Por Lourdes Cabezón López | Escritora |

EL MAL ESTÁ AL MANDO. ¿QUÉ PODRÍA SALIR MAL?

Hace ahora apenas un año se inició el gran cambio. El primer aviso para mí fue una conferencia del exministro Fernández Díaz. En una entrevista  con el Papa emérito, le mostró a este su preocupación por Cataluña. Benedicto, directo como el rayo, le contestó que el diablo quería destruir España, por lo que España significaba en la historia de la humanidad. Pero no lo conseguiría gracias a 4 cosas: oración, sufrimiento, humildad y devoción a la Virgen María. Me quedé perpleja por la alusión directa e inusual al diablo. Y ¿Qué sufrimiento? Sánchez acababa de aterrizar, España aún era feliz.

Cuántas veces he recordado estas palabras desde entonces. Han sido mi guía para entender  lo que pasó, lo que pasa y lo que pasará. Únicamente añadiría a lo que dijo el Papa, que no solo el imperio español ha sido el verdadero occidente, el primer imperio cristiano de la humanidad, el que considera al hombre hecho a imagen y semejanza de Dios, sino que el alma de ese imperio todavía está vivo por debajo de los cascotes y las cenizas, presto a alzarse.

Q Y EL GRAN DESPERTAR

“Q es inteligencia militar que ha liberado ingente información privilegiada jamás hecha pública a la humanidad, con el fin de preparar a las personas para #TheStorm (la tormenta)” ( Martin Geddes, Qanon británico).

 Los Q (unas 10 personas, de las cuales 7 militares) abrieron un canal secundario con el público, evitando los medios de comunicación, para llegar a los «anónimos» (hackers buenos) y «autistas” (librepensadores) que se juntan en 8chan, una plataforma de redes sociales. Están revelando el capítulo final de una «guerra en la sombra» que ha estado arrasando el mundo durante siglos.

 ¿Desde 1789? ¿1808 quizá?

Los «drops» de Q exponen los enormes crímenes de un «Estado Profundo» transnacional. Acusan a líderes estadounidenses y de otros muchos estados, ​​de profunda corrupción y crímenes de guerra. El asesinato de JFK (3 Kennedys, todos católicos) fue obra del «estado profundo»: habían atacado a la banca.

Esta es la «Segunda Revolución Americana», que como la primera, busca liberarse del poder impune de la aristocracia y las finanzas transnacionales. El mal ha secuestrado el mundo, utilizando a los mass media para engañar al público. Estos, junto con las redes sociales y gran parte de nuestro sistema político y financiero, están implicados en el crimen organizado sistémico y de larga data. Ahora están siendo desarraigados. La justicia llegará. Será bíblico. Hay un gobierno militar en los Estados Unidos en este momento dirigiendo el espectáculo. Muestra una fachada civil, y agota pacientemente todas las vías legales, para evitar el pánico y la guerra civil. Pero está desclasificando muchas traiciones y crímenes de aquellos en el poder en quienes confiábamos.

El Gran Despertar no va a ser fácil, pero es absolutamente necesario para descuajar la tiranía.

En 1776, el pueblo norteamericano se ganó su independencia de Gran Bretaña (por cierto con la ayuda  militar y financiera de España, y todavía no nos han dado las gracias). Pero esa libertad terminó en 1871. Arruinado el país por la guerra civil, el cabal lo sometió mediante la deuda pública, que ha hecho de casi todos los gobiernos meros títeres de su siniestro poder.

EL IMPERIO DEL MAL, EL VATICANO Y LA HISPANIDAD

Hasta aquí de acuerdo. Pero algunos Qanon piden ahora que Washington DC y el Vaticano, “epicentros del mal”, sean arrasados y vueltos a su orígen de pantanos habitados por patos y peces.

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Quizá sea esta su forma de obligar a la Iglesia a entrar en la batalla. Lo cierto es que varios prelados han dado un paso al frente, como Vigano, Muller, Burke, Cañizares, Sandoval, etc. y cada día se suman más. 

En cuanto a Francisco, he leído su encíclica Fratelli Tutti, y como diría Pilatos, ninguna culpa hallo en él. ¿Qué tiene de malo apelar a la fraternidad entre los hombres? Son los masones los que subvierten el sentido profundo de la palabra, como subvierten todo el resto del lenguaje.

Esta encíclica apunta certeramente al núcleo del problema, el capital financiero transnacional.

Claro que el Papa es globalista. Católico significa eso: universal, global. El primer imperio global de la historia fue cristiano y fue español. Lo que diferencia a la civilización hispana y a la cristiandad del globalismo no es su vocación universalista, sino su concepción del hombre. Para el cabal, los hombres somos ganado a explotar.

Para el cristianismo, el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios y tiene derechos inalienables: a una vida digna, a elegir la educación de sus hijos, a la libre expresión, la libre circulación, etc. Intentan arrebatárnoslos ahora, y si lo consiguen, será para siempre.

Asistimos pues a una batalla entre el bien (la Alianza) y el mal. La lucha ha estallado en USA, y cuando ellos se liberen, los demás lo tendremos más fácil. Nosotros hispanos podemos y debemos participar en las redes, sin disparar un solo tiro, como soldados digitales (el General Flynn, supuesto jefe de los soldados digitales USA, es católico), para conseguir la unidad espiritual de la humanidad, no la unidad de un rebaño de ovejas esclavas, de forma que esto nunca pueda volver a pasar. 

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