No, no es un error en el título del artículo. En la actualidad podemos presenciar el declive moral de la Iglesia Católica, que va dando paso a una iglesia caótica. Y sí, ese es el estado actual de la Iglesia que empezó con el apóstol Simón Pedro. En aquella Iglesia se predicaba a Jesús, el Hijo de Dios, que resucitó al tercer día según la Escrituras. Jesús, el Mesías profetizado por Moisés, el que anunciaron los profetas Isaías, Jeremías, Daniel y otros. Ahí radicaba el anuncio, Jesús es el Señor, el Hijo del Dios Viviente.

Por este anuncio, Simón Pedro (San Pedro), recibió numerosos latigazos para que cierre la boca, se calle y no hable más en el nombre de Jesús. También, fue llevado a prisión. Predicó, predicó incansablemente a Jesús, haciendo más caso a Dios que a los hombres. Buscaba, como testigo de la resurrección de Jesús, que todos crean en el Maestro, para que, creyendo en él, tengan vida y la tengan en abundancia. Y en esto consistió toda su misión, toda su ‘preocupación’.

La Iglesia caótica de hoy día, tiene nuevos exponentes, basta mirar el sitio Web de la Quinta Conferencia Internacional del Vaticano [vaticanconference2021.org], que tiene como lema: “Explorando la mente, el cuerpo y el alma. Unirse para prevenir y unir para curar. Una iniciativa mundial de atención de la salud. Cómo la innovación y los nuevos sistemas de prestación de servicios mejoran la salud humana”. Lejos, muy lejos de la prédica de San Pedro… Una iglesia sin Jesús…

La iglesia caótica no mira a Jesús, no tiene esperanzas en el regreso del fundador de la Iglesia Católica. Poco le importa. Ahora tiene objetivos, no una misión por cumplir. Respeta a otros credos, y los iguala a ella, inclusive en la prédica de la Verdad. Lejos, que lejos está esta iglesia caótica de la Iglesia que San Pedro presidiera. El mundo ha envuelto a esta falsa iglesia y la adorna con la gloria propia de los hombres. Yo me bajo de este ómnibus conducido por Satán, y me subo al de la Santa Iglesia Católica Tradicional, la Iglesia de siempre, la que nos dejó nuestro Señor Jesucristo. El ómnibus que maneja Satán, no tiene otro destino que estrellarse… ¿Usted piensa quedarse dentro?

Solo en Jesús, el Cristo, está el Camino, la Verdad y la Vida.

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