¿Qué es anterior la vacuna o el virus?
Nos planteamos si las grandes farmacéuticas como Pfizer estaban trabajando en sus vacunas meses antes de la aparición del covid-19.
Otra forma de ver la pandemia, su origen o quién pudo provocarla es investigar a quién beneficia. Su móvil.
Los grandes beneficiados son los Gobiernos, las farmacéuticas y no, precisamente las pequeñas, las grandes multinacionales americanas y, por supuesto China, sus empresas y su Gobierno totalitario y comunista.
Mientras que todo el mundo se empobrece a un ritmo sin freno, China sigue creciendo sin que su PIB se resienta y las farmacéuticas -sobre todo Pfizer- se enriquecen repartiendo sus dólares a diestro y siniestro entre médicos – unos pocos -, políticos, Agencias del Medicamento, grandes medios de comunicación y sin que los Gobiernos occidentales declaren sus conflictos de interés, señalando quiénes son los que cobran.
Para hacernos creer que la alternativa al confinamiento y a las limitaciones a la movilidad era solo la o las vacunas, se ningunean los tratamientos – además no se financian – y solo se recomienda, obliga y adquiere por precios multimillonarios el único tratamiento posible el remdisivir – tóxico e inútil – y, se olvida la prevención.
Como prevencionista lo primero para eliminar o minimizar Riesgos – y este virus es un riesgo – lo primero que se realiza es profundizar en el conocimiento científico del Riesgo para establecer medidas o normas de Prevención y Protección.
Los Gobiernos incurriendo desde el inicio de la pandemia en múltiples contradicciones, mentiras y demostrando siempre ignorancia, han olvidado la norma básica de Prevención que de acuerdo con los profesionales expertos en Medicina Preventiva consiste en reforzar nuestro Sistema Inmunitario.
Para fortalecer la Inmunidad no se requieren ni costosos medicamentos ni vacunas solo la tradicional Vitamina D y el oligoelemento -metal- que refuerza las paredes de las células, el Zinc.
Respecto de la Vitamina D hay múltiples papeles científicos – más de 40 – que otorgan a esta hormona-vitamina un papel central en la Prevención del covid-19.
Pero no solo la Vitamina D es esencial en la Prevención de la enfermedad reforzando nuestro sistema inmunitario, sino que, en Atención Hospitalaria, es decir en los enfermos graves que necesitan la atención e ingreso se muestra muy eficaz como tratamiento.
Hay varios papeles al respecto, el más divulgado es el del ILBIC del Hospital Universitario de Córdoba donde investigadores y médicos demuestran que determinadas dosis de Vitamina D consiguen reducir la mortandad y la entrada en reanimación de los enfermos de manera drástica.
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Es preciso destacar que dentro del protocolo del anterior Hospital para el tratamiento de la enfermedad se incluye, además la hidroxicloroquina combinada con la azitromicina.
Este estudio no es el único ya que el primero demostrando la eficacia de la Vitamina D en el tratamiento de enfermos graves de covid-19 es del Hospital Universitario de Angers (Francia) y existe un tercero de varios Hospitales de Barcelona. Todo ello ratifica lo que se pensaba desde el principio de la pandemia de que la vitamina D es esencial tanto en la Prevención como en el Tratamiento del covid-19.
Si seguimos el hilo de la Prevención, el paso siguiente es la Protección de las personas con EPIs o Elementos de Protección Individual, el recomendado y utilizado de siempre para evitar el contagio por virus es la Mascarilla.
Los españoles y europeos somos todos expertos en este elemento de Protección e, incluso, podríamos decirle al señor Fernando Simón cómo colocarla y cuál es la apropiada.
Durante toda la pandemia se ha recomendado el uso de guantes o en su ausencia el frecuente lavado de manos olvidando que la medida recomendable es la Ventilación de locales cerrados o confinados, en especial los ascensores.
El profesor Goldman microbiólogo de la Fac. de Medicina de Rutgers en New Jersey investigó la transmisión de persona a persona a través de superficies contaminadas encontrando que la posibilidad de transmitir el virus por contacto es remota, quedando en entredicho ese frecuente lavado de manos tantas veces repetido por medios de comunicación y Gobiernos.
Lo que los franceses denominan <recherche documentaire> o búsqueda de documentación científica referente al virus y hay miles de artículos que ilustran una cosa y la contraria en esos repositorios científicos, es central en el conocimiento del virus, su prevención, la protección para evitar el contagio, los tratamientos y muy al final, las vacunas.
Reitero mi introducción a la pandemia y rebatir la tesis oficial de una mayoría de Gobiernos del único plan A – sin que existiera al inicio – otra posibilidad, otro plan B o incluso un C, siendo ese Plan Único el confinamiento y su alternativa, la vacuna.
Es cierto que el virus era y sigue siendo en parte, un perfecto desconocido.
Recordamos al médico de Atención Primaria que ante un dolor en el estómago o intestino nos contaba que era un <virus> y que se curaba con paracetamol o a lo sumo con el paso del tiempo.
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Este virus ha demostrado que tanto la medicina y sus ramas de las ciencias biomédicas como la biología y su subordinada la virología, desconocían la mayoría de los virus.
Si algo bueno nos trae la pandemia es que el conocimiento del virus en un solo año ha avanzado más que en veinte y más siglos de medicina.
El Plan B, los tratamientos
Desde el primer día y siempre de forma irreflexiva, alocada e ignorante, los Gobiernos occidentales imponen los cierres y confinamientos como única medida olvidando medidas preventivas muy eficaces o más y los tratamientos.
Para decir la verdad, SÍ nuestros Gobiernos de Europa nos han propuesto un único tratamiento de Gilead una de las farmacéuticas más corruptas con Pfizer de la historia de la farmacia.
Gilead corrompe a una minoría de médicos influyentes como directores de Hospitales, Agencias del medicamento y políticos para su tratamiento remdisivir.
Este fármaco inútil, ineficaz y muy peligroso, además como demuestra el Profesor Dr. Raoult, provoca mutaciones del covid-19, probadas a través de múltiples secuencias de su genoma realizadas en el Instituto Mediterráneo de Marsella, el más prestigioso del mundo en el tratamiento de enfermedades infecciosas y virales, el IHU.
La persona que dude del nivel científico del Dr. Raoult puede visitar la página web del IHU Mediterráneo de Marsella para darse cuenta del orden, rigor y eficacia de su estrategia médica y de su protocolo en el tratamiento de la enfermedad.
Este IHU ha realizado más de 40.000 test PCR, tratado en Atención Primaria más de 14.000 enfermos del covid-19 y de los ingresados en Atención Hospitalaria solo ha fallecido el 0,10 por ciento, es decir el uno por mil.
Si esta cifra se compara con las españolas de 80.000 muertos reales, el porcentaje nuestro sobrepasa el 3%. Algo muy mal estaremos haciendo, aunque excepciones como la indicada del Hospital Universitario de Córdoba son alentadoras.
Si Gilead ha vendido a la Unión Europea mil millones de euros de su vacuna y otro tanto a varios países de forma individual de su fármaco remdisivir, hay que preguntarse cómo este medicamento ineficaz y peligroso se pone en el mercado autorizado por las Agencias Europeas del Medicamento, entre ellas la española y se adquiere por valor total de 2.000 millones de euros y después la OMS compruebe y publique que el citado remdisivir no sirve para nada…
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Pero Gilead no es la campeona de la corrupción y de poner en el mercado este remdisivir. Antes y, todavía sigue en las farmacias el famoso tamiflú, muy peligroso y que durante años y después de prohibirse en varios países más serios que el nuestro, se recete sin la menor comprobación acerca de su eficacia…
¿Se puede llamar a lo anterior corrupción o ignorancia o ambas cosas?
Si seguimos al remdisivir, comprobaremos que, a pesar de la recomendación de la OMS, sigue siendo el tratamiento recomendado por países como Francia y en menor medida España y en tratamientos solo existe este fármaco. Para la UE NO HAY NINGÚN TRATAMIENTO que funcione.
En nuestra búsqueda documentaria comprobamos que científicos e investigadores de muchos países han encontrado más de cincuenta tratamientos que funcionan y que reducen la mortalidad a un nivel menor que la gripe H1N1.
Para los Gobiernos occidentales y los grandes medios de comunicación SILENCIO TOTAL sobre esos tratamientos que han hecho prueba de eficacia y de inocuidad.
Sobre uno de ellos el tratamiento combinado de Hidroxicloroquina con el antibiótico azitromicina se ha escrito largo y tendido criticando a su promotor en Francia, el citado Profesor Dr. Raoult, investigador con tres mil artículos médicos publicados en revistas científicas y cuyo protocolo en el que se especifica la dosis y el tiempo de tratamiento aparece con claridad meridiana que NO es un tratamiento para enfermos graves, sino que es un tratamiento en fase inicial.
Incide Raoult en la <prise en charge>, es decir la importancia del médico de cabecera o de Atención Primaria en cualquier proceso de enfermedad sea o no viral y del rápido diagnóstico de la covid-19 en este caso.
Los médicos de Atención Primaria conocen como nadie a sus pacientes, disponen de sus expedientes médicos y saben en cada caso el tratamiento que les conviene.
A parte de Raoult son muchos los médicos franceses sean de A. P. o de Hospital que tienen un enorme éxito en sus protocolos.
Destaca el jovencísimo anestesiólogo y reanimador de Hospitales de Marsella, el Dr. Louis Fouché con cero fallecidos covid y su estrategia de Atención Primaria y Hospitalaria de éxito y que pone contra las cuerdas los confinamientos y los cierres.
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Es sorprendente que los Gobiernos y los grandes medios califiquen a eminencias como Raoult y Fouché como complotistas, negacionistas y conspiranoicos como acostumbra el descalificador El País.
Ha llegado el momento de preguntarnos si los complotistas y negacionistas son ellos o los ciudadanos que nos apoyamos en la ciencia.
A este respecto y dada la intensidad de las críticas que llueven sobre los que aportamos nuestro granito de arena divulgador y sobre verdaderos y eminentes investigadores que no pueden y no podemos estar de acuerdo con las políticas respecto a confinamientos, tratamientos o vacunas, convendría que se serenaran, observaran y reflexionaran sobre lo que el nada científico Oscar Wilde decía:
<El mérito de la ciencia es estar exenta de emociones>. Pensamos que conviene separar la Ciencia de las emociones.
El objetivo complotista del Gobierno Sánchez ha sido y es utilizar las emociones del pueblo español para el cumplimiento de sus objetivos electorales y políticos, despreciando la Ciencia y aludiendo a sedicentes <comités de expertos> sectarios y carentes de verdaderos conocimientos científicos.
Para terminar de jugar con los españoles debería redactar y aprobar una Ley sobre <conflictos de interés> que obligue a declarar a cualquier persona, médico o profesional de la salud y medios de comunicación, miembros del Gobierno y de la Agencia del Medicamento que cobren de empresas farmacéuticas o sanitarias.
Gobiernos de la UE y divulgadores de los platós de TV han enfatizado en las estadísticas diarias olvidando las más importantes, las anuales que comparan la mortalidad del año 2019 y la del año de la pandemia, el 2020. Así en Francia la sobremortalidad del año 2020 en el colectivo de los ciudadanos entre 0 y 65 años resulta que NO ha habido sobremortalidad sino una reducción de muertes en 2.000 personas.
Si tomamos las estadísticas, siempre francesas, del grupo de edad entre 0 y 75 años resulta que la sobremortalidad del año 2020 sobre el 2019 es prácticamente despreciable.
Sin embargo, la sobremortalidad del grupo de edades de mayores de 75 años es un 43% más elevado en el 2020.
Es cierto que al principio de la pandemia no existían estas estadísticas, pero ya los expertos de verdad como el profesor Raoult preveían la mortalidad en ese colectivo de mayores de 75 años y él mismo preparó un Plan de Prevención para las Residencias de Mayores que no fue aceptado por el Gobierno francés, estimando que los confinamientos NO eran necesarios. Ni lo son en la actualidad.
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Si tomamos las estadísticas de la mortalidad covid-19 en Bélgica, casi 20.000 fallecimientos entre los que se incluyen 4.000 en las residencias de mayores que se incluyen por no haber sido testados y las comparamos con los decesos provocados en el mismo país por causas del cáncer de pulmón por efecto del tabaco, nada menos que 17.000, comprobamos que las autoridades belgas NO toman ninguna medida al respecto. Podían prohibir el consumo de tabaco y los resultados se comprobarían al cabo de una decena de años.
¿Esa cifra de muertos no merece declarar una urgencia sanitaria?
Como indicamos antes nuestros Gobiernos no disponen de un Plan B o no lo pretenden. Solo hay una solución: o confinamiento o vacunas. Y meternos miedo, mucho miedo cuando la mortalidad del virus si seguimos medidas de prevención, protección y tratamientos que funcionan, resulta que la mortalidad del covid es inferior a la de la gripe.
Expongo y afirmo que he pasado el covid entre el grupo de amigos y conocidos (más de 30) que también lo han contraído NO hay nadie que haya desarrollado síntomas ni moderados ni graves. Nadie ha requerido atención médica ni hospitalaria.
Desde el principio de la pandemia recomendé la ingesta de vitamina D y zinc y no es casualidad que la prevención haya funcionado.
Para completar la divulgación y conocimiento de este virus nos falta comentar los tratamientos existentes y las vacunas.
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