Quieren una ley para que los niños puedan mutilar sus genitales sin que lo sepan sus padres y sin el diagnóstico de un médico, de un psiquiatra.
Algunos de los ministros del Gobierno dudan de esta ley. Carmen Calvo es una de ellos y está dirigiendo las negociaciones con Podemos sobre la ley trans.
Nunca imaginé que un día pudiera estar de acuerdo con Carmen Calvo, pero mira sus declaraciones a la Cadena SER:
“Me preocupa fundamentalmente la idea de pensar que se elige el género sin más que la mera voluntad o el deseo, poniendo en riesgo los criterios de identidad del resto de los 47 millones de españoles. El problema es que los derechos nunca son absolutos en democracia, siempre tienen límites, todos tienen perfiles de colisión con otros.»
El lobby gay se ha lanzado inmediatamente a atacar a Carmen Calvo y está pidiendo su dimisión:
«Nos parece inaceptable y una frivolidad que la identidad de las personas trans se sitúe en el derecho o capricho.»
Irene Montero se ha mostrado intransigente: no quiere que se toque su ley trans, que de aprobarse solo conseguirá destruir la vida de muchos niños. Dice su artículo 15:
“Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su identidad de género libremente manifestada, sin la necesidad de prueba psicológica o médica.”
Pongamos un ejemplo. Manuel tiene 16 años, ha ido al Registro Civil para decir que es una chica y que se llama Manuela. El funcionario, obligado por la ley de Montero, no le pide un diagnóstico médico, ni la autorización de sus padres, dado que es menor de edad. Simplemente le cambia el DNI, donde anota que es una mujer y se llama Manuela.
Luego Manuel (Manuela) va a la Seguridad Social y ahí le ponen un tratamiento hormonal para que deje de desarrollarse como lo que sigue siendo, un chico. Las hormonas forzarán su naturaleza, frenarán la aparición de la barba y el desarrollo de la nuez y con los estrógenos, obligarán a su cuerpo a desarrollar algunas características femeninas.
Sus padres se enterarán cuando el chico tenga a bien decírselo, o cuando aprecien que su cuerpo ha cambiado, fruto del aluvión de hormonas.
Luego Manuel pasará por el quirófano para que mutilen sus genitales.
Después de todo esto seguirá siendo un chico, aunque mutilado y con el nombre cambiado.
Frena esta ley para destruir menores enviando ahora tu mensaje.
Según las estadísticas, en la mayor parte de los casos los críos se arrepienten de estos cambios de sexo, debidos en su mayoría a esa tormenta que es la adolescencia. Pero ya no tienen vuelta atrás, la hormonación y la mutilación quirúrgica los convierten en chiquillos destrozados.
La ley trans de Podemos no solo va a destruir la vida de muchos niños. Además va a borrar el concepto de mujer y el concepto de hombre: si cualquier persona puede cambiar su sexo con solo manifestar el deseo de hacerlo, ya no importará que se nazca mujer u hombre. El sexo natural desaparece. A eso lo llaman “autodeterminación de género”.
Sí, es una barbaridad propia de mentes decididamente desequilibradas. O de políticos que quieren manipular hasta extremos indecibles. Es decir, de Podemos y (de momento) una parte del PSOE.
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