Pedro Sánchez, ese hombre de mundos paralelos dice que no lleva cronómetro, y a un encontronazo de 30 segundos llama encuentro bilateral con Biden. Lo que parece mentira es que Sánchez, un hombre deportista llame encuentro a lo que ni siquiera es una caminata, pues 30 segundos no son ni siquiera deporte suave para el octogenario Bide.

Todos los mandatarios mundiales mediocres se desviven por conseguir unos minutos con el presidente de EEUU, al fin y al cabo vivimos en la época de Instagram y una foto vale más que una conversación, un rato compartiendo un café, o la cercanía de un amigo, pero lo que ya no es tan norma que desde la Moncloa se trate de vender al pueblo español que un encuentro de 30 segundos es más que una cumbre bilateral entre dos naciones.

Si Zapatero nos vendió el encuentro con Obama, como un encuentro cósmico, el aprendiz de Rasputín es capaz de superar lo insuperable, y de paso dejar a España en el ridículo más espantoso.

Lo importante de este encuentro es que el Gobierno aseguró que sería una reunión de sustancia, señal del nivel de este gobierno ilegítimo que considera sustancial un encuentro de 30 segundos, y por muy fluido que sea el inglés de Pedro Sánchez, es necesario destacar que su interlocutor era Biden, un hombre a que su edad no solo está lento de reflejos, sino también de pensamiento.

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