) llaman partido patriota, por cuanto su ideario es oponerse al globalismo imperante.
Las revueltas de los últimos días han demostrado que en Estados Unidos millones de norteamericanos ya no se sienten representados por el establishment político, y que están dispuestos a apoyar terceras vías políticas. Con esto no queremos decir que compartamos los principios del trumpismo, pero si compartimos su diagnóstico en el sentido de reconocer la existencia de un espacio suficientemente amplio para defender un ideario alejado de la corrección política, del progresismo cultural, y del economicismo liberticida.
Todavía sería necesario hacer una nueva reflexión ¿la población norteamericana es una excepción, o existe un movimiento general antiglobalista, y a favor de recuperar nuestras tradiciones en los diferentes países occidentales? Creemos que la repuesta es afirmativa: existe un incipiente movimiento, todavía sin estructurar, dispuesto a luchar contra el globalismo, y dispuesto a luchar igualmente contra el progresismo izquierdista cultural, y el neocapitalismo económico liberal.
En este contexto sociopolítico es necesario recuperar la unidad de la hispanidad para defender nuestro pasado, para intervenir activamente en nuestro presente, y para configurar un futuro luminoso bajo los principios de la Santa Tradición.
Carlos Pérez- Roldán y Suanzes
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