Este 14 de marzo se cumplieron 90 años de la publicación del primer número del semanario “La conquista del Estado”, con el subtítulo “Semanario de lucha y de información política”, que salió el 14 de marzo de 1931 dirigido por Ramiro Ledesma Ramos (1905-1936) en Madrid, un mes antes de la proclamación de la Segunda República española, y que se puede considerar como el primer semanario nacionalsindicalista español.
Se editaron 23 números, siendo el último, el nº 23, con fecha del 24 de octubre de 1931. Y en el nº 1 aparecía en primera página la declaración ideológica y táctica en un Manifiesto político firmado por el Comité organizador con todos los colaboradores, con esta entrada:
“A los lectores: Al publicar el primer número de «La Conquista del Estado», nuestra declaración ideológica y táctica no puede ser otra que el manifiesto político que con el título del periódico se ha difundido en toda España durante las semanas últimas”.
A continuación sigue el Manifiesto político, en el que se dice que Las columnas centrales de nuestra actuación serán estas:
Supremacía del Estado. Afirmación nacional. Exaltación universitaria. Articulación comarcal de España. Estructura sindical de la economía. Después siguen 17 puntos, y lo firman los siguientes nombres: Ramiro Ledesma Ramos, Ernesto Giménez Caballero, Ricardo de Jaspe Santoma, Manuel Souto Vilas, Antonio Bermúdez Cañete, Francisco Mateos González, Alejandro M. Raimúndez, Ramón Iglesias Parga, Antonio Riaño Lanzarote, Roberto Escribano Ortega; y Juan Aparicio López. Siendo el presidente Ramiro Ledesma, aquel joven filósofo (discípulo de Ortega y Gasset y estudioso de Martin Heidegger, colaborador de “La Gaceta Literaria” y la “Revista de Occidente”) que a sus 25 años dejaba una prometedora y cómoda carrera intelectual para dedicarse de pleno a la lucha política radical en plena transición republicana, prescindiendo hasta de comer para poder pagar la impresión y distribución de su revista. El secretario era Juan Aparicio. Y Ernesto Giménez Caballero, “GeCé”, era el fascista literario.
La importancia de este semanario está en que fue la primera iniciativa política auténticamente fascista en España. El nombre de “La conquista del Estado” estaba tomado del periódico “La conquista dello stato”, que Curzio Malaparte (1898-1957), cuyo verdadero nombre era Kurt Erich Suckert, había fundado en Roma en 1924, y en quien Ramiro se inspiró para su estrategia política. El semanario romano fundado por Curzio Malaparte era un órgano heterodoxo del fascismo revolucionario, en el que se animaba a Mussolini a adoptar posturas más duras y “fascistizar” lo antes posible a la nación mediante la disolución del parlamento y la corporativización de la nación. Toda la temática central de “La conquista dello stato” era que si el fascismo se dice revolucionario, debe demostrarlo revolucionariamente a Italia. Entrevistado Mussolini para su periódico, y como se le instó a seguir una trayectoria revolucionaria, le respondió: “Querido Suckert, si nosotros caemos ahora, jamás volveremos a donde estamos, ¿lo comprende usted, sí o no?”. En 1931, cuando aparece el semanario que aquí comentamos, dirigido por Ramiro Ledesma, Curzio Malaparte rompe con el fascismo italiano y se va a Francia, donde publicó el libro “Técnica del golpe de Estado”, cuyo contenido responde a su título, es decir, las distintas técnicas del golpe de Estado, que son básicamente dos: el método mussoliniano y el método leninista. Este libro en concreto fue el que inspiró en gran medida a Ramiro Ledesma en su estrategia política.
El principal colaborador de Ramiro Ledesma en la realización del periódico fue Juan Aparicio. Hasta el número 13 (6 de junio de 1931) aparece Ramiro Ledesma Ramos como Director Fundador, desde el número 14 (13 de junio de 1931) sólo figura como Director. La Redacción y Administración siempre estuvo en la Avenida Eduardo Dato, 7 (hoy Gran Vía de Madrid), su teléfono era el 90327, y el anuncio de que se reciben visitas en “La Conquista del Estado” los lunes, miércoles y viernes, de siete a nueve de la noche. Apareció semanalmente sin interrupción desde el nº 1 (14 de marzo de 1931) hasta el nº 18 (11 de julio de 1931). El nº 19 lleva fecha de 25 de julio de 1931, y el nº 20 no aparece hasta el 3 de octubre de 1931, reanudándose el ritmo semanal hasta el nº 23, de 24 de octubre de 1931, que fue el último publicado. Al reaparecer en octubre de 1931, tras no ser publicado este periódico durante agosto y septiembre, ya anunciaba “La Conquista del Estado” que estaban organizando las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista ( JONS). El semanario dejó de publicarse ese mismo mes, al culminarse la metamorfosis en las JONS de la organización política que había nacido como “La Conquista del Estado”.
Con un formato de diario (600 x 420 mm) y texto a seis columnas, hasta el nº 15 (20 de junio de 1931) estaba formado por 6 páginas. Desde el número 16 al 23 sólo ocupó 4 páginas. En total 112 grandes páginas. Hasta el nº 15 utilizó la Imprenta de la Editorial Albero (sita en Avenida Reina Victoria, 8, calle que desde el nº 13 figura con su nuevo nombre: Avenida Pablo Iglesias, 8). En el nº 16 se avisaba a los lectores de un cierre inesperado de los talleres habituales, que había obligado a reducir a cuatro las páginas y buscar un nuevo taller, la Imprenta Zoila Ascasibar, en la calle Martín de los Heros, 65. Los últimos cuatro números (20 al 23) se imprimieron en Gráfica Literaria, calle Hernani, 34.
Hasta el nº 16 figuraba como precio 25 céntimos, el nº 17 (4 de julio de 1931) costaba 20 céntimos, y desde el nº 20, 15 céntimos. Se admitían suscripciones por seis meses o un año, con precios diferentes para España, Africa, española, Portugal, y América hispana (12 pesetas al año en el nº 1, 8 pesetas en el nº 23), y Extranjero (18 y 16 pesetas respectivamente). Y suscriptores protectores: un año, 50 ptas. en el nº 1, un año, desde 50 ptas. a partir del nº 20. Aunque del número 1 al 7, y en el nº 14, se hacía figurar la tarifa de precios para los anuncios (una página 600 pesetas, media página 400 ptas, un cuarto de página 200 pesetas…), no contó con ninguna publicidad salvo un anuncio de la pastelería “La Vienesa” y otro de la revista cómica infantil “Manolo” en el primer número, y unas líneas anunciando el Centro Exportador Librero en los números 2 y 3 (además de algunos avisos de la propia imprenta en la que se realizaron los primeros números, y sobre los libros que comenzó a publicar el periódico).
La influencia de Hegel es evidente en el Manifiesto político y en los primeros números de “La conquista del Estado”, cuando se insiste en lo que se podría calificar como “estatolatría”, más radical aún que la del fascismo italiano. “La conquista del Estado” vio aparecer artículos de Curzio Malaparte y textos de Hitler, recensiones de los primeros libros doctrinales del fascismo y del nacionalsocialismo, y, sobre todo, a medida que avanzaban sus números, podemos comprobar cómo una ideología – el nacionalsindicalismo – se iba perfilando lentamente. Ocho meses más tarde, alrededor del núcleo de redactores y junto al grupo de Las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica en Valladolid, se constituyeron las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), con la revista doctrinal “JONS”, que prosiguió el proceso de concreción ideológica que después la persecución frentepopulista y la guerra civil española truncaron de raíz. Pese a su temprana muerte —asesinado con poco más de treinta años—, Ramiro Ledesma Ramos encarnó los valores éticos, filosóficos y políticos de una generación europea que buscaba una alternativa a un mundo que se precipitaba al abismo entre el liberalismo y el marxismo. Esa alternativa, que conjugaba lo social y lo nacional, tuvo diversas manifestaciones a lo largo y ancho de Europa. El semanario “La Conquista del Estado” fue, sobre el papel, la expresión española de esa corriente de vanguardia que, lamentablemente, ha sido poco y mal estudiada. Si bien es cierto que “La Conquista del Estado” —y las posteriores JONS— no tuvieron demasiada importancia en aquel momento, sí supusieron una vía política distinta. Vía que, en otros países, tuvo mucha fuerza y esperanzó a pueblos enteros.
En 1935 Ramiro Ledesma incluyó una breve historia de “La Conquista del Estado” en su libro “¿Fascismo en España?”, que publicó con el pseudónimo de Roberto Lanzas. En 1939 la Editora Nacional (Libros Políticos de la Revolución Nacional Española, Ediciones FE) publicó una antología de “La Conquista del Estado”, realizada y prologada por Juan Aparicio (Madrid,1939, XXIII+335 páginas). En 1974 apareció en Barcelona una edición facsimil completa de los 23 números, impulsada por el Círculo Doctrinal José Antonio. En 1986, la hermana de Ramiro, Trinidad Ledesma Ramos, publicó los escritos políticos de Ramiro Ledesma Ramos aparecidos en “La Conquista del Estado” (Madrid 1986, 329 páginas), el periódico político que tanta influencia habría de tener en la historia de España. Trinidad Ledesma Ramos, fiel custodio de las obras y de los objetos conservados de su hermano Ramiro, falleció en Madrid, a los 87 años de edad, el 22 de diciembre de 2000.
Tal vez la prematura muerte de la II República no permitió percibir el potencial de esta nueva alternativa, que podría haberse proyectado de otra forma si hubiese tenido más tiempo para difundirse. Libre de prejuicios, heterodoxa, valiente y arriesgada… Así fue “La Conquista del Estado”, así fue Ramiro Ledesma Ramos.
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