Naturaleza Globalista del enemigo de Rusia…Y de España.

En el año 2001, hace ahora 20 años, Rusia comenzó a recuperar su influencia. Lo hizo, sobre todo en el ámbito regional, pero también a escala global… en “todo el teatro de operaciones”. Esta recuperación estuvo estrecha y directamente relacionada:

• Con la llegada a la Presidencia de Vladimir V. Putin.
• Con las gestiones de su Ministro de Exteriores, Serguey Lavrov.
• Y con el discreto, y menos visible, papel del jefe del Estado Mayor de la Defensa, el Teniente General Valeri Gerasimov, cuya Doctrina de Defensa (ya conocida como Doctrina Gerasimov) es en actualidad analizada en los Centros de Estudios de la Defensa de todo el mundo, y de manera muy especial, en los Centros de Altos Estudios de la Defensa Nacional de España, como el CESEDEN. Una referencia en España en el estudio y conocimiento de la Doctrina Gerasimov es el que hace unos años fue director del CIFAS (Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas) el Teniente General retirado (recientemente nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Valencia) Gan Pampols, tal y como acreditan nuestros agentes sobre el terreno que han podido escucharle en diversas conferencias y seminarios.

Durante estas dos décadas, la política energética de Rusia ha sido uno de los ejes sobre los que ha reposado su recuperación económica, siendo ésta un elemento vehicular para la más importante Recuperación: la de la Influencia y ser Referente Moral y Político en el mundo, y en especial, en Europa, de la que Rusia es parte esencial desde un punto de vista Cultural, Histórico y Geoestratégico. Este aspecto es intolerable (como tampoco el que lo sea España en su histórica área de influencia mediterránea o atlántica) por parte de los Globalistas.

Dicha política energética rusa tiene dos vertientes, que serían igualmente aplicables al caso español:

• Una interior. Consiste en el llamado Patriotismo o Soberanía Energética “Autarquía”.
• Otra exterior. Focalizada en la influencia rusa sobre las regiones de Europa del Este, de Asia Central y del Cáucaso Sur, integrado por Georgia, Armenia y Azerbaiyán. En esta segunda vertiente voy a extenderme, y más en concreto en la última región mencionada, dejando el Este de Europa (Países Bálticos, Polonia y Ucrania) y Asia Central (Turkmenistán, Uzbekistán y Kirguizistán, sobre todo) con la injerencia de los expresidentes Biden, Clinton, Bush o el exsenador John MacCaine para otra ocasión, Dios mediante, con el fin de no hacer muy denso este artículo especial.

Las relaciones de Rusia con el Cáucaso Sur han estado marcadas por los intereses geo-energéticos rusos, sin lugar a dudas, pero, por encima de todo, por los lazos históricos, culturales, lingüísticos y de fraternidad cristiana que los han unido durante siglos como ha sucedido con otros pueblos, eslavos o no, que son parte de la Cristiandad Oriental Ortodoxa. En el marco de la política energética rusa en la región del Cáucaso Sur ha sido esencial para Rusia hacer frente a las injerencias en la región de las anglo-corporaciones energéticas con ansias globalistas y respaldadas por entes como la OTAN y la ONU al servicio del llamado Nuevo Orden Mundial.

Rusia ha precisado, en ese contexto de injerencias y presiones (como también ha sucedido en la región rusa de Ucrania) hacer uso de herramientas diplomáticas, económicas, culturales y militares de oposición. Dichas injerencias anglo-globalistas han alterado toda la región causando inestabilidad y conflictos. La intervención rusa con fines de pacificación y estabilización se ha visto desarrollada en unas condiciones de tensión extrema.

Dicha injerencia sería comparable, aunque no por los efectos a día de hoy pero sí por su naturaleza, a la injerencia inglesa en la Colonia de Gibraltar en pleno territorio soberano español, así como a la misma injerencia (en muchas ocasiones vinculada al crimen organizado y a la financiación de grupos nacionalistas y AnfifA o anarco-comunistas, tal y como constan en los informes que nuestros agentes hacen llegar a los servicios de información e inteligencia españoles) en determinadas regiones de la costa mediterránea. Además, no ha llegado sólo a este extremo sino también a manchar la buena imagen de profesionalidad y afabilidad (rusos y españoles somos de corazón grande, nobles y valerosos como ha quedado registrado en la Historia y la Literatura) de los miembros de la comunidad rusa y de sus empresas en el levante español a pesar de que dicha región, y en concreto la ciudad alicantina de Altea, tiene la primera Iglesia Ortodoxa Rusa de toda España. Los medios al servicio del globalismo (Grupo Prisa, Grupo Prensa Ibérica, Grupo Vocento o Libertad Digital) se ocupan de extender la imagen del ruso violento, mafioso o corrupto: Un ejemplo lo que tenemos en la actualidad con el llamado “Igor el Ruso”. Tratar de neutralizar esta injerencia “Guerra Psicológica” Globalista contra España y Rusia, y que forma parte de un Concepto Militar más amplio denominado Guerra Híbrida o Asimétrica, es el objetivo de Tradición Viva por medio esta Serie de artículos denominada Rus Hispánica. Es en este momento cuando enlazamos con el último punto de la Recuperación de Rusia tras 20 años de Presidencia de Putin: La Doctrina Gerasimov.

En 2013, un año después de ser nombrado jefe de Estado Mayor de la Defensa, el Teniente General Valeri Gerasimov publicó el brillante y perspicaz ensayo titulado “El valor de la ciencia en la anticipación”; tuvo una muy amplia difusión y aceptación entre la comunidad militar rusa y entre los analistas. Sin embargo, este trabajo pasó desapercibido entre buena parte de la comunidad militar occidental “cortada por el patrón o plancha británica”. No fue así entre los miembros de la DIA (Agencia de Inteligencia para la Defensa de EEUU) y muchos otros miembros de la comunidad militar de EEUU (por medio de los cuales llegó a España) gracias al altísimo nivel profesional e inteligencia del Teniente General Michael T. Flynn, que posteriormente pasó a ser miembro de la Administración Trump y en la actualidad está haciendo una excepcional labor mediante lo que se ha llegado a conocer como “Operación Q”, así como desarrollando los conceptos de Soldado Digital y Periodista Ciudadano, conceptos que encajan con la Doctrina Gerasimov.

En su Ensayo, Gerasimov hace un análisis del entorno de seguridad tras la Guerra Fría. Repasa las principales lecciones de las crisis y conflictos acontecidos desde 1991 (año de disolución del Pacto de Varsovia) tales como la Guerra del Golfo, la Guerra contra el Terror y la Guerra de Georgia, pero también de los ciberataques de Estonia, de las revueltas llamadas Primaveras Árabes o de la intervención aliada en Libia bajo la Doctrina conocida como “Responsabilidad de Proteger”. Concluye haciendo un análisis prospectivo sobre los conflictos futuros y alertando de la creciente importancia de las herramientas no militares en la gestión de crisis, hecho que ha quedado demostrado tras las injerencias y fraudes electorales en Venezuela, Argentina, Bolivia, y más recientemente en España y EEUU, y en todos los casos a favor del anglo-globalismo de raíz sionista. Uno de los párrafos más clarificadores es el siguiente:

• “Las medidas políticas, económicas, informativas, humanitarias y no militares se han empleado junto con el potencial de protesta popular. Todo ello ha sido apoyado por medios militares de carácter clandestino realizando actividades informativas y operaciones especiales. El empleo abierto de unidades militares se ha realzado en cierto momento con el objetivo de contribuir al logro de la situación deseada”.

Como conclusión, veamos la clasificación que hace Gerasimov de los tipos de conflictos del presente S.XXI:

• De Origen Encubierto. El conflicto se inicia antes del arranque de las hostilidades mediante una ambiciosa, agresiva y muy financiada campaña propagandística que emplea todos los instrumentos no gubernamentales y del poder nacional, o de entes supranacionales que los controlan, para influir sobre los gobernantes y la opinión pública, a la vez que se identifica y se recluta a personal clave, que pueda servir a los intereses del adversario, especialmente a directores de agencias y medios de comunicación o a redactores influyentes. Esto se materializa no sólo en la campaña contra Putin y Rusia sino contra la propia comunidad rusa en el extranjero. Es el Caso de Ígor el ruso, antes mencionado.
• De Escalada. Si las tensiones entre ambos contendientes aumentan el adversario intentará aislar diplomáticamente y sancionar económicamente al país objetivo, a la vez que intensifica su propaganda para erosionar a su Gobierno y alentar el descontento entre la población: Caso Navalni o Caso Litvinenko.
• De Inicio del Conflicto. El adversario incrementa la presión militar y no militar para ampliar el descontento entre la oposición y estimular su organización política, debilitar al gobierno y conseguir el estallido de la violencia que permita justificar la intervención exterior: Caso Crimea.
• De Conflicto Abierto. El adversario interviene militarmente argumentando razones humanitarias e incrementa los movimientos diplomáticos, sanciones económicas y actividades propagandísticas para justificar la invasión: En este punto se pretende entrar ahora. Caso Ucrania-Donbas.
• De Resolución. Uso de todos los instrumentos de poder nacional del país objetivo para restablecer el orden y la estabilidad en línea con los objetivos propios.
• De Restauración. Salvaguardar los logros del adversario legitimando a los grupos locales y subversivos afines, a los que antes se había financiado y respaldado, así como establecer lazos diplomáticos, económicos y culturales con el país objetivo, y por medio de los nuevos peones colocados.

Con esta información, el lector puede establecer paralelismos con la situación presente en España en determinadas regiones como Gibraltar, Ceuta, Melilla, Canarias o en Cataluña y Vascongadas. Con todo, en un próximo artículo Dios mediante, analizaremos esta cuestión de Seguridad Nacional.

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