La tesis de Ramón María Rodón Guinjoán aborda uno de los aspectos más paradójicos del Carlismo en el periodo posterior a la Guerra Civil. Habida cuenta la decisiva aportación del Carlismo al triunfo del bando nacional en la Guerra Civil española, lo lógico y natural habría sido que la Comunión Tradicionalista hubiese tenido entre los vencedores un protagonismo fundamental, igual al menos al que tuvo la Falange. Sin embargo, los tradicionales, un tanto perplejos, se encontraron con que no fue así. Por el contrario, el Carlismo padeció primero (1939–1955) la enemistad del régimen franquista, siendo su actividad política duramente perseguida y represaliada; para pasar luego, entre 1955 y 1967, a una situación de mera tolerancia por parte del franquismo, que a la postre diluyose, a partir de 1970, en una pérdida de potencial ante una aparente complacencia de tardofranquismo, que se produjo entre querellas intestinas que alcanzaron la confrontación violenta en el Montejurra 1976.¿Fue el Régimen de Franco el único responsable de la desvitalización política del Carlismo, o mediaron además coadyuvantes en el seno del propio colectivo tradicionalista?

La editorial Schedas publica el XVI Premio Internacional Luis Hernando de Larramendi en un volumen de 797 páginas con prólogo de José Miguel Orts Timoner.

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