Sin sonar como un fanático conspirador radical, en EEUU estamos bailando precariamente al filo de la navaja. Los eventos que se desarrollaron el 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Washington, DC han dado a los gigantes de la tecnología (Facebook, Twitter, Amazon, Apple y Google), también llamados “Big Tech”, la excusa que necesitaban para comenzar a depurar personalidades y opiniones que consideran “dañinas” o “peligrosas”.
La purga comenzó con la expulsión del presidente de EEUU de Twitter y Facebook. Independientemente de lo que usted pueda pensar acerca de la presencia de Trump en las redes sociales, el silenciamiento unilateral del presidente de uno de los principales modos de comunicación en el mundo moderno (una decisión que en última instancia habría sido tomada por solo dos hombres: el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, y el director ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey) es desconcertante, por decir lo menos.
Ni Zuckerberg ni Dorsey son políticos elegidos democráticamente. Sin embargo, su capacidad para limitar severamente el alcance del presidente de EEUU sugiere que los oligarcas tecnológicos poseen un grado de poder que, al menos de alguna manera, rivaliza con el del político más poderoso del mundo.
Sin embargo, la proscripción del presidente fue solo el comienzo. En los días posteriores, Twitter ha purgado decenas de miles de cuentas de usuarios que, según Dorsey, están vinculadas a la teoría de la conspiración de QAnon [1].
Mientras tanto, Amazon, Google y Apple unieron fuerzas para cerrar la plataforma alternativa de redes sociales Parler, que muchas personas provida descontentas han estado utilizando en los últimos años, para escapar de la creciente censura en las grandes plataformas. Amazon retiró los servidores en los que operaba Parler, mientras que Google y Apple prohibieron la plataforma en sus tiendas de aplicaciones.
No confíe en los oligarcas tecnológicos
Para ser claros, la teoría de la conspiración QAnon es profundamente problemática. Y no hay duda de que algunas de las cuentas prohibidas por Twitter o Facebook publicaban material problemático. Sin embargo, tendría que ser extremadamente ingenuo para pensar que las prohibiciones solo tratan de detener la incitación a la violencia o la publicación de material demostrablemente ilegal, o que la purga se detendría ahí.
Como señaló en un artículo de esta semana Mike Solana, publicado por Pirate Wires, la purga apesta a un doble rasero:
¿Por qué no se han borrado permanentemente todas las cuentas y medios de propaganda del Partido Comunista Chino de las plataformas de medios sociales de EEUU? ¿Por qué no se ha eliminado de la plataforma al Ayatolá Jomenei de Irán, un negacionista del holocausto y un dictador violento que ha amenazado repetidamente con una guerra nuclear en Twitter? … ¿Qué pasa con cada personalidad de los medios de comunicación que este verano dijo que los disturbios y la violencia política estaban justificados? ¿Están los ejecutivos de Apple y Google preocupados por la locura que surge de Twitter y Facebook, y están considerando eliminar estas plataformas de sus tiendas de aplicaciones? ¿Si es así, por qué no? ¿Están Twitter y Facebook protegidos de tal acción por ninguna otra razón que Dorsey y Zuckerberg prometieron hacer todo lo posible por censurar a los malos? ¿No importa que se estén equivocando todos los días, de manera dramática y obvia?
La sede de todos los gigantes tecnológicos se encuentra en Silicon Valley, California, zona extremadamente liberal. Una abrumadora mayoría de sus empleados está en el lado liberal/progresista del espectro político. Lo que esto significa es que incluso cuando piensan que están siendo “justos” o “razonables”, es casi seguro que están cegados por el pensamiento grupal progresista dentro de Silicon Valley.
En los últimos años, hemos visto cuántos puntos de vista conservadores y tradicionales están siendo etiquetados cada vez más por los progresistas radicales como inherentemente “violentos” o “llenos de odio”. En todo Occidente, se están introduciendo las llamadas leyes de “discurso de odio” para prohibir cosas tan básicas como argumentar que el sexo está determinado biológicamente o que el matrimonio es entre un hombre y una mujer.
¿Sabías, por ejemplo, que la política oficial de Twitter prohíbe lo denominado “deadnaming”? Deadnaming es un neologismo orwelliano que significa referirse a una persona transgénero por su sexo biológico o nombre de “pretransición” [antes de “cambiarse” de sexo]. Por ejemplo, si usted hablara del famoso atleta y estrella de reality shows Bruce Jenner, quien ahora dice ser una mujer con el nombre de Caitlyn, como un hombre, o como “Bruce”, usted violaría la política oficial de Twitter, y podrían expulsarlo de esa plataforma.
Ya hay evidencia de que los activistas proaborto se están aprovechando de la acalorada atmósfera política para hacer campaña para que el discurso provida sea prohibido en las redes sociales.
El 7 de enero de 2021, Lila Rose, fundadora del excelente grupo provida Live Action, publicó en Twitter: “El aborto es violencia”. En respuesta, la abortista Leah Torres publicó en Twitter: “Esta es una demagogia violenta. Es objetivamente falsa y está destinada a incitar a otros a cometer delitos contra clínicas, pacientes y proveedores de atención médica. Ese es el rostro del terrorismo doméstico”.
¿Pueden entenderlo? Señale el hecho científicamente demostrable de que un aborto mata a un ser humano único e irrepetible y usted es un “terrorista doméstico”. La ironía, por supuesto, es que la propia Torres, en el pasado, ha sido bastante contundente sobre la violencia del aborto. Quizás la recuerdes como la abortista que publicó en Twitter hace un tiempo: “Sabes que los fetos no pueden gritar, ¿verdad? Primero hago un corte transversal del cordón para que realmente no haya oportunidad, si es que han llegado lo suficientemente lejos como para tener una laringe” [2].
La pregunta para los gigantes de la tecnología es, ¿con qué criterio están juzgando a varias personalidades u opiniones como “peligrosas”? ¿Cuáles son los criterios? ¿Y qué recurso legal tienen los purgados o silenciados para recuperar su voz?
Libertad en la verdad; Verdad en la libertad
He estado en muchos países donde hay una capacidad limitada para hablar sobre temas fundamentales que afectan la vida y la familia. El peligro que esto representa es incalculable, especialmente para aquellos que se atreven a defender los valores judeocristianos. Si alguien, por ejemplo, contradice las leyes, los puntos de vista políticos y la ideología, o los puestos que ocupan los que están en el poder, esa persona o grupo corre el grave riesgo de ser arrestado y acusado de un delito. Esta incapacidad para abordar libremente temas críticos relacionados con los derechos humanos auténticos, que se derivan de la dignidad inherente a la persona humana, siempre es perjudicial, no solo para los individuos sino también para la sociedad.
Las personas deben prestar mucha atención a las acciones de la Big Tech, así como a las de los gobiernos y sus agentes que están censurando a grupos e individuos que consideran “inapropiados”. La amenaza a la libertad de expresión es muy importante porque es una amenaza a la capacidad de la persona humana para buscar y entrar en contacto con la verdad.
Como señala el documento Dignitatis Humanae del Concilio Vaticano II:
Los hombres de nuestro tiempo se hacen cada vez más conscientes de la dignidad de la persona humana, y aumenta el número de aquellos que exigen que los hombres en su actuación gocen y usen del propio criterio y libertad responsables, guiados por la conciencia del deber y no movidos por la coacción. Piden igualmente la delimitación jurídica del poder público, para que la amplitud de la justa libertad tanto de la persona como de las asociaciones no se restrinja demasiado. Esta exigencia de libertad en la sociedad humana se refiere sobre todo a los bienes del espíritu humano, principalmente a aquellos que pertenecen al libre ejercicio de la religión en la sociedad (Dignitatis Humanae, Nro. 1).
Como he mencionado antes, la crisis de la verdad ha causado una crisis de libertad. El rechazo de los principios morales no se produjo independientemente del rechazo de la verdad y del deseo de ser “libre”. Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica, “En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a la esclavitud del pecado” (Nro. 1733). En otras palabras, para ser libres, necesitamos la verdad. Pero para encontrar la verdad, necesitamos ser libres para buscarla.
La libertad no alcanza su plena capacidad, su dignidad, hasta que toma decisiones que alcanzan lo que la razón percibe como objetivamente bueno y verdadero. Contrariamente al pensamiento moderno, la libertad, cuando se ejerce en la verdad y la razón, no disminuye, sino que aumenta cuando se la emplea para producir un bien genuino.
Recuerdo las palabras del Papa San Juan Pablo II en Redemptor Hominis cuando cita a Jesús: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). Continuando, el Santo Padre nos dice:
Estas palabras [de Jesús] encierran una exigencia fundamental y al mismo tiempo una advertencia: la exigencia de una relación honesta con respecto a la verdad, como condición de una auténtica libertad; y la advertencia, además, de que se evite cualquier libertad aparente, cualquier libertad superficial, cualquier libertad que no profundiza en toda la verdad sobre el hombre y sobre el mundo. También hoy, después de dos mil años, Cristo aparece a nosotros como Aquel que trae al hombre la libertad basada sobre la verdad, como Aquel que libera al hombre de lo que limita, disminuye y casi destruye esta libertad en sus mismas raíces, en el alma del hombre, en su corazón, en su conciencia. ¡Qué confirmación tan estupenda de lo que han dado y no cesan de dar aquellos que, gracias a Cristo y en Cristo, han alcanzado la verdadera libertad y la han manifestado hasta en condiciones de constricción exterior! (Nro. 12).
Proteger la verdad, proteger la libertad de expresión
Si bien Dignitatis Humanae solo menciona la necesidad de restringir el “poder de los gobiernos”, para proteger la libertad, el lenguaje podría extenderse fácilmente a las Big Tech, que en muchos casos ejercen tanto poder como las autoridades gubernamentales, si no más.
Algunas personas argumentan que debido a que estas empresas son de propiedad privada, pueden prohibir a quien quieran. Si bien este argumento tiene, a primera vista, una plausibilidad, pasa por alto el hecho de que estas empresas no son solo proveedoras de un servicio cualquiera. En muchos casos, equivalen a monopolios ejercidos a escala global.
Estas empresas y plataformas actúan como guardianes de la información para miles de millones de personas. Si comienzan a ejercer su poder de coacción, pueden asegurarse de que ciertos puntos de vista sean completamente eliminados de la opinión pública.
Mi preocupación es que los movimientos provida y a favor de la familia representan una amenaza genuina para el poder, el deseo de control y las creencias ideológicas de la élite progresista que en gran medida dirige estas empresas. Debido a su oposición a las agendas e ideologías liberales y modernistas, los líderes provida y a favor de la familia y sus grupos son los principales objetivos de la censura. Esto es especialmente cierto con respecto a los principios de la revolución sexual que buscan normalizar y consagrar la “libertad” sexual, es decir, la promiscuidad y las relaciones sexuales prematrimoniales, la pornografía, la anticoncepción y el aborto, la homosexualidad y otras formas de desvirtuar la sexualidad, y la destrucción y redefinición del ejercicio verdadero de la sexualidad dentro del matrimonio, así como el matrimonio mismo y la familia, a los que estos movimientos se enfrentan habitualmente.
En la gran mayoría de los casos, quienes respaldan los principios del liberalismo y el modernismo son incapaces de responder a los argumentos judeocristianos, que son fácticos, científicos y lógicos. Entonces, recurren al acoso y la difamación, la censura, las amenazas de demandas legales, la confiscación de bienes y dinero y el encarcelamiento.
Como enseña la historia, cuando las élites obtienen demasiado poder, utilizan su posición de autoridad para cerrar toda verdad contra sus “argumentos” falsos y ridículos. Es importante que hagamos oír nuestra voz ahora, antes de que sea demasiado tarde, defendiendo con valentía nuestro derecho a ser escuchados y la verdad objetiva de los puntos de vista provida y a favor de la familia. También es importante encontrar formas creativas de eludir los monopolios tecnológicos tanto como sea posible, utilizando otros motores de búsqueda como DuckDuckGo, tratando de comprar localmente en lugar de en Amazon, y apoyando plataformas de redes sociales alternativas donde estén disponibles.
Vida Humana Internacional agradece a José Antonio Zunino la traducción de este artículo.
Artículo publicado originalmente en inglés el 18 de enero de 2021 en inglés en https://www.hli.org/2021/01/crisis-of-truth-crisis-of-freedom/
- Notas:
- [1]. Twitter purges 70,000 QAnon accounts after deadly Capitol siege (usatoday.com)
- [2]. Abortionist: Babies can’t scream while I abort them because I cut their cords first | News | LifeSite (lifesitenews.com).
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