-Señor Barraycoa, díganos: ¿Qué es Unidad Hispanista? ¿Una asociación política o un embrión de partido? ¿Una asociación cultural? ¿Un foro de encuentro entre asociaciones? ¿Cuáles son sus objetivos?

Unidad Hispanista es una asociación cultural que tiene como vocación encontrar puntos de encuentro con otras asociaciones de carácter hispanista que van surgiendo por todo el mundo hispanoamericano. Cuando decimos que somos una asociación cultural, no significa que nos queramos encerrar en los salones de las tertulias, sino que tenemos una vocación de visibilización de los ideales de la hispanidad y su reivindicación –por qué no- política. Sin embargo, nunca seremos un partido político.

-¿Es una repuesta ante el globalismo? ¿Los países hispánicos podemos construir una alternativa a esa globalización que avanza y lamina nuestra identidad? ¿Y cómo definiríamos esa identidad hispánica? ¿Cuáles son sus rasgos esenciales?

Claramente, frente al globalismos hay pocas fuerzas que se puedan oponer. Algunas de ellas están muy estructuradas políticamente como el mundo eslavo o la civilización sínica. La Hispanidad podría ser un enorme contrapeso a la globalización anglo-capitalista, pero aún debe tomar conciencia de ella. Podríamos decir que atisbamos los primeros indicios del despertar de una conciencia hispana, pero aún hay mucho camino que recorrer. Sin embargo, la identidad hispánica no puede reducirse a un mero mercado común. Es algo mucho más profundo que tiene que ver con los principios religiosos y civilizatorios de la Monarquía hispánica. Estos se basan en la religión común, una cultura impregnada de rasgos particulares y universales que no entran en conflicto, sino que se complementan, la vocación universalista de la defensa de la dignidad humana integral, el verdadero multiculturalismo contrario al que propone la globalización como un vaciador de identidades colectivas.

-¿Cuáles son los principales obstáculos a la hora de alcanzar una unidad hispanista efectiva?

Tres principalmente. En primer lugar, las elites mundiales que desde hace tres siglos lucharon contra las Españas por considerarlas un enemigo mortal a batir. En segundo lugar, las actuales elites locales de los países hispanoamericanos. Son elites masonizadas, egoístas y ciegas que consideran sus países como sus corralitos. La corrupción endémica de estas elites, les impiden contemplar escenarios amplios y generosos, a la vez que beneficiosos. Por último, el adoctrinamiento en las últimas décadas de odio a España bajo la imposición de la ideología indigenista y panteísta. Esto ha hecho mucha mella en los pueblos hispanoamericanos y han distorsionado su visión de la Madre Patria.

-La idea de Hispanidad ¿puede ser un contrapeso a los actuales imperios realmente existentes? ¿Qué pasos podrían darse para constituir ese contrapeso? ¿Crear antes una conciencia hispanista en los principales países hispanos? ¿Crear un espacio económico-cultural de acción conjunta?

La Hispanidad contiene en sí un inmenso potencial geopolítico. Por desgracia potencias como la Rusia e irán mantienen su influencia sobre países como Cuba o Venezuela; o China se está introduciendo a través de países como Bolivia o Perú. Como hemos dicho, primero hay que despertar una conciencia colectiva hispanista. Ello debe quedar plasmado en una inmensa labor cultural que deshaga las leyendas negras y permita recobrar el orgullo de pertenencia. Ya empiezan a asomar los primeros intentos de crear redes económicas entre los afines a la idea de Hispanidad. Queda mucho camino que recorrer, pero ya se ha empezado a caminar.

-¿Está Vd. de acuerdo con las propuestas de Marcelo Gullo tendentes a crear un gran eje económico autoprotegido en el Cono Sur de América (Argentina, Brasil, Chile) al que podría sumarse la España peninsular, pese a la distancia, precisamente por su presencia en las instituciones europeas, y así contribuir a reorientar éstas? ¿Fue un error histórico que nos “europeizáramos” de esta manera tras la muerte de Franco. La España peninsular ¿podría volver mirar a una Hispanoamérica más unida, en vez de contentarse con ser una colonia intervenida  de la U.E., Unión ésta que ya da signos sobrados de agonía y despotismo?

La idea de Marcelo Gullo de insubordinación fundante de determinadas naciones subordinadas, respecto a las subordinantes, es muy interesante. Pero para ello se debe contar con la fidelidad de las elites propias a sus propios pueblos y no al mundialismo. Todo tipo de confederaciones entre países es el camino correcto. En estos momentos la distancia no es ningún problema para lograr este tipo de confederaciones a las que se podría sumar incluso España. Ciertamente España es la puerta natura de Hispanoamérica a Europa y viceversa. Por desgracia la casta política nos vendió atados de pies y manos a una burocracia europea sin alma. Si España hubiera sabido jugar sus cartas ahora seríamos un país clave en las relaciones internacionales. No podemos ser ilusos y pensar que España pueda tener una influencia como estados Unidos (ni tampoco debe pretenderlo en el sentido que la ejercen). España de momento tiene que mirarse a sí misa reencontrar su identidad y entonces podrá volver a ser referencia en muchos países hispanoamericanos

-¿Cuánto hay de “tradicionalismo” en Unidad Hispanista? ¿Qué significado o valor podría tener este término para Vd. en la lucha por la consecución de una auténtica unidad de hispanistas?

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El término “tradicionalismo” puede ser equívoco. Unidad Hispanista entiende que la tradición es el constitutivo esencial de cualquier Patria para vivir en coherencia el presente. La Tradición no puede ser un relato en un libro de historia. La tradición debe vivificarse constantemente viviendo los retos del presente pero con los ojos puestos en los principios fundantes de nuestra Patria. Por eso es fundamental luchar contra la leyenda negra pues es un instrumento para que muchos españoles renieguen de sus propias raíces, o para que se impongan ideologías indigenistas que nada tienen que ver con Hispanoamérica.

-¿Están al corriente de las propuestas de la Iberofonía desarrolladas por el señor Frigidiano Durántez? ¿Considera viable una síntesis de los ideales iberistas con la restauración de los hispanistas?

Sí, es evidente que tarde o temprano, la historia nos debe abocar a un encuentro entre Portugal y España. La diferencia lingüística es menos. Cualquier hispanohablante puede entender a un portugués si habla despacio y viceversa. Son muchas las cosas que nos unen. El Iberismo ya arrancó en el siglo XIX, aunque con la idea de reivindicar una Iberia donde Cataluña y Portugal contrarrestaran el peso de Castilla. Pero si eliminamos ese intento de manipulación nacionalista, la idea es muy potente. Imaginemos que España y Portugal hubieran entrado de la mano en Europa pactando conjuntamente unas condiciones. Incluso podríamos haber conservado nuestra moneda (como los polacos) o crear una moneda ibérica. Las posibilidades son muchísimas. Lo malo es que nuevamente hay muchos intereses para que España y Portugal sigan separadas.

– Además de la lucha contra la Leyenda Negra, desmontada ya en lo académico pero en absoluto a nivel popular y mediático, ¿qué otros pasos se podrían dar para un mayor avance en la conciencia hispanista de las poblaciones de ambos lados del mar?

La literatura, el arte, la cultura en general debe ser compartida. Hay que despertar el interés por conocer la historia de los países hermano. ¡Y no olvidarnos de Filipinas ni Guinea Ecuatorial! En el fondo, debemos transmitir la idea -que es la verdad histórica- de que la Hispanidad es un proyecto común de muchos pueblos, no la imposición de una política de un solo país. En estos momentos necesitamos reencontrar España en las gentes y la cultura hispana allende los mares.

-¿Qué acciones o iniciativas concretas e inmediatas van a emprender Vds.?  

De momento queremos iniciar, o en su caso formalizar, contactos con otras asociaciones similares que comparten buena parte de nuestras inquietudes. Queremos dar a conocer las obras, artículos, conferencias que son magníficas para conocer la hispanidad. También queremos dar apoyo a los disidentes políticos que viven en España que han sufrido el “chavismo” en sus múltiples formas. Ojalá dentro de una tiempo podamos organizar un Congreso internacional hispanista.

-¿Con qué grupos ya existentes, o personalidades reconocidas, han contactado para alcanzar esa Unidad Hispanista? ¿Está teniendo buena acogida la asociación? ¿Cómo definiría Vd. a sus compañeros y correligionarios? ¿Podría citarnos a personas, grupos de personas, publicaciones o textos que sean de referencia para empezar a trabajar en esa unidad deseada?

Uno de los impulsores de referencia de la hispanidad en estos momentos es Patricio Lons que está desarrollando desde Argentina una infinidad de acciones desde su grupo Comunidad hispanista. Personalmente admiro el programa- desde tejas- Reconquista network, dirigido por Luis Medina. Hay muchos académicos que están revisando la Leyenda Negra y, algo que era intocable, la figura de Bolívar. En Estados Unidos Hispanic Council también desarrolla una gran labor. Existen grupos pro reunificación de Puerto Rico con España. En Chile, México y tantos países están surgiendo muchos grupos hispanistas.

-¿Qué esperanzas razonables y concretas deposita Vd. en la asociación recién creada y que ahora preside?

No somos ingenuos. La labor es inmensa. De momento sólo para legalizar la asociación nos hemos tenido que enfrentar a la inhóspita burocracia. Queremos ser un grano de arena más en una labor que evidentemente ha de ser colectiva y contar con muchas otras asociaciones. No pretendemos ser protagonistas de nada, sino ponernos al servicio de un proyecto que ha de revitalizar España y los países hermanos frente a un mundialismo devastador.      

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-La centrifugación de España, fruto del R78, ¿es una continuación histórica de la misma centrifugación acaecida tras las independencias americanas? ¿Se trata del mismo proceso en una fase más avanzada? Si es así ¿hasta dónde podemos llegar?

Tenemos la idea equivocada de los movimientos centrífugos y separatistas en ambas circunstancias. La Emancipación de América tuvo más carácter de guerra civil que de independencia. Igualmente está pasando en España. El separatismo es fruto de una autodestrucción de España. Por eso la idea de Hispanidad es el remedio eficaz frente a los separatismos: poder demostrar que la diversidad y la unidad no están reñidas.

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