Por Rebecca Oas, Ph.D.

(C-Fam) Tres organizaciones internacionales pro-aborto se han fusionado en una nueva alianza feminista, cambiando su imagen para alinearse con la política racial “woke” en auge y fijando resueltamente su objetivo en influir en la política de EEUU. (nota: “woke”= “despierto” ante el racismo, discriminaciones, desigualdades, …).

Las tres organizaciones que se unen son International Planned Parenthood Federation Western Hemisphere Region (IPPFWHR), el Center for Health and Gender Equity (CHANGE), y la International Women’s Health Coalition (IWHC).  Todas ellas han trabajado para avanzar los “derechos sexuales y de salud reproductiva (SRHR)”, incluyendo un derecho international al aborto, así como temas socialmente controvertidos como derechos LGBTQ y “educación integral en sexualidad” por todo el mundo.

Un aspecto esencial de este esfuerzo de renovación de imagen es un replanteamiento de su trabajo a la luz de las políticas raciales del momento, enfatizando a los grupos de minorías raciales y sexuales en línea con “principios feministas intersectoriales”.  Este movimiento tiene sentido estratégico por múltiples razones.

Los EEUU, bajo el Presidente Joe Biden, se han inclinado fuertemente en la promoción de las políticas exteriores “woke” raciales y sexuales, y a pesar de la reticencia de Biden para hablar directamente del aborto, su administración ha trabajado para eliminar las barreras a la financiación de grupos que promueven el aborto, frecuentemente en nombre de equidad de género y racial.

Al igual que la asociación de planificación familiar internacional FP2030, que ha adoptado recientemente la “interseccionalidad” haciendo hincapié en raza, orientación sexual e identidad de género, otros viejos defensores del aborto están gravitando hacia donde la energía política actual—y su financiación—están. Tanto el presupuesto de la Casa Blanca propuesto y la ley de presupuestos están pidiendo una financiación sin precedentes para los programas de “igualdad de género” con un foco interseccional.

El giro hacia la “interseccionalidad” puede ser un deseo de dejar atrás recientes agitaciones en varios grupos de defensa del aborto en los cuales empleados pertenecientes a grupos de minorías raciales se quejaban de trato discriminatorio. El año pasado, el president de IWHC Françoise Girard dimitió después de que una investigación encontró una “cultura impregnada de miedo e intimidación” que afectaba desproporcionadamente a miembros de minorías en el personal. Casi al mismo tiempo, Katja Iversen, la presidenta de Women Deliver, también renunció después de quejas similares de racismo y acoso dentro de su organización.

Un correo electrónico de IPPFWHR anunciando la organización fusionada discutía la promoción de SRHR, incluyendo el aborto, por todo el sur global, “incluido por primera vez a través de una sostenida promoción de políticas de EEUU”.

Serra Sippel, antigua jefa de CHANGE y ahora la Chief Global Advocacy Officer del nuevo grupo, fue entrevistada en su nuevo rol donde ella aboga por una legislación que posicionaría a los EEUU como el mayor exportador mundial del aborto. El Acta “El aborto es salud en todas partes” derogaría para siempre la Enmienda Helms que durante décadas ha prohibido la financiación directa de EEUU del aborto en el extranjero, y el acta Global HER bloquearía permanentemente la Mexico City Policy, que ha impedido que los fondos de ayuda al extranjero de los EEUU fueran a grupos extranjeros que promueven o proveen el aborto.

Sippel dijo que ella está “inspirada y estimulada” por la reciente liberalización de leyes de aborto en Argentina, Ecuador y Mexico—conocida como la “Marea Verde” debido a los pañuelos verdes llevados por activistas pro-aborto.  Estos pañuelos han aparecido en eventos de la ONU, incluyendo un evento patrocinado por UNFPW durante la Comisión sobre la Situación de la Mujer a comienzos de este año.

La nueva alianza ha anunciado que desvelará su nuevo nombre e identidad “en los próximos meses”.

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