Cuando en pleno Siglo XXI, la turba independentista proclama que no hay una España, que son varias, no le falta razón. Luego su fondo falla, cuando intenta explicar el sentido de una desunión inventada y adoctrinada por todos aquellos señores que desde un estrado manejan a su antojo el devenir de una nación.

         Ese fallo tan grave radica, en que cuando se habla de las Españas, no se debe hablar de naciones, se debe hablar de reinos que juntos, unidos en armas para la defensa de la Tradición.

         Estos fueron entre otros la Corona de Castilla (con el Reino de Castilla, Reino de Toledo, Reino de Sevilla, Reino de Córdoba, Reino de Jaén, Reino de Murcia, Reino de León, Reino de Galicia, Reino de las Islas Canarias, Reino de Granada, Principado de Asturias y Señorío de Vizcaya)

Reino de las Indias jurídicamente incorporado a Castilla, (Virreinato de Nueva España, Virreinato del Perú, Virreinato de Nueva Granada y Virreinato del Rio de la Plata)

Corona de Aragón (con el Reino de Aragón, Condado de Barcelona, Reino de Mallorca, Reino de Valencia, Reino Sicilia, Reino de Nápoles, Reino de Cerdeña, Reino de Córcega, Condado de Urgell y Condado del Rosellón)

Reino de Navarra

Reino de Portugal.

Y posesiones en el Franco Condado y el Condado de Flandes.

         Todas ellas eran las Españas, todas ellas tan ricas y variadas, con sus propios fueros y su propia identidad, conformaban una gran nación España bajo una misma monarquía, un mismo Dios, unas mismas leyes y una misma bandera, la Católica con sus aspas de San Andrés.

Todo ello fue acabado con la División territorial de España en 1833 por los liberales, y con el paso del tiempo han ido adoctrinando con sus propios intereses una modificación en la historia.

Pues lo más peligroso para este Estado tan paternalista, en el sentido que no solo te educa a su manera si no que te guarda tus ahorros, es que la gente sepa de su historia, de sus raíces, de su tradición. Y por ello hay que leer, estudiar, esforzarse, conocer más allá de lo que te muestren en una televisión, y con ello este Estado liberal tan paternalista no tendrá borregos, y sin borregos e incultos cae. Pues en el reino de los ciegos el tuerto es el rey.

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Si cada ciudadano supiese que cuando se habla de las Españas, se debe hablar de una unión nunca vista en la historia de la humanidad, donde una nación unida, lucho bajo unos mismos ideales, bajo una misma religión y bajo unos mismos fueros, nunca fuimos tan libres y fuertes. Pues la unión hace la fuerza y con la unión solo hay libertad. Y para que haya unión debe haber Tradición.

No hay partido político en España, que quiera que sus ciudadanos sepan su historia, porque partido, viene de partir, y con ello su único fin es partir una nación. El único fin de aquellos quienes se sientan en su estrado adoctrinando turbas de radicales, es partir naciones, desunir, crispar. No lo conseguirán, las Españas han sido, son y serán unidas por la Tradición.

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