«Permítanme emitir y controlar el dinero de una nación y no me importará quién escriba las leyes».( Mayer Amschel Rothschild)

Durante décadas, las palabras banquero internacional, Rothschild, Dinero y Oro han tenido un tipo místico de fascinación para muchas personas en todo el mundo. Forman parte de esos banqueros internacionales que han recibido una gran cantidad de críticas por parte de una amplia variedad de personas que han ocupado altos cargos de confianza pública; hombres como el presidente Andrew Jackson, que condenó a los banqueros internacionales refiriéndose a ellos como una «guarida de víboras«, afirmando que estaba determinado a “exterminar(los) y expulsar(los)» del tejido de la vida estadounidense. Jackson afirmó que sí el pueblo estadounidense comprendiera cómo operaban estas víboras en la escena estadounidense, «habría una revolución antes de la mañana».

¿Y cómo es que no se produce esa revolución? La explicación la dio John F. Hylan, entonces, 1911, alcalde de Nueva York, cuando dijo que «la verdadera amenaza de nuestra república es el gobierno invisible que, como un pulpo gigante, se extiende sobre nuestra ciudad, estado y nación. A la cabeza hay un pequeño grupo de casas bancarias, generalmente conocidas como ´banqueros internacionales´«. Efectivamente, ese gobierno invisible, −por la discreción que exige la secta−, que extiende sus tentáculos como un pulpo dominando el mundo, es la masonería, en cuyo núcleo central,−la cabeza del pulpo−se encuentra esa élite de banqueros internacionales a la que pertenecen los Rothschild.

El primero de los Rothschilds, el primer banquero verdaderamente internacional fue Mayer Amschel Bauer quien nació en Frankfurt Alemania, en 1743. Era hijo de Moses Amschel Bauer, un prestamista itinerante y orfebre que, cansado de sus andanzas en Europa del Este, decidió establecerse en la ciudad donde nació su primer hijo. Abrió una tienda, o casa de conteo, en Judenstrasse (o calle judía), y sobre la puerta colocó un Gran Escudo Rojo.

A una edad muy temprana, Mayer Amschel Bauer demostró que poseía una inmensa habilidad intelectual, y su padre pasó gran parte de su tiempo enseñándole todo lo que pudo sobre el negocio de préstamos de dinero. Unos años después de la muerte de su padre, Mayer Amschel Bauer fue a trabajar como empleado en un banco propiedad de los Oppenheimers en Hannover. Su habilidad superior fue rápidamente reconocida siendo galardonado con una sociedad junior. Su avance dentro de la firma fue rápido. Poco después regresó a Frankfurt, donde pudo comprar el negocio que su padre había establecido en 1750. El Gran Escudo Rojo todavía se posaba sobre la puerta. Reconociendo el verdadero significado del Escudo Rojo (era el emblema de los judíos de mentalidad revolucionaria en Europa del Este), lo adoptó como apellido. Nació la Casa Rothschild.

La base para una vasta acumulación de riqueza comenzó durante la década de 1760, cuando Amschel Rothschild renovó sus contactos con el general von Estorff para quien hizo encargos mientras trabajaba en el Banco Oppenheimer. A través del general y para satisfacer el coleccionismo de medallas y monedas raras del príncipe Guillermo de Hannover, consiguió introducirse en su círculo y hacer transacciones con él y con otros príncipes, como con Guillermo de Hanau (considerado un comerciante de carne humana, porque por un precio adecuado, alquilaba tropas a cualquier nación. Su mejor cliente fue el gobierno británico que quería tropas para controlar a los colonos que se habían establecido en lo que luego fue Estados Unidos). Rothschild se convirtió en un agente para este “traficante de ganado humano” y debió haber trabajado diligentemente en su nueva posición de responsabilidad porque, cuando Guillermo se vio obligado a huir a Dinamarca, dejó 600.000 libras (entonces valoradas en $3,000,000) en la custodia de Rothschild).

Según el difunto comandante William Guy Carr, que era oficial de inteligencia en la Royal Canadian Navy, y que tuvo excelentes contactos en círculos de inteligencia de todo el mundo, el fundador de la Casa de Rothschild elaboró planes para la creación de los Illuminati y luego confió a Adam Weishaupt su organización y desarrollo. Sir Walter Scott, en el segundo volumen de su libro “Vida de Napoleón”, afirma que la Revolución Francesa fue planeada por los Illuminati y fue financiada por los cambiantes de dinero de Europa. Curiosamente, es el único libro escrito por Scott que no aparece bajo su nombre en ninguna de las obras de referencia «autorizadas». ¿Por miedo a los illuminati?

Amschel Rothschild tuvo cinco hijos y cinco hijas. Con su enorme acumulación de ganancias mal habidas, la familia estableció las ramas de la Casa  Rothschild en Berlín, Viena, París y Nápoles. Rothschild puso a un hijo a cargo de cada rama. Amschel se hizo cargo de la sucursal de Berlín; Salomon estaba en Viena; Jacob (James) fue a París y Kalmann (Karl) abrió el banco Rothschild en Nápoles.

El biógrafo Frederic Morton, en The Rothschild’s, nos dice que Mayer Amschel Rothschild y sus cinco hijos eran «magos» de las finanzas y «calculadoras diabólicas» que estaban motivados por un «impulso demoníaco» para tener éxito en sus compromisos secretos. 

La sede de la Casa de Rothschild estaba, y está hoy en día, en Londres. La dirigió Nathan a quien su padre consideraba el más avispado y a quien obligó a trasladarse desde Manchester donde operaba como comerciante, para establecerse en Londres donde se estableció como banquero mercante. Para poner en marcha la operación, Rothschild le dio a su hijo los tres millones de dólares que había obtenido de Guillermo de Hess. La Enciclopedia Judía de 1905 afirma que la gran fortuna acumulada por los Rothschild en aquellos años se basó en el método de «negocios fraudulentos”.

Cuando murió el 19 de septiembre de 1812, el fundador de la Casa de Rothschild dejó su última voluntad. En ella, estableció leyes específicas por las cuales la Casa que llevaba su nombre operaría en el futuro. Las leyes eran las siguientes: 

(1) Todos los puestos clave en la Casa de Rothschild debían ser ocupados por miembros de la familia, y no por manos contratadas. Sólo los miembros varones de la familia podían participar en el negocio. El hijo mayor del hijo mayor iba a ser el jefe de la familia a menos que la mayoría del resto de la familia acordara lo contrario. Fue por esta razón excepcional que Nathan (quien no era el mayor de los hermanos), pero era particularmente brillante, fue nombrado jefe de la Casa de Rothschild en 1812. 

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(2) La familia debía casarse con sus propios primos primero y segundo, preservando así la gran y vasta fortuna. Esta regla se siguió estrictamente al principio, pero más tarde, cuando otras ricas casas bancarias judías aparecieron en escena, se volvió más flexible al permitir que algunos de los Rothschild se casaran con miembros seleccionados de la nueva élite. 

(3) Amschel prohibió a sus herederos tener «lo más explícitamente, en cualquier circunstancia, cualquier inventario público hecho por los tribunales, o de otra manera, de mi patrimonio …. También prohíbo cualquier acción legal y cualquier publicación del valor de la herencia …. Cualquiera que haga caso omiso de estas disposiciones y tome cualquier tipo de acción que entre en conflicto con ellas se considerará inmediatamente que ha cuestionado está última voluntad, y sufrirá las consecuencias de hacerlo.» (La última estipulación fue diseñada específicamente para sellar la boca de cualquier persona que pudiera tener ganas de romper con la familia. Rothschild obviamente sintió que había un montón de cosas en la familia que nunca deberían ver la luz del día).

(4) Rothschild ordenó una asociación familiar perpetua, y con respecto a los miembros femeninos de la familia, sus maridos e hijos recibieran su interés en el patrimonio sujeto a la gestión de los miembros masculinos. Los miembros femeninos no debían tener nada que ver con la gestión del negocio. Cualquiera que impugnara este acuerdo perdería su interés en el patrimonio. 

La poderosa fuerza de la Casa de Rothschild se basó en una variedad de factores importantes: 

(A) Secretismo total, resultante del control familiar total de todas las transacciones comerciales y discreción en sus relaciones personales; 

(B) Una asombrosa habilidad sobrenatural para ver lo que se avecina y para aprovecharlo al máximo. Toda la familia estaba impulsada por una lujuria insaciable por la acumulación de riqueza y poder, y 

(C) Tenacidad total en todos los negocios.

(D) Mayer, todas las noches abría el gran libro del Talmud y recitaba de él… mientras toda la familia debía quedarse quieta y escuchar». Se podría decir de los Rothschild que la «familia que reza unida se mantiene unida».

Los cinco hermanos estaban imbuidos de este mismo espiritu. Los Rothschild no formaron verdaderas amistades ni alianzas. Sus asociados no eran más que simples conocidos que estaban acostumbrados a promover los intereses de la Casa de Rothschild, y luego arrojados en el montón de basura de la historia cuando habían servido a su propósito o perdido utilidad.

La eficiencia que impulsó a los hijos de Mayer trajo una renovación de antiguas estructuras de crédito y una invención de otras nuevas; una formación −implícita en la pura existencia de cinco bancos Rothschild diferentes en cinco países diferentes− de canales de dinero fresco a través de cámaras de compensación; un método para reemplazar el viejo y difícil envío de lingotes de oro por un sistema mundial de débitos y créditos y una red de recolección de información e inteligencia. Tenían sus «agentes» estratégicamente ubicados en todas las capitales y centros comerciales de Europa que utilizaban los mejores y más rápidos medios de la época. Los autocares Rothschild por carretera; Los barcos Rothschild a través del Canal; Los agentes Rothschild eran sombras rápidas a lo largo de las calles. Llevaban dinero en efectivo, valores, cartas y noticias. Sobre todo, noticias; las últimas noticias exclusivas que se procesarían vigorosamente en el mercado de valores y en el mercado de materias primas.

Esta primacía en las noticias le permitió el golpe de estado financiero a la Bolsa de Londres haciendo creer con su actitud que Napoleón había ganado en Waterloo; la divisa nacional se depreció hasta los cinco centavos de dólar, momento en el que los agentes de Nathan a una pequeña señal de éste se apresuraron a comprar toda la moneda británica que pudieron, por solo unos peniques. Poco tiempo después llegó a la capital británica la noticia «oficial». Inglaterra era ahora el amo de la escena europea. En cuestión de segundos el valor de la divisa británica se disparó por encima de su valor original. A medida que la importancia de la victoria británica comenzó a asentarse en la conciencia pública, el valor de la divisa aumentó aún más. Nathan, en una sagaz maniobra, había adquirido el control de la economía británica. De la noche a la mañana, su ya vasta fortuna se multiplicó por veinte.

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Volvieron a hacerlo. En octubre de 1818 los agentes Rothschild, utilizando las reservas ilimitadas de sus amos, habían comprado enormes cantidades de bonos del gobierno francés emitidos a través de sus rivales Ouvrard y Baring Brothers. Esto hizo que los bonos aumentaran en valor. Luego, el 5 de noviembre, comenzaron a volcar los bonos en grandes cantidades en el mercado abierto en los principales centros comerciales de Europa, ocasionando pánico en el mercado. Actuando como con el Banco de Inglaterra,  los Rothschild se adueñaron de la Francia de Luis XVIII..

Benjamín Disraeli, que era el primer ministro de Gran Bretaña, escribió una novela titulada Coningsby. La Enciclopedia Judía, Vol. 10, pp. 501, 5O2 describe el libro como «un retrato ideal» del Imperio Rothschild. Disraeli caracterizó a Nathan (en conjunto con sus cuatro hermanos) como «el señor y amo de los mercados monetarios del mundo y, por supuesto, señor y amo de todo lo demás. Literalmente tenía los ingresos del sur de Italia y los monarcas y ministros de todos los países cortejaron sus consejos y fueron guiados por sus sugerencias».

Sin embargo, ha habido un cambio importante en las tácticas utilizadas para huir de los ojos del público y proteger su dinero y ahora operan discretamente a través de una amplia variedad de frentes. «Aunque controlan decenas de corporaciones industriales, comerciales, mineras y turísticas, nada lleva el nombre de Rothschild. Al ser asociaciones privadas, las casas familiares nunca necesitan, y nunca lo hacen, publicar un único balance público, o cualquier otro informe de su condición financiera» (The Rothschilds. pp. 18, 19).

A lo largo de su larga historia, los Rothschild han hecho todo lo posible para crear la impresión de que operan en el marco de la «democracia». Esta postura está calculada para engañar, para alejar a la gente del hecho de que su verdadero objetivo es la eliminación de toda competencia y la creación de un monopolio mundial. Escondidos detrás de una multitud de «frentes» y corporaciones anónimas, han hecho un trabajo magistral de engaño y han hecho del secretismo todo un arte.

Estos golpes financieros realizados en Inglaterra en 1815, y en Francia tres años más tarde, son sólo dos de los muchos que han organizado en todo el mundo a lo largo de los años. La historia revela que los Rothschild estuvieron muy involucrados en la financiación de ambas partes en la Guerra Civil estadounidense. Lincoln puso un amortiguador en sus actividades cuando, en 1862 y 1863, se negó a pagar las exorbitantes tasas de interés exigidas por los Rothschild y emitió notas autorizadas constitucionalmente, es decir, dinero emitido por el gobierno libre de intereses (el dinero que más odian los banqueros y que no iban a permitir que se implementara). Por este y otros actos de patriotismo, Lincoln fue acribillado a sangre fría por John Wilkes Booth el 14 de abril de 1865. Después del asesinato, Booth fue llevado a un lugar seguro por miembros de los Caballeros del Círculo Dorado. Según los historiadores, Booth vivió durante muchos años después de su desaparición.

Los banqueros internacionales persiguieron su objetivo con implacable celo de establecer un banco central en ese país, controlar la emisión de la moneda y endeudar a la nación entera. Entre el final de la Guerra Civil y 1914, sus principales agentes en los Estados Unidos fueron Kuhn, Loeb y Co. y la J. P. Morgan Co. Profundizando en su bolsa de prácticas engañosas, llevaron a cabo su mayor golpe del mundo hasta la fecha: la creación del Sistema de la Reserva Federal de propiedad privada, que puso el control de las finanzas de los Estados Unidos en manos de los monopolios monetarios cegados por el poder. Los banqueros habían adquirido el control monetario y financiero del país más poderoso del mundo. Ese poder lo conservan en la actualidad.

En las décadas siguientes se hizo evidente que, para lograr su objetivo de dominación mundial, tendrían que instigar una serie de guerras mundiales que resultarían en la nivelación del viejo mundo en preparación para la construcción del Nuevo Orden Mundial. Este plan fue esbozado por Albert Pike, el Soberano Gran Comandante del Antiguo y Aceptado Rito Escocés de la Masonería y el Illuminati de mayor rango en América. En una carta a Guisseppe Mazzini fechada el 15 de agosto de 1871, Pike declaró que la Primera Guerra Mundial se iba a fomentar para destruir la Rusia zarista – y ponerla bajo el control directo de los agentes Illuminati y convertirla en promotora de los objetivos de los Illuminati en todo el mundo. Rusia se había negado a la creación de un banco central. La oposición al verdadero poder mundial, se iba a saldar con el asesinato de toda la familia real.

La Segunda Guerra Mundial debía fomentarse mediante la manipulación de las diferencias que existían entre los nacionalistas alemanes y los sionistas políticos. Esto iba a resultar en una expansión de la influencia rusa y el establecimiento de un estado de Israel en Palestina. 

Al parecer, tienen planeada una  Tercera Guerra Mundial para  «liberar a los nihilistas y ateos» y «provocar un formidable cataclismo social que en todo su horror mostrará claramente a las naciones el efecto del ateísmo absoluto, origen del salvajismo y de la agitación más sangrienta. ¿Se referirá a la que puede desencadenarse en Afganistán por las presiones rusas y chinas por los muchos y valiosos minerales de la zona? ¿Actuarán como agentes del verdadero poder? No nos extraña en absoluto. A lo largo de los años así han actuado en muchos países.

Hablan de estar en contra del ateísmo absoluto, ellos, no creen en el Dios de los cristianos, sino en el G.A.D.U. al que ellos rinden pleitesía, aunque, pensándolo bien, al ser illuminatis, estarán más cerca e invocarán a Baphomet; en ningún caso, en el Creador y sustentador de todas las cosas, que rescata al mundo a través de su Hijo, Jesucristo.

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